CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El ambiente público en México está envenenándose: Un día sí y el otro también se acumulan en todo el territorio nacional –y aun en Estados Unidos– hechos siniestros, pútridos, que perfilan un guión parecido a la película que ya vimos en 2006.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, tiene derecho pleno a decir y a desear que el partido en el que milita y por el que llegó al cargo gane las elecciones, pero es una señal ominosa para el país que el jefe del Estado mexicano disponga del aparato gubernamental para concretar ese objetivo.
Porque esto es lo que está haciendo Peña desde el gobierno federal en el Estado de México, articulándose con el gobernador Eruviel Ávila para, con recursos ilegales –además del altísimo financiamiento público–, imponer al candidato priista, Alfredo del Mazo –su primo–, como ganador en las elecciones de junio.
El ejemplo de Peña lo está siguiendo Rubén Moreira en Coahuila, con la insolente e ilegal entrega de despensas, tinacos, pintura e impermeabilizantes, con el inequívoco mensaje de que el único cambio será de estación.
Pasa lo mismo en Nayarit y en Veracruz, donde Miguel Ángel Yunes replica el modelo que tan bien conoce como priista que fue.
Con el Instituto Nacional Electoral (INE) como autoridad pasmada, omisa, cómplice, el ejemplo de Peña es previsible que se generalizará hacia las elecciones federales del próximo año, cuyo proceso aun informalmente ya está en marcha con ejercicios de manipulación y desinformación para generar un clima cargado en la sociedad.
Hace una semana, el domingo 5, comenzó a circular en redes sociales el rumor del asesinato de la periodista Carmen Aristegui, que para ampliar la difusión de la mentira incluyó la adulteración de la cuenta de Twitter del exconductor de Televisa, Joaquín López-Dóriga. ¿Cuál era el objetivo de esa infamia? No se sabe, por el carácter anónimo de la campaña.
Pero hoy lunes otra periodista, Lydia Cacho, aseguró que los responsables de la falsa muerte de Aristegui son Jorge Camarillo y Armando de León, don consultores bajacalifornianos, pero fue más allá:
“Nos preguntamos ¿para quién trabajan? Los datos duros, la ruta del dinero y las huellas cibernéticas no mienten cuando hacemos periodismo profesional. Ambos personajes trabajan para Heriberto Félix, Ernesto Cordero y Juan Ignacio Zavala. En nuestra investigación encontramos que son los mismos que en varias ocasiones ‘mataron’ a Chespirito y a Chabelo para desviar la atención de noticias serias de ataques militares a civiles e importantes datos aportados por investigaciones periodísticas de primer nivel”.
Zavala, hermano de la aspirante presidencial panista Margarita Zavala, y el senador Ernesto Cordero, también adicto a Felipe Calderón, negaron su involucramiento y descalificaron a Cacho:
“Es promotora legendaria de fake news. No tiene cómo comprobar que esa gente trabaja para mí”, dijo el primero; “es falso, no conozco a los mencionados”, respondió el segundo, que amagó con denunciarla.
“La ciberguerra de baja intensidad llegó para quedarse. Investigar y denunciar formalmente es la única salida. Si esta semana encuentran rumores sobre mí, ya saben de dónde vienen y quién los paga. Ignórenlos, que el día que yo muera lo sabrán por periodistas de verdad”, remató Lydia su artículo sin que, hasta las 20 horas de este lunes haya respondido a los desmentidos de los panistas.
En un hecho semejante al de Aristegui, este lunes, Víctor Trujillo, en su personaje de Brozo, negó también que haya habido un atentado contra su vida. “La información es falsa”, aseguró en su cuenta de Twitter.
Este mismo lunes, en Nueva York, un grupo de individuos interrumpió el discurso que pronunciaba el confeso aspirante presidencial Andrés Manuel López Obrador ante mexicanos residentes en esa ciudad. Aunque no se produjo ninguna acción de violencia, el encuentro debió suspenderse.
¿Quiénes eran los reventadores que mostraban a López Obrador pancartas con fotografías de López Obrador con José Luis Abarca, el alcalde de Iguala acusado de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa? No se sabe aún, tampoco si fue auténtica o en un montaje, pero ensució la visita del dirigente de Morena.
Esta visita se produce luego de que, hace también una semana, Margarita Zavala visitó Estados Unidos y, además de entrevistarse con el ultraderechista republicano John McCain, tuvo un penoso desempeño en una entrevista con el periodista Jorge Ramos, con el capitolio al fondo.
Pero así como las redes sociales son virtuosas como difusoras de información y aun para sancionar con calificativos y hasta burla a políticos, se corrompen cuando son usadas para propalar de manera anónima rumores y falsedades para generar miedo y odio por ideología, raza o condición económica.
No debe confundirse el ejercicio periodístico y de crítica de autores plenamente identificados, que deben acreditar la información que difunden, con la mentira y el rumor esparcida por personajes anónimos con fines desestabilizadores.
A menos de año y medio de la elección presidencial, se acumulan hechos ominosos que, aunque parecen todavía aislados, se pueden convertir en un patrón de comportamiento que pervierta ese proceso cívico. No debe haber otro 2006…
Apuntes
Los dirigentes del PRD afirman que tienen cuatro millones 437 mil militantes, pero en la elección federal de 2015 ni siquiera fueron a votar todos: Sólo acudieron cuatro millones 335 mil de ellos. Es decir, 101 mil menos. No: El desastre en ese partido viene de lejos…
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado
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