Alma E. Muñoz,
Presionado por los resultados del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), Jesús Ortega, presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), admitió la derrota perredista en los comicios intermedios, pero 12.33 por ciento, dijo, “tampoco es una catástrofe”, como para renunciar al cargo. “No, no”, respondió cuando se le preguntó si lo haría.
Tras una reunión de varias horas con algunos de sus colaboradores más cercanos, Ortega matizó ayer su declaración de que están fuera del PRD quienes votaron por otro partido o proyecto político. Esta decisión debe asumirse en consejo nacional, previsto para finales de julio, principios de agosto, y no ser tomada por el presidente del partido, sostuvo. “Se trata de tomarla de manera colectiva.”
Reconoció que no se cumplió con la expectativa de alcanzar 15 por ciento de la votación. “Desde luego es desagradable. Nos fue mal, muy mal en el estado de México, es evidente”, tras confirmarse que perdieron bastiones en el oriente mexiquense: Chalco, Valle de Chalco, Ixtapaluca, Texcoco, Nezahualcóyotl y Ecatepec.
“Ahí hubo una pérdida muy sensible de posiciones”, pero “en el Distrito Federal, si bien no se cumplieron todas las expectativas, seguimos siendo la primera fuerza política. Ganamos ocho distritos de Michoacán, los dos de Baja California Sur, cinco de Chiapas, probablemente 4 de Guerrero”, exaltó en entrevista.
Consideró que podrán obtener entre 75 y 80 diputados, con lo cual “nuestra bancada no será tan menor como alguien supone, para que no tengamos influencia importante en la Cámara de Diputados”. Algunos que entrarían, ya sea plurinominales o nominales: Jesús Zambrano, Alejandro Encinas, Guadalupe Acosta Naranjo, Leticia Quezada, Víctor Hugo Círigo, Enoé Uscanga, Teresa Encháustegui, Juventino Castro, Agustín Guerrero y Francisco Hernández Juárez.
Resaltó que no está satisfecho con el resultado. “Es malo para nosotros, desfavorable”, pero “ya estamos tomando las medidas para fortalecernos en las entidades donde perdimos votos. No hay un ánimo de derrota, sino de ver las deficiencias que tuvimos, los errores que hay que corregir.”
Entre otros, “que perdimos mucho tiempo en disputas y definiciones internas, en lugar de estar viendo permanentemente hacia afuera. Ahí perdimos energía y tiempo, y no tuvimos el tiempo y las condiciones necesarias para lograr la plena unidad. Estamos pagando en parte una factura de eso. Evidentemente que hubo errores de toda naturaleza; no voy a eludir los que de mí surgieron”.
Pero “lo peor que nos podría pasar ahora es que deriváramos hacia esta idea de buscar culpables y responsables, poniéndoles nombres. Me parece que se necesita una reflexión más profunda, más intensa, más seria. Pero tampoco es una catástrofe; así lo veo. 12 por ciento no es lo que esperábamos, pero ganamos distritos importantes en las zonas donde el PRD es hegemónico”.
–Dentro de esa reflexión ¿está la posibilidad de que renuncie?
–No, no.
Retó a quienes contemplen la posibilidad de un referendo sobre la dirigencia nacional ponerla a consideración del consejo nacional. “Están en su derecho, pero no estoy en ese ánimo”, subrayó.
Resaltó que se convocará a consejo nacional, independientemente de que el jueves habrá una reunión de delegados electorales y presidentes estatales del partido para evaluación, aunque ya ayer empezó a platicar con algunos de estos últimos, y con los gobernadores perredistas.
El coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, en tanto, admitió que el resultado electoral fue el más bajo que ha tenido el partido desde 1991. Es, definió, “un pasaje difícil para la izquierda mexicana. Hoy tenemos un tropezón de proporciones mayores”.
–¿Marginal? –se le preguntó.
–Nos estamos acercando a una posibilidad de esa naturaleza –resaltó.
“Rehenes de grupos de poder”
En San Lázaro, el vicecoordinador del PRD en la Cámara de Diputados, Juan Guerra Ochoa, se pronunció por la “refundación total” de ese partido, tras señalar que tanto Jesús Ortega como Andrés Manuel López Obrador son “rehenes de grupos de poder que no tienen ningún proyecto político ni interés por la izquierda”.
En conferencia de prensa, ponderó que “es necesario quebrar las estructuras del poder pragmático” en el partido y emprender cambios a fondo.
Dijo que tanto López Obrador como Ortega, incluyendo los grupos que “los han subordinado”, tienen que “bajarse de su pedestal” y promover un debate sobre el futuro de la izquierda.
“Los resultados electorales no son una crisis menor, sino que deben verse como una crisis terminal del modelo de partido construido en los últimos años”, enfatizó.
Sobre la expulsión de López Obrador del PRD, esbozada la víspera por Ortega, Guerra sostuvo que “el recuento de expulsiones debe incluir, en todo caso, a Pablo Gómez, René Arce –que se alió con el PSD–, René Bejarano y Alejandro Encinas”, entre otros, pues no sólo el tabasqueño violó los estatutos del partido, sino también los militantes mencionados.
Sin embargo, consideró que también es viable aplicar “una amnistía general” sobre la base de crear un nuevo partido.
Con información de Elizabeth Velasco C.
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