martes, 18 de enero de 2011

Examen a fondo Sergio Conde Varela Abogado


Los juarenses, chihuahuenses y mexicanos, debemos seriamente examinar a fondo los sucesos por los cuales atravesamos. No pueden transcurrir los días, los meses y los años con tantas dudas, incertidumbres o vacilaciones, producto de ver pasar las cosas y no usar los dones naturales que tenemos para desenmarañar la enredada bola de acontecimientos a los cuales hemos sido sometidos sin nuestra voluntad, atacando fuerte a lo más preciado que tenemos los humanos: la libertad.

Debemos reflexionar el porqué los órganos gubernamentales le han fallado seriamente a su pueblo ¿Qué les ha pasado? ¿Porqué tanta impotencia para poner orden dentro de la ley?

Es de todos conocido que poco a poco han sido atacadas fieramente las instituciones mexicanas. El miedo se ha apoderado de los círculos de dirección para realizar a fondo las tareas que a todos los gobiernos del mundo les compete llevar a cabo y no es ajeno a la opinión pública, que los cuerpos policiacos han sufrido bajas importantes; que las escuelas han sido amenazadas; los negocios empiezan a expresar que ya no saben a quién pagar, si al gobierno o a los grupos que les piden cuotas; es notorio también que curiosamente las autoridades fiscales ignoran que están despedazando a las fuentes de trabajo y que miles de fronterizos han abandonado la localidad emigrando al extranjero por la inequidad que se vive.

Tenemos que revisar a fondo la apatía por no detener la muerte de periodistas, maestros universitarios, estudiantes, hombres y mujeres del común, que sin deberla ni temerla han caído en una batalla de locura extrema, sin saber por qué no se ha procedido como lo marcan las normas primero para detenerla a como dé lugar, utilizando los instrumentos lícitos del estado, los cuales son muchos, para que no sólo nuestra comunidad sino el país entero retome la ruta, de países como Suiza, Inglaterra, Francia, y demás países del llamado grupo de los 8, a los cuales no los ataca la llamada hampa internacional.

Curiosamente nunca se abren los debates para escudriñar el fondo de estos gravísimos problemas sociales. Pareciera que entre la ignorancia y el dejo, se permite que las instituciones poco a poco se estén resquebrajando y que lo que debe imperar es el caos, el desconocimiento de la ley y la falta de oficio público, para entender las necesidades colectivas que sufren de marcada gravedad. La gente busca con interés quién le puede ayudar para tener una vida pacífica y la tal ayuda brilla por su ausencia a pesar de las grandes cantidades que se perciben por impuestos, prestamos internacionales o por mexicanos que poseen en un numero muy pequeño, el 90 por ciento de la riqueza nacional y que no levantan un dedo para ayudar a la grave crisis por la que se atraviesa, provocada por misteriosas fuerzas que nadie sabe de dónde provienen.

Debemos formular un diagnóstico a la brevedad. No puede pasar más tiempo sin que las soluciones aparezcan, producto de un repaso serio y concienzudo de los hechos por todos conocidos. Requerimos que de los pensamientos se pase con rapidez a los hechos. Nuestra ciudad, estado o nación no puede caer sin que nosotros sus habitantes apuntemos lo mejor de nosotros mismos para que no se venga el derrumbe. Hombres y mujeres de buena fe, así lo creen, muchos jóvenes partidarios de la vida y no la muerte, así lo sostienen. Profesionistas, intelectuales y gente del común, así lo estiman, porque se sabe que atrás de la inacción, se caerá en manos de los irresponsables que no han querido a su patria y que sin pensar la han sumido en un intenso dolor.

Los valores nacionales han sufrido un fuerte atropello, se ha querido decir al mundo por quienes no los sotienen, que los niños han tomado las metralletas y han disparado sin ton ni son, en lugar de tener hogares llenos de atención y amor por los padres y que esos hechos aunados a los que realiza la antisociedad, son motivo suficiente para que no se pise nuestro suelo. Alemania lo dijo, los Estados Unidos se lo recomiendan a sus connaciocionales y muchas naciones hacen lo mismo. Es tiempo, pues de análisis. De verdad.

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