La prensa globalizada con su guerra mediática contra el gobierno de Cristina Fernández está llevando a la opinión pública a la conclusión del agotamiento del populismo de Kirchner y la necesidad de cambios radicales cuyo mayor representante sería el neoliberal Mauricio Macri.
La economía nunca ha sido libre: o la controla el Estado en beneficio del Pueblo o lo hacen los grandes consorcios en perjuicio de éste
— Juan Domingo Perón, 1895-1974
Aunque el candidato oficialista Daniel Scioli ganó la contienda electoral, el opositor derechista neoliberal Mauricio Macri casi le empata, desafiando así todos los sondeos previos.
Ese día, como lo anunció el candidato del FpV Daniel Scioli, el pueblo argentino se pronunciará por una de las dos visiones "que existen del presente y del futuro de Argentina que están en juego. Nuestra prioridad son los humildes, los trabajadores y nuestra clase media. Si fuera por Macri no tendríamos Asignación Universal por Hijo, YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) ni Aerolíneas Argentinas". Sin embargo, la actuación Scioli durante la campaña electoral carecía de emociones, de un impulso enérgico, deportivo, combativo. Daba la impresión que ya se sentía como un ganador que inclusive no necesitaba desafiar a su contrincante principal.
Mauricio Macri no fue tan tajante respecto al presente y al futuro, como fue Scioli, más bien mostró una ambigüedad y flexibilidad en sus presentaciones usando un pragmatismo vacío a base del marketing político orientado especialmente a la juventud siempre deseosa del discurso sobre necesidad de cambios. Macri en todas sus presentaciones dio muestras de alejamiento de su pasado y presente neoliberal poniendo inclusive en ocasiones un disfraz de un festivo populismo moderno al estilo del ex presidente peruano Alberto Fujimori y evitando criticar lo avanzado en los últimos 12 años por los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007- presente).
Cuando Mauricio Macri era presidente de la SOCMA, su empresa fue acusada en 1993 por la Dirección General Impositiva (DGI) por la evasión fiscal de 45 millones de dólares y el contrabando que realizaba una de sus empresas, SEBEL. Los autopartes de esta empresa iban a Uruguay y luego volvían con la documentación falsificada a Buenos Aires. El delito de evasión impositiva quedó purgado después de la devolución de 45 millones de dólares. Sin embargo el delito de contrabando jamás podría extinguirse. Fue el presidente Carlos Menem que puso punto final a aquella acusación. La publicación El Destape habla también de otros siete casos de corrupción relacionados con Mauricio Macri.
Este es el personaje que quiere ser presidente que promete erradicar la corrupción olvidándose de sus propios pecados. Mauricio es un oportunista pues el mismo día, cuando el escritor peruano y uno de los portavoces literarios del neoliberalismo, Mario Vargas Llosa elogiaba al alcalde de Buenos Aires por ser un anti peronista, Macri inauguraba en su ciudad un monumento a Juan Domingo Perón que supuestamente le aportaría un voto peronista. Es un típico representante de la "nueva derecha latinoamericana" que está tratando de desideologizar a la población siguiendo la consigna de Margaret Thatcher quien rezaba para que "la sociedad no exista sino solamente yo como individuo con todos mis intereses". Macri quiere enrumbar al argentino a la individualidad para destruir su instinto colectivo.
En realidad con Macri, Argentina se jugará su independencia económica y política y pondrá en peligro su soberanía pues para el alcalde de Buenos Aires, como el mismo afirmó, "temas de las soberanías en un país tan grande como el que tenemos no los entiendo mucho. Nosotros no tenemos problemas como los israelíes, que tienen problema de espacio. Acá lo nuestro es casi amor propio. Es más, creo que las Islas Malvinas serían un fuerte déficit adicional para Argentina". Entonces lo que propone es lograr un acuerdo amistoso con Gran Bretaña respecto a las Islas Malvinas, lo que significaría entregar a los británicos abundantes reservas de petróleo para simplemente mejorar las relaciones con la corona británica. No hay que olvidar que el servicio secreto británico MI 6 está operando en Argentina desde 1810
Al darnos cuenta de la agenda política y económica de Mauricio Macri, surge preguntas sobre la esperanza de los argentinos que apoyaron con su voto a este político. ¿No se dan cuenta que el neoliberalismo que él representa trajo la prosperidad a nivel mundial sólo a un por ciento de la población y que la clase media está desapareciendo en el mismo EEUU donde el 51 por ciento de los empleados gana menos de 30.000 dólares anuales y el 38 por ciento gana menos de 20.000 dólares al año, siendo el índice de la pobreza para la familia de cuatro 24.000 dólares al año, según los datos de the Social Security Administration?
El programa económico de Mauricio Macri es muy cercano a lo que impulsó Carlos Menem en el período 1989-1999. Como resultado en 2002 hubo 17 monedas en circulación en Argentina; uno de cada cuatro argentinos en la edad laboral no tenía trabajo; el ingreso per cápita bajó de 7.000 dólares a 2.,000; el índice de la pobreza alcanzó el 58 por ciento y él de indigencia 30 por ciento; la deuda externa presentaba el 150 por ciento del PIB (Producto Interior Bruto); la deuda pública alcanzó 80 mil millones de dólares y la deuda total impagable (default) llegó a 100 mil millones de dólares.
Parece que todos estos logros están siendo olvidados por un sector del pueblo argentino así como también se olvidaron de todas las dificultades que sufrieron durante y después del régimen de Carlos Menem. Ahora que tienen tranquilidad, el pueblo quiere más pero las condiciones económicas externas e internas son desfavorables para estas aspiraciones. Entonces la prensa globalizada con su guerra mediática contra el gobierno de Cristina Fernández está llevando a la opinión pública a la conclusión del agotamiento del populismo de Kirchner y la necesidad de cambios radicales cuyo mayor representante sería Mauricio Macri- y lo califican como el único capaz de sacar al país del estancamiento pero lo único que lograrían sería un retorno implacable a la época Menem. Por el momento una parte de los argentinos aceptaron la seducción globalizada pero todas las emociones son temporales y llega el momento donde la razón se impone a los sentimientos y la verdad ocupa el lugar que le corresponde.
Entonces la gente se despierta del estupor de la mentira y entra en la lucha para que no le arrebaten lo conquistado. No hay que olvidar que a pesar del espacio y el tiempo "el pueblo", en la definición de Alexander Pope, "sigue siendo una fiera de múltiples cabezas".
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