martes, 21 de marzo de 2017

El jersey de Brady y la mexicana impunidad

Las oficinas del diario La Prensa en la CDMX. Foto: AP / Rebecca Blackwell

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- ¿Qué motivó al periodista Mauricio Ortega Camberos, director del diario de mayor circulación de México, La Prensa –con 284 mil 984 ejemplares diarios–, a robar de los vestidores la camiseta de Tom Brady, mariscal de Nueva Inglaterra, al término del Súper Tazón más visto de la historia con 113 millones de telespectadores? Además del impulso criminal, la respuesta no puede ser otra que la impunidad a que está acostumbrado.

Sabemos quién es el presunto delincuente, que todavía debe ser extraditado para ser sometido a juicio y sentenciado por un juez, porque ocurrió y se investigó en Estados Unidos, no en México, patria del acusado, donde se saquea, se mata, se viola y se miente sin consecuencias desde la política, los negocios, la fe, la información…
“Nadie viene a Texas y nos hace quedar mal en nuestro propio terreno”, declaró el jefe de Policía de Houston, Art Acevedo, al dar a conocer que, tras una investigación del FBI, la camiseta de Brady fue encontrada en el domicilio de Ortega Camberos en México.
Esta frase del jefe policiaco de Texas resume no sólo el cumplimiento del deber de un servidor público orgulloso de serlo, sino que representa la antítesis de la impunidad: “El que la hace, la paga”.
Se sabe que Brady es amigo de Donald Trump, quien con el robo del jersey –y de otros objetos ajenos que estaban en poder de Ortega– tiene más municiones para disparar contra México y su muy arraigada incultura del crimen, la corrupción y la impunidad.
El escándalo del robo que se le imputa al director de La Prensa –“el periódico que dice lo que otros callan”, es su lema– ha estallado en vísperas de que el Senado designe al fiscal anticorrupción, el primero que tendrá México en su historia, y tanta indignación de los mexicanos podría evitar que se consume otra mascarada en beneficio de la impunidad.
En efecto, después de que fracasó la maniobra del gobierno de Enrique Peña Nieto para imponer como fiscal anticorrupción a la presidenta del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), Ximena Puente, y de que dos aspirantes al cargo, Braulio Robles Zúñiga y Angélica Palacios Zárate, fueron  descubiertos por plagiar un ensayo, este martes 21 de marzo las comisiones deberán turnar al órgano de gobierno del Senado a los 23 finalistas.
Justo el día del natalicio del prócer liberal Benito Juárez –quien hizo de la honradez y austeridad emblemas de su gobierno– iniciará la etapa final para que sea designado el fiscal, quien tendrá la encomienda de investigar el saqueo de los recursos de los mexicanos, que muy posiblemente saldrá de los cuatro propuestos por el Comité de Acompañamiento Ciudadano, encabezado por Luis Carlos Ugalde, el parcial árbitro electoral en la elección de 2006.
Porque de por medio está no el robo de una camiseta deportiva, sino el dinero de la nación, es preciso que los mexicanos eviten que, otra vez, el fiscal anticorrupción sea el custodio de los intereses de quienes lo designan, exactamente como lo es hoy Raúl Cervantes, el procurador general de la República.
El PAN promueve a César Alejandro Chávez Flores, quien trabajó con uno de los procuradores con Felipe Calderón, Arturo Chávez Chávez, a su vez socio del despacho del también panista Antonio Lozano Gracia, quien ostentó ese mismo cargo con Ernesto Zedillo. Fue visitador con Arely Gómez y renunció tras acreditar que el jefe policiaco Tomás Zerón alteró pruebas en el caso Ayotzinapa.
El PRI respalda a José Bernardo Rafael Espino del Castillo Barrón, actual director de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y al embajador Miguel Ángel González Félix, experto en negociaciones internacionales, y conjuntamente con el PAN promueve también a Manuel Luciano Hallivis Pelayo.
A Hallivis Pelayo no hay que perderlo de vista: Se separó como presidente del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, que asumió en mayo del año pasado, para buscar ser fiscal anticorrupción, y al cargo de magistrado llegó, primero, con el impulso de Vicente Fox, el 18 de septiembre de 2002, y luego, en agosto de 2008, Felipe Calderón lo propuso para una reelección de 15 años.
¿Por qué alguien que tiene seguro el cargo de magistrado hasta el 2023 busca ser fiscal anticorrupción por sólo año y medio, como es el lapso que durará el nuevo fiscal anticorrupción? Una de dos: Vocación por el servicio público, para romper de tajo con el paradigma de la impunidad, o componenda en la cúpula del poder.
Tampoco hay que perder de vista a otro aspirante que no estuvo entre los cuatro propuestos por el grupo encabezado por Ugalde, pero que no debe descartarse: Edgardo Flores Campbell, un panista bajacaliforniano conocido como “El Sopas” que trascendió el sexenio de Felipe Calderón en la Policía Federal…
El asunto es muy claro: No es el jersey de un deportista gringo, es la patria…
Apuntes
Ricardo Monlui Cabrera, director de El Político y autor de la columna “Crisol”, es el primer periodista asesinado en el gobierno del panista Miguel Ángel Yunes, quien está en la disyuntiva de esclarecerlo o asumir la misma conducta omisa y cómplice de su antecesor, Javier Duarte, quien acumuló al menos 19 asesinatos de colegas en su sangriento sexenio. La omisión de Yunes es simplemente cederle las investigaciones a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle), de la PGR, sinónimo de impunidad.
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado

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