sábado, 16 de febrero de 2019

¿Por qué si a Pemex la manejaban puros chingones, heredaron una empresa tan jodida?

Federico Arreola. SDP
A bancos y calificadoras les cae mal Octavio Romero, que no está en Pemex para agradar a financieros exquisitos. Pero ¿por qué tales bancos y calificadoras se enamoraron de un tipo como Lozoya que no era administrador, cuyo perfil era de publirrelacionista de Tiffany y que por corrupto quebró a la petrolera? RESPUESTA: las ratas son  favoritas cuando todos andan en raterías
A bancos y calificadoras les cae mal Octavio Romero, que no está en Pemex para agradar a financieros exquisitos. Pero ¿por qué tales bancos y calificadoras se enamoraron de un tipo como Lozoya que no era administrador, cuyo perfil era de publirrelacionista de Tiffany y que por corrupto quebró a la petrolera? RESPUESTA: las ratas son favoritas cuando todos andan en raterías
Foto propiedad de: Internet

Cualquier persona que haya manejado un negocio en problemas graves sabe lo que tiene que hacer para sacarlo adelante: trabajar honradamente, incansablemente con los recursos disponibles. Esto es, hacer lo que se pueda con lo que se tenga. Además de ello, ignorar a los metiches que en todo momento van a cuestionar el porqué no gastar mucha más lana en financiar algunos proyectos carísimos. Son de hueva los que critican desde el sillón, viendo la TV, al ciclista que en el la etapa más montañosa del Tour de Francia sufre horrores para mantenerse en la pelea con los líderes.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, y el director de Pemex, Octavio Romero, presentaron el único plan posible —dadas las circunstancias de verdadero desastre de la empresa— para fortalecer a la petrolera.
El plan no gustó a algunos bancos y a diferentes calificadoras. En resumidas cuentas, las personas que están detrás de los análisis difundidos por tales instituciones piensan que Pemex necesitaba el doble de recursos de los que tendrá para 2019.
¿Duplicar las inversiones? ¿Y con qué? Si el gobierno de López Obrador tiene éxito, Pemex empezará a salir del abismo en que la hundieron las administraciones —ineficientes y corruptas— de los últimos 30 años. Después de logrado ese objetivo la empresa podrá empezar a ser de nuevo realmente productiva.
No sorprende que bancos y agencias de finanzas varias descalifiquen a la empresa Pemex del sexenio de Andrés Manuel: hay un sesgo ideológico notable en sus diagnósticos. Era lo esperado y, desde luego, el presidente de la República y su equipo seguramente están más que preparados para navegar contra el viento de la incomprensión. Como es un gobierno distinto, no se le entiende. Pero también, y esto es lo delicado, como es un gobierno que ha roto con las transas de muchos de quienes participan de alguna manera en los mencionados bancos y calificadoras, se le combate.
Lo que llama la atención es que tanto las instituciones bancarias como las calificadoras que hoy abusan desacreditando sin argumentos realmente válidos los esfuerzos honestos de AMLO y su equipo, en otros tiempos —lejanos y recientes— trataron bastante mejor a los administradores de Pemex que tanto dañaron con su ineficacia y sus latrocinios a esa empresa.
Con Emilio Lozoya Austin, por ejemplo, hubo no solo complacencia, sino apoyo inclusive cuando le estalló el escándalo de Odebrecht, un caso criminal que no ha sido suficientemente juzgado y por el que en México aún no se castiga a nadie. Creo que, al menos en este asunto, Andrés Manuel tendrá que ignorar su compromiso de no meterse a ajustar cuentas con el pasado.
Entiendo que a los expertos en finanzas no les guste que al frente de Pemex esté un agrónomo como Octavio Romero, que ha sido colocado ahí no para agradar a financieros exquisitos, sino para combatir la corrupción y el brutal robo de combustible. Muy bien, Octavio no les gusta, pero ¿por qué los bancos y las calificadoras se enamoraron de un tipo como Lozoya, que demostró no ser administrador, cuyo perfil era el de publirrelacionista de tienda de Tiffany y que hizo tan mal papel que terminó de corromper a la gran petrolera mexicana y que, con la ayuda de sus sucesores, dejó prácticamente en quiebra a una empresa que tiene todo para ser inmensamente próspera?
En general, el juicio que se hace acerca de los administradores de Pemex del pasado es que eran bien competentes, mientras que los actuales no convencen a nadie.
¡Carajo! ¿Si todos aquellos eran tan chingones, entonces por qué dejaron a la empresa Pemex tan jodida? Respuesta: por ratas. Sí, en efecto: tenían modales refinados, eran capaces de expresarse con propiedad en inglés, dominaban la terminología financiera mamila, presumían a no pocos banqueros entre sus amigos..., pero al mismo tiempo eran bien ratas, como todo el mundo sabe.


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