Francisco Flores legarda
Impresionados con la inteligencia policial demostrada por la Policía Federal. Atrapan a Edgar Valdez Villarreal en su guarida de Lerma, Estado de México. No hubo disparos, no hubo golpes. Un operativo tan perfecto, con estética no vista en los casos de Arturo Beltrán Leyva en Cuernavaca o de Ignacio Coronel en Zapopan. Se parece a la captura de uno de los hermanos Arellano Félix hace años en el estado de Puebla. Pero este golpe supera a los anteriores, como si hubiera sido precedido de un entrenamiento en medios, tan irrealmente perfecto que lo más destacado el día de la presentación del delincuente fue su sonrisa.
Nada más que ciscados estamos y ya no se cree tanta capacidad y belleza operativa. Menos cuando se trata de hilar un silogismo de acontecimientos. Es el caso de lo que sucedió previamente, horas antes al sur de la Ciudad de México. La historia del gobierno dice que perseguía a un operador contable de “La Barbie”, llamado Aarón Arturo Ginez Becerril -personaje identificado en la escena delictiva del Bar Bar en el caso del futbolista paraguayo Salvador Cabañas. Como se les escapaba este sujeto le dispararon hasta que el perseguido ya no tuvo control más del vehículo y lo estrelló en una de las vueltas del trébol vial que forman Periférico Sur y Zacatepetl. Que se trataba de un operativo en coordinación con lo que sucedería en Lerma, pues se tenían datos de que el susodicho contador se comunicaba con Edgar Valdez.
Dicha persecución policial no se sostiene con la versión de El Universal en línea que se recabó en el sitio de taxis la tarde del lunes. Allí se dice que en las inmediaciones del centro comercial Perisur se estacionó un automóvil Mazda gris sin que saliera el ocupante, se le acercaron cuatro individuos, entre ellos una mujer, y le dispararon. Es de suponer que ya herido, Ginez trató de conducir para salir de la cercanía de sus agresores. Se entiende porqué mal herido, el hoy occiso perdiera el control del vehículo hasta estrellarlo. Por su parte, lo que revela la gráfica de Reforma.com que se ubica en el lugar donde se impactó el vehículo no son policías federales los que llegaron primero al lugar del accidente, son tecolotes de la policía local. Hasta el momento de escribir estas líneas no hay un parte informativo de la policía de Marcelo Ebrard de lo sucedido en Perisur, eso sí, sobresale el reconocimiento que hace el “perredista” a Felipe Calderón por la captura de Edgar Valdez.
Lo dicho, somos descreídos porque no se ve investigación ministerial que formalice el combate a la delincuencia, se informa para los medios pero no para formar procedimientos judiciales con todas las de la ley. Quien nos dice que el tal Ginez no fue ajusticiado por delatar a “La Barbie” por sus propios compañeros del crimen.
El día que la ciudadanía sea informada con verdades completas, sin ediciones o montajes, entonces no sólo caerán los capos del narcotráfico, también caerán los capos que trafican con el factor trabajo, como Germán Larrea o Gastón Azcárraga, los capos que trafican con la fe como Onésimo Cepeda o Sandoval Íñiguez, los que trafican con el interés público como García Luna o el ya mencionado presidente Calderón.
Parafraseando a Mike Laure, la cosecha de Capos nunca se acaba.
Salud y larga vida.
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