Por: Jorge Gómez Naredo (@jgnaredo)
1 de diciembre de 2017.- En realidad la diferencia es mucha, más de la que reconocen las encuestas. Hoy por hoy, Andrés Manuel López Obrador se ubica muy alto en las preferencias electorales con rumbo al 2018.
¿Por qué Andrés Manuel es el candidato a vencer? Habrá quien interprete que es porque ningún otro partido y/o coalición tienen un candidato definido. Esa interpretación es errónea, llena de mentiras. Desde hace mucho tiempo el PAN, el PRD y MC, lo reconozcan o no, tienen como candidato a Ricardo Anaya. Y en el PRI o iba José Antonio Meade u Osorio Chong. Es decir, los candidatos han estado definidos desde hacía mucho tiempo.
Pero los candidatos no serán, en la siguiente elección, el punto nodal de la disputa. La batalla, y la gente lo entiende, está en otro plano.
El elemento central es el hartazgo de la gente. El PAN demostró que es un partido que no funciona como gobierno, un partido que en pocos años evidenció, además de ineficacia, corrupción, cinismo y prepotencia. ¿Volver a votar al partido que inició una guerra que ha dejado al país lleno de sangre? Y el PRI…, el PRI en tan sólo cinco años ha demostrado que no cambiará, y que seguirá siendo siempre y por el resto de la historia el PRI: la corrupción, la impunidad, el cinismo.
Por eso, el camino para que este país no se caiga aún más en pedacitos (y la gente lo entiende) es Morena y Andrés Manuel López Obrador. Es la salida a este despeñadero al cual nos han llevado, juntos muy juntos, el PRI y el PAN.
Hay quienes afirman que Andrés Manuel no llegará a la presidencia porque sucederá lo mismo que en 2006: seré el puntero durante todo el proceso electoral y, al final, terminará “perdiendo” las elecciones. Esta “reflexión”, que la hacen líderes del PRI, el PAN, el PRD y MC y no pocos “periodistas” que opinan según los intereses de sus billeteras, en realidad es más un deseo que una realidad.
2018 es muy distinto a 2006. Las condiciones, el contexto, todo ha cambiado. Y la gente se ha llenado, además de hartazgo, de dolor, de pánico, de impotencia y de sufrimiento. Y por eso esa gente ve en Andrés Manuel y en Morena una salida, una esperanza. Y eso es más fuerte que las notas pagadas a favor de José Antonio Meade y de Ricardo Anaya, es más fuerte que la guerra sucia en contra de Morena, es más fuerte que los merolicos que desde un micrófono de radio o de una cámara de televisión dicen y dirán que Meade es lo mejor, que Anaya es la esperanza, que el frente va y que el PRI va, y que Morena y Andrés Manuel mal muy mal extremadamente mal.
Sí, Morena y Andrés Manuel, están blindados.
Sin embargo, hay una cuestión que no hay que obviar y hay que tomar en muy en cuenta: la defensa del voto, que en realidad es la defensa de decisión de la gente y es la defensa, así, simple, de la democracia en el país.
Es ahí donde se deben poner todas las energías: a defender el voto de la gente, a defender lo que diga la gente, a defender la democracia de este país, a defender la única esperanza que queda para que esta nación puede ser distinta a lo que hoy es: que no está destinada al fracaso siempre, a la corrupción, a la impunidad, al cinismo.
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