domingo, 18 de octubre de 2015

... Y el Chapo se les volvió a ir


Los agentes estadunidenses que operan en México tenían las coordenadas precisas para cercar a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, y recapturarlo. Lo habían rastreado durante semanas y dieron los datos a la Marina para que desplegara desde principios de mes a sus hombres en la sierra de Durango, donde presuntamente se encontraba el capo sinaloense… Pero los marinos llegaron tarde y éste simplemente desapareció.
WASHINGTON.– Desde que se fugó del penal de El Altiplano, el 11 de julio pasado, las agencias de inteligencia de Estados Unidos, encabezadas por la Drug Enforcement Administration (DEA), han utilizado la tecnología de rastreo y de interceptación de comunicaciones más avanzada para ubicar a Joaquín El Chapo Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa, a quien detectaron en un rancho en la sierra de Durango hace dos semanas.
“Recibimos información de inteligencia por medio de la interceptación de varias llamadas telefónicas (satelitales y de celulares) que nos indicó que El Chapo podría estar escondido en un rancho en la sierra de Durango, en los límites con Sinaloa. La información se la dimos al gobierno de México”, explica a Proceso un agente de inteligencia estadunidense, quien pide omitir su filiación.
Y añade: “La información que conseguimos por medio de la tecnología la cotejamos con otra que habían conseguido en México nuestras agencias por medio de informantes. Y cuando determinamos que podría ser El Chapo quien se ocultaba en el rancho, se la dimos a las autoridades mexicanas.
“Al parecer la Marina mexicana llegó tarde al punto donde presuntamente lo habíamos ubicado. Hubo un retraso de varias horas desde que dimos la información hasta el momento del operativo… El lugar donde se encuentra el rancho está en un punto de difícil acceso. Esa fue la explicación que nos dieron.”
Según el resumen de las agencias de inteligencia de Estados Unidos que han participado en la recaptura del capo sinaloense, a menos de 24 horas de su fuga, los reportes lo ubicaron en la zona del Triángulo Dorado de la Sierra Madre Occidental, entre Chihuahua, Durango y Sinaloa, territorio controlado por el cártel que lidera El Chapo.
Su fuga unió a las agencias de inteligencia de Estados Unidos con presencia en México, dice el entrevistado, vía telefónica.
Y expone: “Pusieron a trabajar a sus activos (informantes) para recapturar a Guzmán Loera. La información obtenida se ha intercambiado y cotejado con la que obtiene por su parte el gobierno de México. La cooperación es muy buena, pero estamos conscientes de que es una tarea muy complicada”.
Con el permiso para espiar en México que les dio Felipe Calderón, cuando estuvo en Los Pinos bajo el marco de la Iniciativa Mérida, las agencias de inteligencia estadunidenses pusieron a trabajar a sus operadores las 24 horas del día en la Oficina Binacional de Inteligencia desde julio pasado.
“Aunque estamos recibiendo mucho apoyo y muy importante de parte del Centro de Inteligencia de El Paso (EPIC, por sus siglas en inglés) y de otros sistemas (de espionaje) que tenemos cerca de la frontera con México, el intercambio de información bajo la Iniciativa Mérida está comenzando a dar resultados notables”, insiste el agente entrevistado.
Según él, la estrategia de inteligencia estadunidense para recapturar al Chapo, coordinada por la DEA, ha dado “resultados notables”.
Ubicada en el número 265 de avenida Paseo de la Reforma, a unos 250 metros de la embajada de Estados Unidos, la Oficina Binacional de Inteligencia (OBI) cuenta con operadores de todas las agencias federales del espionaje de Estados Unidos: la Agencia de Inteligencia Militar (DIA), la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) y la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés), del Pentágono.
El Departamento de Justicia cuenta con tres agencias, el Buró Federal de Investigaciones (FBI), la DEA y el Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
Con dos servicios está el Departamento de Seguridad Interior: Inteligencia de Guardia Costera (CGI) y la Oficina de Cumplimiento Aduanal y Migratorio (ICE); mientras que el Departamento del Tesoro tiene agentes de la Oficina de Inteligencia sobre Terrorismo y Asuntos Financieros (TFI). También está la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la más activa de todas.
“El intercambio de información que tenemos con el gobierno mexicano se hace a través de la Secretaría de Gobernación; pero también con el Ejército y la Marina de manera independiente”, anota el agente de inteligencia.
“Hasta ahora la coordinación e intercambio de información con el gobierno de México está funcionando. Pero creemos que para recapturar al Chapo se necesita más celeridad a la hora de operar en el terreno donde se le ubique”, agrega el agente, aunque se niega a dar más detalles sobre el operativo en el rancho en la sierra de Durango, y sobre los posibles motivos que retrasaron el operativo de la Marina.
“El Cártel de Sinaloa domina el territorio de la Sierra Madre; lo sabemos. Siempre hemos estado conscientes de eso. Pero nadie es perfecto y se pueden cometer errores. Creemos que un error nos puede llevar al éxito de su captura o su eliminación”, remata.
Todo estaba listo, pero…
Las agencias de inteligencia estadunidenses presentes en México cuentan con un ejército de varios cientos de informantes. Los informantes de Estados Unidos son narcotraficantes, policías federales, estatales y municipales, empresarios, funcionarios de todos los niveles, incluidos mandos de la Marina y el Ejército.
Además, la OBI tienen dos oficinas “satélites” en el territorio mexicano: una en Ciudad Juárez y otra en Tijuana, donde los agentes estadunidenses comandan “fuerzas de tarea” contra el narcotráfico, con el apoyo de personal mexicano.
A pesar del afán de los gobiernos de México y Estados Unidos por regresar a la cárcel al Chapo, la incursión de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) en las últimas dos semanas ha sido infructuosa.
El viernes 16 por la tarde, la Procuraduría General de la República y la Comisión Nacional de Seguridad emitieron un comunicado conjunto para confirmar que el capo logró escapar.
Para evitar su aprehensión, “en días recientes el prófugo huyó precipitadamente y se causó lesiones en una pierna y en el rostro”, indica el boletín
Desde el 11 de julio en que se fugó Guzmán Loera, el gobierno mexicano se ha valido de aviones no tripulados, aviones equipados con tecnología de punta, helicópteros y vehículos para localizarlo.
Este cerco por aire y tierra está provocando zozobra en los habitantes de la región, principalmente en varias comunidades de los municipios de Tamazula, Durango, en el llamado Triángulo Dorado de la droga. La propia información oficial, del DIF de Tamazula habla que 200 habitantes se desplazaron de Tamazula a Cosalá, Sinaloa.
El mismo viernes 16, el periódico Reforma informó que la noche que se fugó de El Altiplano, Guzmán Loera se trasladó por tierra a Senegal de Las Palomas, en San Juan del Río, Querétaro, donde subió a un avión que lo llevó hasta Mazatlán. Continuó por tierra hasta Guasave, donde permaneció dos días y el 14 de julio se internó nuevamente en la sierra de Durango y Sinaloa.
El 30 de julio la DEA, en coordinación con la Marina y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), obtuvo información según la cual El Chapo bajaría de la sierra para ver a unas personas en Los Mochis, Sinaloa, pero Guzmán logró escapar.
El 7 de septiembre siguiente, infantes de la Armada fueron enviados a la capital de Durango para realizar patrullajes aéreos, pero su objetivo era Ismael Zambada García, El Mayo, quien ha logrado mantenerse fuera de alcance de las autoridades.
Del Chapo se volvió a saber el martes 6, cuando la coordinación de la DEA, Marina y Cisen tuvo datos de su posible ubicación en Tamazula, Durango.
Fuentes oficiales aseguraron que por escuchas de comunicaciones satelitales ubicaron en un primer momento a seis intermediarios –tanto de Guzmán Loera como de Zambada García–, que se encontraban en la sierra e intentaban llevar suministros al Chapo.
El mismo día, la Semar movilizó elementos navales de élite pertenecientes al Batallón de Fusileros Paracaidistas hacia las localidades de Acachuane, Palo Verde, Los Limones y El Venado, Tamazula. Pero el capo logró evadirlos.
El operativo
El viernes 16 la cadena televisiva estadunidense NBC difundió que una semana antes, marinos mexicanos se acercaron al capo, después de que agentes de drogas de Estados Unidos interceptaron señales de celular que sugerían que se estaba escondiendo en un rancho cerca de Cosalá, Sinaloa.
Los marinos cercaron el rancho en helicóptero y tras replegarse ingresaron a pie para encontrar celulares, medicina y radios, por lo que se cree que Guzmán y sus cómplices huyeron en motos.
“Las autoridades los persiguieron y creyeron haber rodeado al fugitivo en un radio de dos millas. Pero una semana y media después de la redada, las autoridades están perdiendo esperanza en que la captura de Guzmán es inminente”, dice la nota firmada por Mark Potter.
Un grupo cercano al Chapo Guzmán, encargado de una parte de sus operaciones financieras y de trasiego de droga fue ubicado en el Triángulo Dorado desde la semana pasada por elementos de la Semar. La célula operaba en Tamazula, Durango, en las comunidades de Acachuane, Palo Verde, Los Limones y El Venado, principalmente.
El sábado 10, familias desplazadas aseguraron que los marinos mantuvieron un enfrentamiento con un grupo armado, por lo que desde entonces unas 50 familias (alrededor de 200 personas) han abandonado sus hogares, no sólo por el clima de violencia, sino por un presunto hostigamiento de los marinos para ubicar a sus objetivos.
“Los marinos nos mantenían prisioneros en nuestras propias casas”, aseguró una de las vecinas del poblado El Verano, de Tamazula.
De acuerdo con autoridades locales, se han registrado enfrentamientos en la comunidad de El Águila, que se han extendido a las localidades aledañas. Un dato no confirmado por las autoridades indica que por lo menos dos civiles han muerto en las balaceras.
“La gente que ha llegado a Cosalá en su mayoría presenta raspaduras, llega con hambre y cansados por el viaje entre la sierra a pie, la gente se salió de sus casas sin nada, corrió entre el monte con miedo”, asegura Juan José Ríos Estavillo, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, quien informó que los operativos de los marinos han ocasionado afectaciones en Lagunita, Jacole, El Verano, Las Piedrosa, El Aguilita, todos pertenecientes al municipio de Tamazula.
El 24 de agosto, habitantes de Tamazula tomaron las calles de la cabecera municipal en protesta por los abusos cometidos por elementos de la Semar en la zona para exigir su retiro.
Vestidos con playeras blancas, cientos de vecinos de Tamazula y poblados cercanos partieron de la plaza del lugar y recorrieron las principales calles hasta llegar a las instalaciones del Parque Central, que los marinos acondicionaron como su campamento.
Ahí, los inconformes expresaron su enojo por lo ocurrido el pasado 16 de junio, cuando elementos de la Semar asesinaron a dos jóvenes e hirieron a un menor de 13 años que quedó postrado en una silla de ruedas
En un comunicado, la Semar informó que realiza un operativo en el municipio de Tamazula, pero rechazó que su personal viole los derechos humanos de los habitantes del municipio y menos aún que personal naval haya disparado contra domicilios de la población civil, “ni se ha sufrido ataque alguno a unidades aéreas de esta dependencia”.
Según algunas versiones periodísticas, la semana pasada las corporaciones obtuvieron el primer dato clave para seguir la huella del Chapo, cuando uno de sus abogados en la Ciudad de México lo llamó por teléfono desde San Juan del Río, Querétaro.
Después del 5 de agosto, cuando la DEA dijo que el capo estaba en esa entidad, las corporaciones empezaron a recibir reportes de inteligencia que lo ubicaban en otra entidades, incluso en Chiapas, donde una señora describió el rostro de Guzmán Loera con heridas de raspones en una de sus mejillas, las cuales, al parecer, sufrió durante su fuga por el túnel.  l

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