El Comité Provida recibió 3 millones 495 mil pesos de Transforma México y 863 mil 812 pesos directamente de Indesol (es decir, Gustavo Serrano limón le dio casi un millón de pesos a su hermano Jorge, institucionalmente).
Por Témoris Grecko
“El señor de la tangas”, le pusieron a Jorge Serrano Limón. Y ahora que lo tuvieron un par de noches en la cárcel, de las tangas fue de lo que se habló. Como si se hubiera gastado los 30 millones de pesos en calzones. Pero fueron 105 pesos. Y la verdad es que ni las compró el fundador de Provida ni las tangas importan en esta historia. Es una tontería que distrae a la opinión pública.
Lo que verdaderamente nos concierne son cosas mucho más graves: cómo fue que le otorgaron ese dinero del presupuesto federal, cómo es que quien lo hizo –el conocido bufón de la economía Luis Pazos- quedó más allá del alcance de la justicia, cómo es que durante el foxismo se montó una gran estructura para desviar fondos públicos hacia grupos de ultraderecha montada por Marta Sahagún, cómo es que el Estado mexicano financió “centros” donde se aterroriza a jóvenes mujeres en problemas, cómo es que la Secretaría de la Función Pública demostró el peculado de Serrano Limón desde 2005 y hasta ahora no le ha podido cobrar y apenas lo hizo pasar un ratito a la sombra… y el misterio: ¿quién pagó los 25 millones de pesos de su fianza y por qué?
Con excepción de lo más reciente, todo esto lo planteamos Salvador Frausto y yo en nuestro libro “El vocero de dios. Jorge Serrano Limón y la cruzada para dominar tu sexo, tu vida y tu país” (Grijalbo, 2008), en el que estudiamos el devenir de la extrema derecha en el nuevo milenio y –con el ejemplo de Serrano Limón- la manera en que recluta y forma a sus cuadros.
Deseábamos que Serrano Limón nos ayudara a vender ejemplares: lo había hecho con eficacia impresionante cada vez que quiso aplastar o censurar algo, como con la película “El crimen del padre Amaro” o las reformas sobre el derecho de las mujeres a elegir. Pero nos decepcionó: tras un intento de contradecirnos, tan débil como desorientado (hizo un video donde aseguraba que estábamos mal porque él es un devoto padre de familia, en lo cual estábamos de acuerdo y así lo pusimos en el libro), alguien debe haberle dicho, “Jorge, mejor cállate que sólo te perjudicas”, y Serrano Limón se alejó de la vida pública para refugiarse en la discreción.
EL COCHINITO DE PROVIDA
Eso no lo ha podido sacar del problema financiero en el que se metió, como se acaba de ver. El que tiene origen en el invierno 2002-2003, con una maniobra de Luis Pazos, que en esa época era diputado federal y presidente de una comisión legislativa muy poderosa, la de Presupuesto. Otra comisión, la de Equidad y Género, había asignado 208 millones de pesos a la lucha contra el sida. Pazos no tenía las facultades para cambiar esa decisión a su gusto, pero sí las mañas, y cuando nadie se daba cuenta, modificó los documentos para quitarle 30 millones a este rubro vital y ponerlo en donde se le antojó: los “Centros de Ayuda a la Mujer” del Comité Provida. Descubierto, Pazos se hizo el tonto y juró y perjuró que él no había sido, pero tuvo que admitir que esas actividades de una organización privada, la de Serrano Limón, que van en contra de una política de Estado, la de planificación familiar, eran financiadas por el propio Estado, y quitándole recursos a un programa del Estado, el del sida.
Las lagunas en la normatividad para elaborar el presupuesto y la falta de mecanismos de control le facilitarían a Pazos salirse con la suya. No contaba, sin embargo, con que seis organizaciones de la sociedad civil, entre las que se encontraban FUNDAR, GIRE y SIPAM, se pusieron a revisar el presupuesto y hallaron las pruebas de la maniobra. Pazos se había saltado las reglas a la brava:
-de entrada, por lo ya dicho: cambiar sin facultades lo determinado por la comisión correspondiente;
-esas asignaciones no se pueden hacer a dedo, tiene que haber un concurso público tras la presentación de un proyecto;
-el límite máximo asignable eran 250 mil pesos… pero Pazos otorgó 30 millones (120 veces esa cantidad);
-de todo lo que se había asignado a organizaciones civiles, Provida recibió más de la mitad, el 51% de los 58 millones de pesos concedidos en el Presupuesto 2003, y 120 veces más que cualquier otro beneficiario.
Pero no se procedió contra Luis Pazos: cuando se acabó su periodo como diputado, Vicente Fox lo puso en otro sitio donde podía hacer de las suyas: director general del Banco Nacional de Obras y Servicio Públicos (Banobras).
Se fueron esos diputados… pero no los senadores, cuyo término es más largo. La priísta Yolanda González pidió auditorías y así, eventualmente, Serrano Limón se descubrió en la urgencia de dar explicaciones de lo que hacía con el dinero, juntó facturas como pudo, se le coló un papelito del mercado de Mixcalco por una señora que se compró tres tangas, y el 15 de julio de 2003, el diario Reforma publicó el resultado de la investigación oficial, que halló múltiples irregularidades.
Muchas y muy graves. Pero Reforma acompañó su titular a ocho columnas, “Crea Provida su cochinito”, con la foto de la factura de tres tangas en 105 pesos, y en el imaginario colectivo el asunto quedó grabado como “el tangagate”.
Presionada, la Secretaría de la Función Pública hizo una segunda auditoría que confirmó los malos manejos, y encontró otros en donaciones hechas a Provida por el fideicomiso Transforma México (creado por Lotería Nacional) y el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), dirigido por Gustavo Serrano Limón, hermano de Jorge, y dependiente de la entonces secretaría de Desarrollo Social y después candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota. ¿Por qué le regalaron dinero de nuestros impuestos a Provida? La SFP no cuestionó a Pazos, ni a Gustavo ni a Vázquez Mota. Pero sí inhabilitó a Jorge por 15 años y le impuso una multa de 13 millones de pesos.
LA CATÓLICA RED DE CORRUPCIÓN
En entrevista, Serrano Limón nos dijo que Provida no empezó a recibir dinero público con Fox, sino que ya desde Zedillo les daban 3 millones de pesos anuales, que crecieron cuando la “pareja presidencial” Fox-Sahagún extendió su generosidad a la extrema derecha. Aunque los católicos la veían como una concubina y no como una esposa legítima y religiosamente casada, Marta se congraciaba con ellos a través de la inmensa red de financiación de agrupaciones del rebaño del Episcopado que ella creó, de la mano de Lorenzo Servitje, el fundador de Bimbo y Marinela: este empresario y sus hijos otorgaron donaciones y se involucraron personalmente en “Vamos México” y “Transforma México”, fundaciones que recibieron grandes aportes de entidades públicas como Indesol, y que a su vez fondearon a organizaciones del círculo de los Servitje y de otras áreas, pero siempre dentro del yunquismo y del catolicismo puro y duro, como grupos ligados a los Legionarios de Cristo, del cura pederasta y maltratador Marcial Maciel. La ultraderecha se hacía la justicia que le negó la revolución. De todo esto damos detalles en nuestro libro.
El Comité Provida recibió 3 millones 495 mil pesos de Transforma México y 863 mil 812 pesos directamente de Indesol (es decir, Gustavo Serrano limón le dio casi un millón de pesos a su hermano Jorge, institucionalmente). Ahí también, Provida incurrió en irregularidades en la comprobación del uso de los recursos, según la SFP.
Provida fue la organización exhibida ante la opinión pública por sus manejos con el dinero de los contribuyentes. Sin embargo, como indica un reporte de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, en realidad no es la excepción, sino la regla en las operaciones de la red de financiamiento ultraderechista: “El mayor número de irregularidades investigadas por la ASF aconteció durante las donaciones efectuadas en 2003, no sólo por la vinculación de funcionarios del propio fideicomiso con las organizaciones beneficiadas, lo cual transgrede las reglas del contrato que firmaron Lotería Nacional y Nacional Financiera, sino también porque en las donaciones hubo triangulación de recursos, negligencia en la comprobación de recursos o justificación con documentos apócrifos, entre otros ilícitos, la mayoría con daño patrimonial al fideicomiso mismo”. La lista de organizaciones involucradas en estas irregularidades, incluidas las ligadas a los Servtije y los Legionarios y a dos miembros de “Amigos de Fox”, Eduardo Henkel y Carlos Abascal está en nuestro libro. El informe referido concluye que Transforma México era “una maniobra que tenía como propósito que no se detectara irregularidad alguna al crear un organismo paralelo a las funciones de Lotería Nacional con recursos de esta última”. O sea, para desviar dinero del Estado sin rendir cuentas por ello.
LO QUE ESCONDEN LAS TANGAS
Durante años, el proceso contra Serrano Limón ha visto todo tipo de ires y venires: fallos a favor, fallos en contra, y durante los gobiernos del PAN, la resistencia de la Procuraduría General de la República a hacer su trabajo y aplicar las sanciones contra el activista católico. Ahora están los priístas en el poder y el divino manto de protección se ha empequeñecido. Así es la vida de Serrano Limón. Durante tres décadas, ha acompañado sus censuras, amenazas y exigencias con demandas legales por los motivos más diversos. Los hechos tendrían que haberlo acostumbrado a perderlas. Pero debe reconfortarlo comprobar que, cuando es él quien está a punto de hundirse judicialmente, desde las alturas siempre baja una mano de dios que si no lo pone a salvo, al menos lo mantiene a flote.
El 18 de febrero de 2016, la PGR ejecutó una orden de aprehensión por peculado, emitida desde octubre. No obstante, algo o alguien multiplicó los panes en tres días hasta juntar los 25 millones 900 mil pesos que el juez había fijado como fianza y Serrano Limón salió el 21.
Para la mayor parte de la opinión pública, el asunto sigue siendo casi una broma: las tangas. Muchos quisieran que Serrano Limón fuera castigado, pero como es un chiste, en realidad no parece algo tan grave.
En lugar de las tangas, los que deberían ocupar el centro del debate son asuntos como los siguientes:
la intervención abusiva en la asignación de recursos públicos que realizó un diputado, Luis Pazos;
la discrecionalidad con la que actúa la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública y las enormes dificultades para hacer un escrutinio de sus actividades;
la evidencia de que el panismo o un sector de éste había montado un esquema de financiación de organismos de ultraderecha;
el recorte del presupuesto para un asunto vital, la lucha contra el sida (no se ha hecho un estudio del impacto en vidas que pudo haber tenido);
la subvención con dinero público de proyectos privados destinados a combatir las políticas públicas;
el rompimiento sistemático de los esquemas y topes normativos para la asignación de apoyos públicos;
el abuso del poder público para proteger de la acción de la justicia a ciertas personas, pues ese fin y no otro tuvieron las maniobras del PAN en la Subcomisión de Examen Previo de la Cámara de Diputados, la auditoría del SAT y el acuerdo de no ejercicio de la acción penal de la PGR;
la falta de mecanismos para vigilar esos procesos de investigación: el SAT y la PGR pueden absolver de pecado a alguien sin que la sociedad pueda verificar su proceder;
y por último, que en este país sirve de poco y nada que las autoridades fiscalicen y castiguen a sus funcionarios: las multas son impuestas para salvar la imagen del gobierno, no para que alguien las pague.
¿Qué es lo que ve la opinión pública sobre todo esto? No mucho, porque tiene los ojos cubiertos por las tangas más famosas de México.
¿Y sobre el origen del pago de las fianzas de casi 26 millones de pesos? Hace falta saber de dónde sale ese dinero. Huele a santas catacumbas… con un toque de azufre.
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