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Por: Jaime Avilés (@desfiladero132)
21 de octubre 2015.- Toda la industria de la simulación democrática se basa en las encuestas. Los empresarios del ramo obtienen contratos millonarios, tanto de las televisoras y los medios impresos como del gobierno. Sus resultados –la inmensa mayoría de las veces arreglados al gusto del cliente– son casi proféticos, pues anticipan los “triunfos” y las “derrotas” electorales. Nadie repara, sin embargo, en las pésimas condiciones laborales de los encuestadores.
Los hermanos Rey David y José Abraham Copado Molina, de 35 y 25 años de edad respectivamente, levantaban una encuesta para la empresa Marketing Estratégico, en la cabecera municipal de Villa de Ajalpan, una ciudad de 60 mil habitantes situada en el valle de Tehuacán, a 150 kilómetros de Puebla, cuando el lunes pasado fueron detenidos por una turba que los confundió con secuestradores, los golpeó hasta que perdieron el sentido y les prendió fuego hasta achicharrarlos.
Ambos estudiaban en un plantel universitario de Tulancingo, Hidalgo, y recorrían las tortillerías del centro de Ajalpan llenando sus cuestionarios, cuando un rumor –“unos extraños están haciendo muchas preguntas”– los convirtió en enemigos públicos.
Una niña, según esto, habría denunciado que dos desconocidos trataron de robársela, pero cuando la turba la llevó al palacio municipal a identificar a sus supuestos agresores, dijo que no eran los hermanos Copado, lo que no impidió que éstos, como brujas medievales, murieran en la hoguera.
En los últimos 12 meses, informa el portal Letra Roja, ha habido 19 linchamientos en 14 municipios del estado de Puebla: San Martín Texmelucan, Tehuacán, Cañada Morelos, Tlacotepec, Tlatlauquitepec, Nicolás Bravo, Zinacatepec, Ixcamilpa, Huixcolotla, Huauchinango, Tepeojuma, Teziutlán, Amozoc y ahora Ajalpan, que en total arrojan un saldo de cuatro personas muertas.
En el mismo lapso, los secuestros en el estado de Puebla se triplicaron, pasando de 7 que hubo oficialmente en 2014, a 21 en lo que va de 2015. El gobernador panista, Rafael Moreno Valle, que se ha esmerado en “proteger” con puño de hierro a las empresas mineras y a las constructoras de megaproyectos ecocidas, mantiene encarcelados a 241 luchadores sociales, pero no ha sido capaz de reforzar la seguridad pública, el empleo, el ingreso y otros indicadores de bienestar social.
En junio de 2006, poco antes de las elecciones presidenciales en que Felipe Calderón se robó la Presidencia de la República, entrevisté al empresario Alberto Roy Campos Barraza, propietario de la desacreditada firma Mitofsky –pionera de las encuestas en México– y le revelé que había entrevistado a varios de sus trabajadores eventuales, gracias a los cuales descubrí que Mitofsky, ya en esa época, utilizaba una “máscara” para no sufrir las consecuencias de su bien ganado desprestigio.
“Cuando salimos a encuestar nos dan dos credenciales, una de Mitofsky y otra de Consultores Asociados en Mercadotecnia Publicidad y Opinión (Campo) SC. En algunos lugares Mitofsky está muy quemado. Por eso nos dicen, aquí vamos a trabajar como Campo o aquí saquen la (credencial) de Mitofsky. Eso siempre depende de la zona”, narraron mis informantes.
Gracias a ellos supe que los encuestadores son trabajadores eventuales, no tienen prestaciones, viajan con mínimos recursos que les permiten dormir en hoteles de tercera y comer en fondas de quinta y, en el caso bien documentado de Mitofsky, entregan sus reportes para que Roy Campos los publique sin cumplir las normas que lo obligan a enviar supervisores a comprobar los resultados antes de darlos a conocer.
En agosto 2011, seis encuestadores de Mitofsky y tres de Parametría desaparecieron en Michoacán, cuando levantaban un sondeo sobre las simpatías que despertaban los aspirantes del PRD al gobierno del estado. Gracias a los contactos de Televisa en las altas esferas de los bajos fondos, todos fueron liberados, sanos y salvos.
Éste había sido el incidente más grave en que se habían visto involucrados trabajadores de la industria de la simulación democrática, hasta que el asesinato de los hermanos Copado Molina, el pasado lunes, estableció una nueva marca en la escala del terror, que debe obligar a las empresas del ramo a proporcionar, por lo menos, un seguro de vida y de gastos médicos, ya que su labor profesional, tras el linchamiento de Ajalpan, debe ser considerada como de alto riesgo.
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