Sin Embargo. 5 de Abril del 2021
“…Estoy harto de tanto pendejo”, dice Onésimo Cepeda, de cura a candidato de Fuerza por México
En mayo de 2012, de manera abrupta, el entonces Papa Benedicto XVI le quitó la Diócesis de Ecatepec al obispo Onésimo Cepeda debido, según las fuentes de El Vaticano citadas entonces, a su vida mundana, a sus múltiples escándalos y a las denuncias que lo señalaban de ser un defraudador sin escrúpulos.
Ciudad de México, 5 de abril (SinEmbargo).- El Obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda, anunció hoy sus aspiraciones políticas arropado por Fuerza Por México. Lo hizo con una frase que pasará a la historia: “¿Ustedes se preguntarán que por qué acepto yo ser candidato? Estoy harto de tanto pendejo que gobierna”.
En medio de la polémica, Onésimo busca llegar al Congreso del Estado de México. Quiere una diputación por el Distrito 21 en la entidad gobernada por Alfredo del Mazo Maza.
“¿Ustedes se preguntarán que por qué acepto yo ser candidato? La primera porque quiero a México; y la fundamental porque estoy harto de tanto pendejo que gobierna y que se sienta en curules por todos lados. Yo creo que México merece algo mejor”, dijo Cepeda durante una conferencia de prensa en la Ciudad de México.
“Desgraciadamente todos son ratas y todos roban algo, yo espero no robar nada”, añadió el polémico personaje.
En mayo de 2012, de manera abrupta, el entonces Papa Benedicto XVI le quitó la Diócesis de Ecatepec al obispo Cepeda debido, según las fuentes de El Vaticano citadas entonces, a su vida mundana, a sus múltiples escándalos y a las denuncias que lo señalaban de ser un defraudador sin escrúpulos. Todos estos hechos dañaban la imagen de la Iglesia católica en México desde hacía años.
El especialista Bernardo Barranco comentó entonces para SinEmbargo: “Fue muy violenta y muy atípica la manera en que se le quitó la diócesis de Ecatepec a Onésimo Cepeda. El Vaticano no guardó las formas. Se ve que ya tenía prisa por sacarlo de la jugada. El mismo Onésimo no se esperaba este golpe fulminante. En sus expectativas estaba el haberse quedado un par de años más al frente de la Diócesis”.
–¿A qué atribuye este duro revés contra Onésimo? –se le preguntó al maestro Barranco.
–Creo que la razón principal son los escándalos en que siempre anda metido, los cuales dañan la imagen del Episcopado mexicano. Él último de ellos es la denuncia penal en que se le acusó de obtener fraudulentamente una multimillonaria colección de arte, aparte de otros líos financieros que trae en su calidad de empresario –expuso el especialista.
“Onésimo siempre llevó una vida mundana y frívola; en su juventud fue rockero, torero, parrandero y corredor de bolsa. Luego se metió al sacerdocio, donde siempre procuró colocarse al lado de los poderosos. Es un obispo cortesano obsesionado enfermizamente por el poder, el dinero y los reflectores. Su estilo bravucón choca con las formas sedosas del Vaticano, que ya no le tuvo más paciencia y le aceptó rápidamente su renuncia”, agregó.
Barranco se refirió también a la denuncia por “fraude procesal” que, en octubre de 2008, interpuso contra el obispo la empresa Arthinia Internacional bajo el cargo de falsificar un pagaré por 130 millones de dólares, maniobra que le permitió cobrarse con una valiosa colección de obras pictóricas propiedad de Arthinia.
Se trata de 44 obras de pintores muy cotizados en el mercado del arte, como Francisco de Goya, Amedeo Modigliani, Pablo Picasso, Marc Chagall, Joaquín Sorolla, Diego Rivera, Rufino Tamayo, José Clemente Orozco y otros.
En noviembre de 2010, Arthinia obtuvo un amparo que obligaba a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) a solicitar una orden de aprehensión contra el prelado. Sin embargo, en junio de 2011 el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Distrito Federal echó abajo ese amparo y libró a Cepeda de ir a la cárcel.
LOS GRANDES NEGOCIOS Y EL PRI
De acuerdo con un texto de Rodrigo Vera, publicado en SinEmbargo el 13 de mayo de 2012, a la par que realizaba jugosos negocios escudado en prestanombres, Cepeda se codeaba con la alta clase política y empresarial, al grado de que su “amigo” el entonces Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León asistió a la inauguración de la aparatosa catedral de Ecatepec, el 25 de abril de 1999. Por ese motivo el Estado Mayor Presidencial tomó el control de la catedral y de las calles aledañas, y el PRI le llevó varios autobuses de “acarreados”.
En la ceremonia religiosa, desde el altar, Cepeda agradeció la “generosidad del Gobierno federal, a través del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, un hombre bueno y honrado, que supo captar la necesidad de algo que pudiera dar identidad a esta diócesis”.
Aparte de Zedillo Ponce de León lo escuchaban varios funcionarios y políticos de aquél tiempo: Carlos Salomón Cámara, director de la Lotería Nacional; Juan S. Millán, Gobernador de Sinaloa; Eduardo Robledo, Secretario de la Reforma Agraria. También estaba su amigo, el banquero Alfredo Harp Helú.
El obipso construyó aceleradamente la catedral con donativos de los dueños de las empresas Cementos Tolteca, Sicartsa, Tamesa, Cemex, El Fuerte, Fábricas de Triplay, Mecánica de Suelos y Cimentaciones, Banamex y Fábrica de Jabón La Corona, entre otras. Y presumia orgulloso:
“Muchas veces tiene uno que utilizar sus influencias con los ricos para ayudar a los pobres. Por ejemplo, mi catedral, si la hubiera querido hacer con el dinero que da la gente de Ecatepec, pues creo que la hubiéramos terminado quizá en 500 años”.
En 2000, Cepeda apoyó la campaña del candidato presidencial priista Francisco Labastida Ochoa, de cuya amistad también se ufanaba, pues decía entonces que llevaba 20 años jugando tenis con él y que su relación se iba “estrechando” cada día.
Pero Labastida. Ochoa perdió en las elecciones presidenciales de ese año. El jerarca católico dejó aquella entrañable amistad y se acercó al panista Vicente Fox Quesada cuando llegó a Los Pinos.
Hábil para cortejar a los poderosos, el obispo muy pronto se granjeó la confianza de Fox Quesada y de su esposa Marta Sahagún, al extremo mover sus influencias en Roma para que la pareja pudiera casarse por la Iglesia, expuso Vera.
Sin embargo, a mediados del 2011 Cepeda tuvo un choque con el entonces Presidente, Felipe Calderón Hinojosa, porque el obispo apoyó al empresario y político priista Jorge Hank Rhon cuando éste permanecía arraigado por el delito de acopio de armas. En una carta le expresó:
“Me dio mucha pena enterarme de lo sucedido en tu persona y lo primero que quiero hacer constar es que te conozco desde hace tiempo y lo que ha sucedido no mengua en nada mi amistad, sino al contrario… Quiero ofrecerte todo mi apoyo en lo que pueda valer con las oraciones mías, de mi clero y de mi pueblo”.
Además le agradecía a Hank Rhon sus ayudas: “Te he conocido como un hombre de ley, que además de cumplir su trabajo ha sido generoso con aquellos que lo han necesitado, me incluyo porque colaboraste para ayudar al pueblo de Ecatepec”.
También el arzobispo de Tijuana, Rafael Romo, y el obispo de Mexicali, José Isidro Guerrero, le brindaron su apoyo a Hank Rhon. Molesto, Calderón calificó públicamente a los tres obispos como una “raza de víboras” que aparentan ser un “modelo de santidad”.
En el ámbito eclesiástico Onésimo Cepeda también supo cortejar a los poderosos y ganarse su confianza para obtener prebendas personales, sin detenerse en otro tipo de consideraciones, planteó el reportaje de Rodrigo Vera.
“En un tiempo el viejo amigo del PRI fue seguidor de Sergio Méndez Arceo en la Diócesis de Cuernavaca, quien lo ordenó sacerdote en 1970. Juntos participaron en la corriente pastoral de la opción preferencial por los pobres”, añadió.
“Pero después Onésimo le dio la espalda a Méndez Arceo y con el tiempo se convirtió en un personaje clave para desmantelar la labor del obispo”.
ERUVIEL Y ONÉSIMO, OTRO ESCÁNDALO
En junio de 2019. otro escándalo le detonó a quien hoy es candidato de la coalición PRI-PAN, o Fuerza por México.
El exgobernador priista Eruviel Ávila Villegas demandó por daño moral al periodista Humberto Padgett, a quien reclamó entonces 10 millones de pesos por las supuestas afectaciones sufridas a su reputación tras la publicación de un reportaje de perfil.
Ávila Villegas es el hombre que sucedió a Enrique Peña Nieto como Gobernador del Estado de México. Aunque no pertenecía al círculo político cercano del Presidente de México, sí es un personaje poderoso dentro del Revolucionario Institucional y en la vida pública.
En el texto que origina la controversia se relatan situaciones sexuales con menores de edad que involucran al obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda, y en las que habría estado presente el exmandatario del Edomex. El reportaje fue publicado como un capítulo dentro del libro Los Suspirantes 2018, editado por Planeta y coordinado por Jorge Zepeda Patterson.
Padgett atribuyó a cinco fuentes, todas abiertas, los detalles de fiestas de la clase política de Ecatepec en que habrían transcurrido los supuestos acercamientos y tocamientos a hombres con aspecto de ser menores de edad.
Eruviel, quien se desempeñó como vicecoordinador de campaña del candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade Kuribreña, radicó la queja en un juzgado civil situado en Ecatepec, municipio del que fue Alcalde en dos ocasiones y Diputado local otras dos.
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