miércoles, 29 de octubre de 2008

Apabullante vigilancia




La movilización policiaca, con agentes federales y del Distrito Federal alrededor y dentro de la Cámara de Diputados, sobrepasó los operativos desplegados con anterioridad para contener la movilización social. En las acciones participaron también elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP) y empleados del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

Alrededor de 4 mil efectivos resguardaron el recinto legislativo de San Lázaro, coordinados por el secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna. Aun cuando esta vez mantuvo un perfil discreto y no se le pudo ubicar, legisladores del PAN informaron que se encontraba operando desde una oficina que le facilitó el coordinador de la bancada, Héctor Larios Córdova, ubicada en el área conocida como el spa.

El despliegue de las fuerzas del orden comenzó 24 horas antes de la sesión celebrada ayer.

Los primeros agentes federales en ocupar las instalaciones legislativas provenían de la Policía Federal Preventiva (PFP). Con objeto de no evidenciar la magnitud de su presencia fueron trasladados al sótano, donde instalaron casas de campaña y bolsas de dormir, aunque la mayoría sólo descansó sobre colchonetas.

Desde las diez de la noche del lunes el edificio quedó sellado por más de mil agentes estratégicamente distribuidos en todos los accesos externos e internos de San Lázaro. Instalaron vallas y movilizaron perros entrenados para detectar artefactos explosivos. A ellos se sumaron un centenar de elementos del EMP vestidos de civil, que controlaron el paso de diputados, personal, visitantes y de representantes de los medios de comunicación.

Además, algunos miembros del EMP fueron disfrazados de camarógrafos y reporteros para grabar –con cámaras semiprofesionales– a todos los diputados, reporteros e invitados que ingresaron al salón de protocolo, donde Andrés Manuel López Obrador dirigió un mensaje a la nación.

Otros militares, también vestidos de civil, se ubicaron en la zona de la mesa directiva, luego de que diputados del Frente Amplio Progresista tomaron la tribuna.

Desde el amanecer se instalaron retenes sobre avenida Congreso de la Unión, Eje 3 Oriente y las calles que confluyen al recinto. Sólo transitaron hacia el inmueble los automóviles o personas que portaban tarjetas especiales e identificaciones, respectivamente. Así se replegó la movilización que encabezó López Obrador. Los contingentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, del Sindicato Mexicano de Electricistas, mujeres, hombres, niños y ancianos llegaron hasta uno de los accesos, en la calle Emiliano Zapata, y de ahí se trasladaron a la siguiente calle, Sidar y Rovirosa, mientras en las cercanías del Palacio de Justicia se apostaron miles de personas en protesta contra el albazo que, posteriormente, se concretó en el salón de plenos.

A pesar del frío que se abatió en la ciudad de México, las personas que integran el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo resistieron los embates climáticos y, con respeto a los policías que los vigilaban, acataron las peticiones de no responder a ningún acto de provocación o violencia hasta que concluyó la sesión ordinaria.

Para este operativo la PFP movilizó oficialmente mil 800 elementos, distribuidos en tres puntos, listos para actuar en caso de que la protesta social “ameritara ser controlada”, dijo un comandante de grupo.

Del total, 800 policías federales custodiaron la Cámara de Diputados; además, otros 200 fueron apostados en el Centro Banamex y 800 más en Palacio Nacional.

La SSP federal informó que hubo “un saldo blanco”, por lo que pasadas las siete de la noche los mil 500 policías capitalinos se retiraron de la zona y los agentes federales comenzaron a desmontar la cerca metálica que habían colocado para controlar los accesos al recinto parlamentario.

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