martes, 15 de marzo de 2011

EL BICENTENEOLIBERARIO

Hace algunos días, mientras esperaba el metrobus que va en dirección a Indios
Verdes, pude observar un letrero enorme que colgaba de una de esas tiendas que abren
las 24 horas del día:
- ¡VIVE EL BICENTENARIO! 1 lt. De agua bonafond a solo 7.50. Ahorras 2.50 -
Primero intente encontrar el significado racional, tal vez se referían a la absoluta
necesidad que tenemos, como simples animales que somos, de ingerir el preciado
líquido para sobrevivir hasta el 16 de Septiembre, fecha en la que el honorable Lic.
Felipín daría las campanadas patrioteras. Sin embargo, está explicación me parecía
bastante simple y llegué a la conclusión de que era una simple treta comercial, que
apelaba a los corazones sentimentales de los nacionalistas, que conmovidos con la idea
de 200 años de independencia correrían para adquirir dicho producto. Tal vez toda la
tienda estaba plagada de posibilidades para la celebración tricolor; ¡CELEBRE CON
NOSOTROS LA REVOLUCIÓN¡ lleve, por tan solo 15 pesos, una coca-cola light y un
hotdog con queso; ¡ES TIEMPO DE RECORDAR LA GUERRA DE REFORMA! Unas papas
sabritas y unos chicles clorets por tan solo 10 pesos; ¡LA BATALLA DE PUEBLA NO SE
OLVIDA! Un gansito y un frutsi congelado por 9 pesos; ¡Tome con nosotros un delicioso
capuccino para recordar a PANCHO VILLA Y EMILIANO ZAPATA!; ¡SALUDEMOS AL
GRAN PAKAL II! Una pepsi de litro por solo 5.50.

Qué mejor forma que celebrar nuestra independencia que comprando un litro de
agua por tan solo 7.50, la verdad que me sentía orgulloso por vivir en este país.
Seguramente en Nicaragüa, Argentina, Brasil o los E.U.A., nunca se podría encontrar una
promoción tan patriótica. Al ver que los eventos importantes de la historia mexicana
ganaban espacios frente a las poderosas marcas comerciales, sentí que el pecho se
hinchaba de orgullo... y yo que pensaba que las empresas estaban dominando a mi país.
Dos días después me enteré con agrado que había salido a la luz el automóvil del
Bicentenario. Los alemanes, siempre tan solidarios en las causas justas, diseñaron un
Jetta color marrón que costaría menos de 300,000 pesos (299.900 para ser precisos... si
usted cree que 100 pesos son poca cosa piense que con esa cantidad puede comprar
hasta 13 litros de Agua Bicentenaria). La presentación no pudo ser más mexicana; un
grupo de 9 bailarines de tap se movieron al ritmo de una mezcla de flamenco, pop-rock y
tambores africanos (no, no, no ¿para que llevar un
mariachi?). Esto estaba cada vez mejor, por fin podíamos
sentirnos orgullosos, ya no nos verían como los indios
subdesarrollados que somos, estábamos entrando a las
grandes ligas del corporativismo global y hasta nuestro
propio carro teníamos. Lamentablemente yo no tengo el
dinero para adquirir uno de esos, porque además solo
producirán 2,010 unidades... pero eso no importaba,
siempre estará el agua de 7.50 para que nosotros los
jodidos podamos festejar como se debe.
Después de la euforia y la alegría que sentí al ver
todos estos sucesos, que sin duda representaban el
crecimiento cultural y económico de mi querida tierra,
comencé a sospechar que todo era una simple
estratagema para convencer al pueblo de que todo iba por
buen camino. Chale -pensé motivado por mi mente
paranoica y socialuda- a mi se me hace que esto es solo
una forma de distraernos para no cuestionar la supuesta
guerra que sostiene el heroico estado mexicano contra el
otro crimen organizado (el que no esta legalizado) o tal vez
sea una forma de tranquilizar a la sociedad ante la inminente caída del sistema financiero
global; es probable que si nos mantienen tan felices con agua purificada de tan bajo
precio y autos de menos de 300,000 pesos, nadie en este país, y sobre todo en la capital,
se queje de la desaparición autoritaria de sindicatos laborales, el aumento de la gasolina,
el incremento del 100% en las tarifas de luz, la criminalización y los asesinatos de los
migrantes mexicanos en la frontera norte, y otros curiosos fenómenos que suceden en
nuestra patria independiente soberana y democrática.
Pero en eso, cuando dudaba más de las buenas intenciones del gobierno, escuche
lo que se ha dado en llamar la canción oficial del bicentenario, descrita por el ilustre
titular de la SEP, el Sr. Alonso Lujambio, como Impecable, compuesta por el genio
musical Aleks Syntek. No podía ser de otra forma, siglos de historia solo podían ser
condensados en una pieza artística de tan elevada clase; Manuel M. Ponce, Silvestre
Revueltas, Candelario Huizar, Pablo Moncayo, José Rolón, Blas Galindo, Juventino
Rosas, todos ellos juntos jamás hubieran podido fusionar su genio para componer la
música que tan brillantemente acompaña uno de los grandes poemas de nuestro siglo;
Shalalalalala, el futuro es milenario... bailamos a todo dar un ritmo pa' festejar...
Shalalalalala.
¡El mundo sabrá de lo que estamos hechos! el gobierno federal nos ha regalado
una obra maestra de la música, por fin podremos olvidarnos del clave bien temperado de
Bach, de la novena de Beethoven, de la flauta mágica de Mozart, de la múscia acuática
de Haendel, del pájaro de fuego de Stravinsky, de la sinfonía india de Chávez, del
huapango de Moncayo, del janitzio de Revueltas... A partir de este momento quedará
grabado, con letras de oro, el nombre de Aleks Syntek al lado de estos grandes genios
de la música universal y nacional, y lo mejor de todo es que lo hará con la canción oficial
del bicentenario mexicano...
No cabe ninguna duda que en este mundo neoliberal, la mejor forma de celebrar
nuestros 200 años de independencia y 100 de vida democrática, es abordo de nuestro
Jetta Bicentenario, disfrutando de un litro de agua de 7.50 y escuchando con nuestras
bocinas envolventes el shalalala, que sintetiza, de forma breve pero contundente, el nivel
cultural del mexicano.

Por Jacinto Zapata

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