Ganar, perdiendo
Sinaloa, seguir igual
Clouthier jr., claridoso
AMLO, PT, alianzas
Julio Hernández López
Felipe Calderón está haciendo todo para que las cosas sigan como hasta ahora en Sinaloa. La opción electoral de cambio ha sido reventada por el propio PAN-gobierno federal mediante dos jugadas que están dejando libre al cártel estatal del PRI la emblemática plaza. El primer descarte institucional se dio el 9 de diciembre del año pasado, cuando el ocupante de Los Pinos incluyó inexplicablemente a Heriberto Félix Guerra en el movimiento de barajas que llevó a Agustín Carstens de Hacienda al Banco de México, a Ernesto Cordero de Sedeso a Hacienda, y a un sinaloense de mediana carrera política, Félix Guerra, como sucesor de Cordero. Con ese nombramiento, el esposo de Lorena Clouthier canceló sus posibilidades de volver a ser candidato a gobernador de Sinaloa como lo había sido en 1994 al enfrentar al priísta Jesús Aguilar Padilla, turbiamente impuesto a su vez por el saliente, Juan S. Millán.
Ahora, el mismo PAN-gobierno pretende dejar en el camino a Manuel J. Clouthier júnior (hermano de Lorena, cuñado de Heriberto), quien parecía el relevo natural en la baraja blanquiazul. El hijo del Maquío dejó una consolidada posición directiva y empresarial en un diario de Culiacán para lanzarse a una carrera política que le llevó a San Lázaro y le tenía en la antesala de pelear por la gubernatura de su entidad. Pero Clouthier júnior considera que en Sinaloa hay una camarilla mafiosa en el poder, que el gobernador Aguilar Padilla es un mafioso y que en el estado reina la narcopolítica. Y ahora ha hecho saber, a través de la revista Proceso, que la administración felipista da un trato desigual a los cárteles del narcotráfico en una “supuesta guerra” que hasta ahora no ha llegado de verdad a esa entidad y, sin que lo hubiera precisado así, pero está en el contexto y el sentido de sus palabras, que no ha tocado al cártel de Sinaloa ni a su jefe máximo, El Chapo Guzmán.
La reacción de Los Pinos ha sido similar a la que en su momento tuvo el gobernador priísta Aguilar Padilla cuando Clouthier júnior habló de mafias políticas del narcotráfico. El desvencijado Fernando Gómez Mont ha encabezado la arremetida contra el sinaloense claridoso, al acusarlo de hablar sin pruebas y recetarle una cantaleta de los “logros” de la “guerra” contra el narcotráfico y de la equidad con que, según eso, se combate a todas las agrupaciones criminales. Un directivo de los diputados federales panistas ha llegado al extremo de pedirle a su compañero sinaloense que deje la curul y se desdiga de las acusaciones y críticas graves a la política calderonista de “combate” al tráfico de drogas. Mientras tanto, en el PAN nacional consideran la posibilidad de postular candidato al miembro de otra vertiente del negocio sinaloense consolidado, el actual senador priísta Mario López Valdez, apoyado por el ex gobernador Millán, que acabó peleado con su hechura, Aguilar Padilla. En el ámbito estatal el panismo jura que es imposible que lleguen a postular a Malova. Pero nadie sabe, en realidad, si a lo que está jugando el felipismo es a perder... para seguir ganando.
El Partido del Trabajo también está en ruta de privilegiar la visión de largo plazo, con López Obrador como candidato presidencial, sobre las uvas electorales inmediatas que, en algunos casos, como en la fábula de la zorra, fueron desechadas por no alcanzarlas, aunque aduciendo que estaban verdes. En general, el PT decidió la madrugada de ayer que revisará su política de alianzas para atender la petición del tabasqueño todavía perredista, en el sentido de que no se realicen alianzas con PAN y PRI. Éste ha sido el mayor gesto de deslinde real de AMLO en la prolongada coyuntura de las alianzas perreánicas que han llevado como agregados a los partidos presuntamente más cercanos a Andrés Manuel, como son Convergencia y, sobre todo, el propio PT.
Pero, en el caso del partido en cuya directiva colegiada descuella Alberto Anaya, ha de apuntarse que en Durango su separación de las alianzas múltiples se dio porque no pudo conseguir la candidatura a la presidencia municipal de la capital para uno de los suyos, senador y directivo colegiado, y que en Zacatecas el monrealismo jamás hubiera ido subordinado a otro candidato que no fuera el hermano David. Otro punto de excepcionalidad es el relacionado con Oaxaca, donde se exploraba ayer la posibilidad de mantener las alianzas plurales en derredor de Gabino Cué, haiga de ser como haiga de ser, ya fuera sosteniendo el emblema del PT en las boletas electorales o, en una especie de juanitismo al revés, dejando de postular candidato para no hacerle sombra al principal adversario del PRI en aquella entidad.
En caso de que el Partido del Trabajo confirme la decisión de apostar al futuro lopezobradorista más que a los comicios locales de este año, el escenario partidista “de izquierda” irá quedando más definido, con Marcelo Ebrard en arreglos con el chuchismo en el PRD y López Obrador en el sendero anunciado del PT. López Obrador habrá salvado el obstáculo de las alianzas perreánicas, con la excepción de Oaxaca, mientras el perredismo chucho se alza con ganancias coyunturales y menores en el estercolero de moda.
Astillas
En Oaxaca la decisión que habrá de tomar Ulises está entre el domesticado Eviel Pérez Magaña, a quien ha placeado como si fuera su candidato ya decidido, y el cómplice Jorge Franco Vargas, que sabe demasiado de guerra sucia y corrupción del gobierno de URO. También están, con el apoyo de políticos de la capital del país, el senador Adolfo Toledo y el presidente municipal de la capital, José Antonio Hernández Fraguas, quien podría pedir licencia a su cargo si cree que no hay dados cargados en ese proceso. Se habla incluso de la posibilidad de que Hernández Fraguas renuncie a su partido si todo está arreglado en favor de algún precandidato... Y, mientras Reynosa sigue hirviendo, por hechos ciertos y por rumores, ¡feliz fin de semana, con la foto, de azarosos efectos económicos, de Obama y el Dalai Lama!
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