viernes, 24 de octubre de 2008

Ya somos muchos los que estamos hartos :

Por Javier Ibarrola.

Los asesores


¿Será que Tello Peón, más allá de probar o no sus capacidades y méritos, es el caballo de Troya de los señores del gran capital que ya están cansados de que el gobierno federal no les garantice su seguridad personal, la de sus familias y, sobre todo, la de sus enormes fortunas?


Fue Vicente Fox el primer presidente en allegarse un asesor de seguridad nacional, considerando que el simple hecho de haber sugerido y apoyado que su secretario de Defensa Nacional debía ser, como lo fue, el general Gerardo Clemente Ricardo Vega García, hacía de a Adolfo Aguilar Zinser en un experto en la materia.
En los países que, como Estados Unidos, han hecho de la seguridad nacional un sistema de gobierno, el asesor presidencial es un hombre (o mujer) de tal capacidad y poder, que el presidente no pronuncia una sola palabra sin antes consultarlo con su asesor.
Por eso es vital el puesto. Al presidente le deben llegar perfectamente digeridas las amenazas contra la nación o bien las posturas que debe adoptar el gobierno ante una situación dada, para que ya sólo quede en él tomar la decisión final.
Por eso fue todo un acontecimiento el nombramiento de Adolfo Aguilar Zinser, pues Vicente Fox, como cualquier otro presidente, parecía no necesitar asesor alguno. No se mueve la hoja de un árbol si no lo ordena el presidente.
Pero la soberbia e ignorancia de uno, mezclada con la ambición del otro, dieron al traste con el intento de tener un “cerebro” en seguridad nacional que llevara al presidente de la mano por los caminos más oscuros de la inseguridad.
Aguilar Zinser llegó a llamar a México el “patio trasero” de Estados Unidos, y Vicente Fox a decir que “los mexicanos hacen el trabajo que ni los negros quieren hacer”.
Si a esto se le suma que el presidente, cualquiera que sea su partido, sigue siendo el gran señor del poder, pues no hay necesidad de que tenga un asesor de seguridad nacional. Aguilar Zinser sólo estuvo de diciembre de 2000 a enero de 2002 cuando fue obligado a renunciar al puesto de asesor presidencial, para ser designado embajador de México ante las Naciones Unidos, hasta octubre de 2003, cuando lo despidieron con todo y su “patio trasero”. Aguilar Zinser falleció en un accidente automovilístico el 5 de junio de 2005.
Esta semana nos amanecimos con la noticia de que el presidente Felipe Calderón había designado a Jorge Tello Peón, un viejo personaje de la comunidad de inteligencia policiaca, como su asesor en seguridad nacional y coordinador de todas las instancias relativas.
Como dicen los expertos, el nombramiento de Tello Peón tiene más de una lectura, aunque es más prudente hacer preguntas que tratar de interpretar la mente presidencial para llegar a una conclusión valedera sobre el porqué se consiguió un “asesor” en seguridad nacional.
Calderón cuenta con un gabinete de Seguridad Nacional integrado por el secretario de la Defensa Nacional, el de Marina-Armada de México, Procurador General de la República, Secretario de Seguridad Pública federal y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, coordinados, supuestamente, por el secretario de Gobernación.
Y al menos que los resultados de dicho gabinete no hayan sido hasta ahora satisfactorios, no es entiende por qué el presidente les pone encima a un coordinador que desde que dejó la trinchera oficial de la inteligencia policiaca, pasó a servir de tiempo completa a una de las grandes empresas de la iniciativa privada de este país.
¿Será que Tello Peón, más allá de probar o no sus capacidades y méritos, es el caballo de Troya de los señores del gran capital que ya están cansados de que el gobierno federal no les garantice su seguridad personal, la de sus familias y, sobre todo, la de sus enormes fortunas, y ahora quieren hacerse cargo de limpiar la casa?
Y lo ideal sería que el nuevo asesor presidencial se dedicara realmente a asesorar al presidente sin meterse en política, pero desgraciadamente no será así, al contrario, pronto escucharemos una voz más decir “por aquí… síganme”.
De ahí, y perdóneseme la insuflada cita, Napoleón decía que “es mejor un mal general que dos buenos”. No puede haber tantos mandos tratando de conseguir un mismo objetivo.
Por otra parte, qué papel van a desempeñar las fuerzas armadas cuando ya se anuncia que un civil las va a coordinar. No hace mucho, el secretario de Marina-Armada de México señaló:
“A las fuerzas armadas nos compete proporcionar el ambiente de seguridad y confianza para el desarrollo social, económico y político; es premisa indispensable para cualquier desarrollo nacional, garantizar y mantener la seguridad de la república mediante la fortaleza del pacto social y federal”.
O la siempre vigente sentencia del general Guillermo Galván Galván, secretario de la Defensa Nacional: “No buscamos hacer la guardia que no nos toca, pero de ninguna manera queremos dejar de hacer la que nos corresponda, la que el país nos exija…”

Fecha: 2008-10-23 10:48:31

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