lunes, 10 de enero de 2011

Carlos Marín, la tinta del ardor.

Izquierda unida: la gran estafa
El asalto a la razón
Carlos Marín
Buzz up!vote now2011-01-10•Al Frente
.Embaucadores profesionales, Marcelo Ebrard y Jesús Ortega usaron el 5 de enero como Día de los Inocentes para intentar pasar como hecho una vulgar carta a los Reyes Magos: la “unidad de la izquierda”.

Promotores de las alianzas entre legítimos y espurios, ambos personajes (alcahueteados por los líderes comparsa del PT y Convergencia) anunciaron el hallazgo del eslabón perdido: Alejandro Encinas, y los tres afirmaron que el acuerdo quedaba sujeto a una “consulta” para saber si “la ciudadanía” coincide en su precandidatura para el gobierno del Edomex, y si aprueba que también el PAN figure entre los patrocinadores.

Encinas precisó que, aun cuando en lo personal no acepta una alianza con el PAN, se someterá a la consulta porque se trata del “método más democrático, y que sea la gente la que decida (…). Mi condición es ir con un proyecto de las izquierdas, todos juntos, y lo de la alianza lo tendrían que resolver los partidos…”.

Pero el embuste que tanto celebró Ebrard (“empezamos 2011 con la unidad de las izquierdas…”) fue desmantelado al día siguiente por Andrés Manuel López Obrador:

“Ya está definido. Alejandro lo dijo ya con mucha claridad: que no quiere alianza con el PAN (…). La gente de abajo no la quiere, y la mayoría de la gente va a decir que no (…). Sólo los dirigentes del PRD quieren la alianza…”.

Respecto del partido, cuya división él tanto ha promovido (y del que sigue ostentándose “militante”), dijo que “sólo se enfrenta con el PRI cuando hay elecciones; pero en el fondo son lo mismo”.

Con sus propias palabras, confirmó lo que a Ebrard, Ortega y a otros “izquierdistas” les aterra decir: que es él, Andrés Manuel López Obrador, el principal factor de la desunión:

Ni con la postulación de Encinas, advirtió, se reconciliará con los dirigentes del PRD, con quienes “tengo muchas diferencias, porque ellos abandonaron la trayectoria del PRD y se fueron a aliar con la mafia del poder”. Y descartó cualquier posibilidad de recomponer la relación: “Con esa dirección no…”.

Férreo en su vocación antidemocrática, para López Obrador la consulta pública será lo de menos: “Ya se decidió, y el Movimiento de Regeneración Nacional (o sea el suyo) apoyará a Alejandro Encinas para que en su momento sea el candidato”.

Con su reconocida experiencia en truculencias políticas, Marcelo Ebrard o Manuel Camacho (otro de los padrinos de la “unidad” en torno de Encinas) ¿desconocían que su maniobra se ajustaba al capricho crónico de López Obrador?

Alejandro Encinas despeja cualquier duda, al pintar su raya con Ebrard y Ortega:

“Evidentemente, yo no podría participar en una alianza que he cuestionado a lo largo de los dos últimos años. Sería una incongruencia, pues no sería el representante real de ese tipo de coalición (…). Ya dejé claro que no soy partidario de las alianzas del PRD con el PAN, y que es necesario que este elemento de división entre nosotros se supere para poder recuperar la unidad, tanto de las izquierdas como del perredismo”.

Cuál de estas dos siglas encarna la desunión: ¿PAN o AMLO?

cmarin@milenio.com

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