Iñárritu, Lubezki, Di Caprio
Spotlight, como en México
Que resuene hasta el Vaticano
EL EJECUTIVO PIDE A LA CONAGO DEBATIR EL MANDO ÚNICO POLICIAL. Los integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores, durante su 50 reunión, recibieron un exhorto del presidente Enrique Peña Nieto a agilizar la discusión de su iniciativa sobre el mando único.
No significa que tenga que aprobarse en sus términos, pero que se debata ya, dijo. En la imagen, los mandatarios de Guanajuato, Miguel Márquez; de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera; de Chiapas, Manuel Velasco; de Coahuila, Rubén Moreira, y de Baja California Sur, Carlos MendozaFoto Agencia MVT
L
a entrega anual de los Óscares ha trascendido su condición original de mero escaparate comercial de lo más rescatable de la producción cinematográfica de corte jolivudense hasta consolidarse como una plataforma de difusión de mensajes y posturas políticas e ideológicas más allá y por encima de los específicos intereses de la industria y los capitales que mueven ese mundo de fantasía y realidades.
Este domingo, en Los Ángeles, las minorías étnicas insertas en el falso sueño americano tuvieron especiales momentos de reivindicación. La contundente ausencia de candidaturas de negros (atribuible esencialmente a las empresas productoras, no sólo a quienes juzgan los productos) hizo que entre el jugueteo crítico del conductor Chris Rock y otros guiños admonitorios estuviera más presente que nunca la necesidad de diversificar la tonalidad participativa en los procesos cinematográficos.
Más concreto y significativo fue el triunfo de dos personajes, Alejandro González Iñárritu (AGI) y Emmanuel Lubezki, quienes confirmaron su calidad artística al ganar los premios, por dirección y por fotografía, respectivamente. Para González Iñárritu fue el segundo Óscar consecutivo (el primero por Birdman y el segundo por The revenant: El renacido) y el tercero en línea para un mexicano si se recuerda que Alfonso Cuarón había ganado en 2014 siete de esas estatuas para Gravity, una de ellas para él mismo como director. El cinefotógrafo Lubezki, apodado El Chivo, por su parte, sumó tres reconocimientos al hilo, con Gravity,Birdman y El renacido, como muestra de su enorme valía profesional.
La indiscutida calidad de esos y otros profesionales de la cinematografía propinó una cachetada con guante fílmico al precandidato republicano estadunidense Donald Trump, quien ha sustentado su avance en la proclamación de un racismo especialmente dirigido contra los mexicanos. Ese discurso fue contradicho con preseas en propia tierra estadunidense por González Iñárritu, Lubezki y Cuarón, pero no sólo ellos, pues no ganó un premio la noche del domingo Martín Hernández, pero es reconocida su maestría en asuntos de sonido (la de ayer fue su segunda nominación consecutiva), y no ha estado en ese tipo de postulaciones, pero también es una figura relevante en el plano internacional el escritor cinematográfico y director Guillermo Arriaga.
The revenant propició que al fin la Academia premiara a Leonardo di Caprio, un consistente actor que a juicio de este tecleador tiene en su haber mejores interpretaciones, a las que se escamoteó en su momento el Óscar. La victoria de Di Caprio generó en México la kafkiana movilización pública de seguidores del nacido en Hollywood, California, el 11 de noviembre de 1974. Así fue que en el Ángel capitalino, la Minerva tapatía y la Macroplaza regiomontana se produjeran concentraciones de fans que llegaron a corear, en reminiscencia papal,
¡Leonardo, hermano,/ ya eres mexicano!
No hubo movilizaciones ni manifestaciones, sino incluso cierto enfado de insostenible tufo
nacionalistapor la definición de mejor película para Spotlight, titulada en español En primera plana, como si ésta le hubiera arrebatado la valoración mayor a la película dirigida por AGI. El renacido es, a fin de cuentas, una construcción efectista, con una fotografía preciosa, de ciertos momentos de la mitología fundacional de Estados Unidos, sin un punto de referencia respecto a México y sus problemas. Spotlight, en cambio, toca un tema doloroso para la actualidad de nuestro país, el de la pederastia clerical tolerada y protegida no sólo por la élite eclesiástica.
En ese sentido, y sin restar un ápice a la valía de los vuelos estéticos y de fantasía de El renacido y sus notables artífices, la obra que México debería estar aplaudiendo y promoviendo esSpotlight, ganadora de la estatuillas doradas por mejor guión y mejor película. Sobrio, sin concesiones al melodrama fácil o la exhibición cruda de la miseria humana, el largometraje dirigido por Thomas McCarthy y escrito por él y Josh Singer habla también (sin saberlo ni proponérselo ni ser explícito) del México en el que se multiplica la impunidad de ministros de la religión católica que abusan sexualmente de menores de edad y sólo reciben como presunta reprimenda el cambio de parroquia en parroquia, para que vayan iniciando a partir de cero en cada lugar su agenda de agresiones sexuales.
O, en otros
castigos, el envío a centros de
tratamientosicológico y descanso, o, como en el caso de Oaxaca con el presbítero Gerardo Silvestre Hernández, el sometimiento a la justicia civil pero en condiciones de privilegio acordadas con los gobernantes en turno (Gabino Cué, en este episodio), con la expectativa de una sanción blanda por sólo uno de los casi 100 abusos conocidos y la enorme y abierta protección del arzobispo José Luis Chávez Botello. Pero no sólo él, recuérdense los esfuerzos de Norberto Rivera para impedir que se castigara a otro cura violador, o lo sucedido con el arzobispo Luis Morales Reyes encubriendo pederastia y el actual, Carlos Cabrero Romero, sobrellevando el tema en San Luis Potosí, mencionada al final en los créditos de Spotlight como una de las ciudades con estos problemas).
Spotlight también enfatiza la importancia del periodismo de investigación, justamente el que más enfada y peores reacciones genera en las alturas del poder, sea éste el político, el económico o el clerical.
Esta cinta les dio una voz a los sobrevivientes, y este Óscar amplifica esta voz, la cual esperamos se convierta en un coro que resuene hasta el Vaticano. Papa Francisco, es momento de proteger a los niños y restaurar la fe, dijo la noche del domingo la productora Blye Pagon Faust. González Iñarritu pidió que el color de la piel sea tan intrascendente como el largo del cabello. Di Caprio hizo una brillante defensa de la ecología, y recordó el minuto a minuto del cambio climático. Spotlight es un llamado a frenar la pederastia clerical, a la que ni Francisco quiso referirse en su reciente viaje a México. ¡Hasta mañana!
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