martes, 7 de julio de 2009

No se pudo “guanajuatizar” el país


El Universal
Martes 07 de julio de 2009
politica@eluniversal.com.mx
“Vengo a hacer un compromiso, a decirles que me comprometo ante ustedes, con sus victorias, con sus historias y su gobierno, a “guanajuatizar” el país en los comicios de 2009”.

Así arengaba Germán Martínez el 26 de julio de 2008 a la militancia reunida en León en el Consejo Nacional.


Ese mismo día, por unanimidad, se aprobaban reformas estatutarias impulsadas por el líder nacional del blanquiazul, para “abrir el partido”, garantizar la equidad en las contiendas internas y establecer reglas claras de competencia.


Un año después, el 6 de julio de 2009, los resultados oficiales daban cuenta del fracaso de la pretendida “guanajuatización” del país. Incluso en Guanajuato hubo grandes pérdidas: el PAN retuvo sólo 24 de los 36 municipios que gobernaba, incluida la capital, y la alianza PRI-PVEM le arrebató una de las 14 diputaciones federales de mayoría.


Jaque al Presidente

Luego de que Martínez anunciara su renuncia, varios panistas reconocieron errores de estrategia. Algunos pusieron en duda que la renuncia fuera producto de reflexión personal, y la atribuyeron más bien a presión de “Los Pinos”.


Para el diputado Gerardo Priego la derrota es “un jaque al Presidente Felipe Calderón y al partido, por lo que es necesario dar un giro de 180 grados en la forma en que estamos trabajando”.


La renuncia de Martínez es el primer paso para la autocrítica, considera el senador Gustavo Madero, quien advierte errores multifactoriales. Entre ellos, el centrar la campaña en el tema de seguridad, cuando el económico interesaba más a los votantes. Atribuye el triunfo del PRI más a la caída del PRD.


Manuel Espino, ex presidente nacional del PAN, espera que la decisión haya sido consecuencia de una reflexión, “y no una tomada en Los Pinos”.

“A mí me llama la atención que hoy hubo una reunión en la mañana en la que estaba el Presidente, el presidente del partido y Josefina Vázquez Mota, tengo una preocupación de que esta decisión de Germán se haya tomado allá”.


Agrega que todos tienen “que reconsiderar lo que hemos hecho mal, el Presidente mismo tendrá que revisar la integración de su gabinete”.



De Quiroga, Michocán

Doctorado en Derecho Constitucional por la Universidad Complutense de Madrid, y abogado por la Universidad La Salle, Germán Martínez cuenta con especial énfasis de su aprendizaje al lado Carlos Castillo Peraza, a quien conoció a principios de los 90 y con quien llegó al CEN panista en 1993.


Nacido en Quiroga, Michoacán, el 20 de junio de 1967, ingresó al PAN al cumplir 18 años, por invitación de Luisa María Calderón Hinojosa, “La Cocoa”.


Ha sido Diputado Federal en dos ocasiones, a la 57 Legislatura de 1997 a 2000 y a la 59 Legislatura de 2003 a 2006, durante esta última fue Coordinador adjunto de la fracción parlamentaria del PAN.


En diciembre de 2007 fue electo presidente del PAN.


Tempestuosas aguas del poder

“Lo peor que nos puede pasar es que nos derrote la victoria”´, afirmó Martínez el 10 de febrero de 2003. Había transcurrido la primera mitad del sexenio foxista, y era evidente la disputa entre neopanistas y doctrinarios en el PAN.


El aquél entonces secretario de Estudios del CEN, describía de esa forma el riesgo que corría el partido en el poder, su partido, luego de sacar al PRI de Los Pinos, con la ayuda de Vicente Fox.


Y añadía: “El PAN es un barco que antes navegaba por aguas tranquilas y ahora lo hace por las tempestuosas aguas del poder. Navega entre las legítimas ambiciones personales, los apetitos del poder y las debilidades humanas”.


Criticaba a los que durante en aquellos años se oponían a la apertura del partido hacia la sociedad.


Ya estaba en él la idea de que el PAN debía buscar “candidatos atractivos”.




Fue hasta abril de 2008 cuando los cambios estatutarios aprobados por el Consejo Nacional, fueron autorizados plenamente. La reforma establecía nuevos procedimientos para la selección de candidatos, abandonando el esquema de convenciones y asambleas utilizadas tradicionalmente por el PAN, y dando satisfacción a las voces que pedían elecciones abiertas con votos de toda la sociedad.


Pero también se incluyó una disposición para que el CEN pudiera definir unilateralmente candidatos sin consultar la base. Y eso fue precisamente lo que ocurrió.

En enero Javier Corral recriminaba: “Estoy preocupado por la decisión que el CEN ha tomado de nombrar a 195 candidatos en 300 distritos electorales bajo la figura de la designación directa, y de nombrar a 50% de los candidatos plurinominales, además de los 15 que ya tiene por estatuto, por derecho propio y por razón política conveniente”.


Las protestas no tardaron en surgir. El 1 de abril militantes veracruzanos protestaron por la designación de Carlos Hermosillo, ex titular de la Comisión Nacional del Deporte, como candidato por el distrito de Córdoba.

Otros casos de inconformidad, incluyendo el que el propio Corral Jurado vivió en Chihuahua, surgieron en diversas regiones del país, incluyendo Nuevo León, donde se impugnó incluso la candidatura de Fernando Elizondo.

No le alcanzó la estrategia

La noche del domingo, mientras el Programa de Resultados Preliminares actualizaba constantemente cifras, emergía una nueva composición política para la Cámara de Diputados, y en varias regiones del país.


Al día siguiente, el PRI obtenía la mayoría en la Cámara de Diputados con 241 escaños de un total de 500, y dejaba al PAN sólo con 147 diputaciones, 59 menos de las que tiene actualmente.


El tricolor ganaba en cinco de los seis estados en disputa, manteniendo control en Nuevo León, Campeche y Colima, quitándole al PAN Querétaro y San Luis Potosí. El blanquiazul sólo se quedaría con Sonora.


Horas antes de que iniciara la veda del IFE para hacer campaña, Martínez Cázares concedió una entrevista a EL UNIVERSAL. En ella afirmaba que rendiría cuentas ante su partido por la campaña, y que aceptaría reclamos, pero también que defendería hasta el final la estrategia de haberse confrontado con el PRI, pues en febrero Acción Nacional estaba en “la lona”, y hoy, a unos días de la elección, “están en franca competencia”.


El líder nacional panista se fijó un mínimo a alcanzar en los comicios del domingo: “la mayoría en el Congreso y una gubernatura más”, a las que ya tenían. “Ése es mi piso, no mi techo, eso es lo menos que yo espero”.


Ayer, Germán Martínez Cázares pudo advertir que la estrategia de confrontación no le alcanzó para tanto, y tuvo que “pagar” con su renuncia.

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