miércoles, 2 de septiembre de 2015

El PAN se dobla en el Congreso; implora diálogo y reconciliación

Marko Cortés, coordinador de la bancada panista.
Marko Cortés, coordinador de la bancada panista.
MÉXICO, D.F. (apro).- La promesa de Ricardo Anaya de convertir al Partido Acción Nacional (PAN) en “oposición crítica” al gobierno de Enrique Peña Nieto no se cumplió y, en el inicio de la legislatura para la segunda parte del sexenio, ofreció “buena voluntad para generar mayorías y corregir el rumbo del país”.
Fue el recién designado coordinador de los diputados del PAN, Marko Cortés, el encargado de fijar la tibia postura de su partido, que combinó con imploraciones al diálogo con el gobierno y llamados a la reconciliación.
Aunque aclaró que las cosas ”no van nada bien” en México y es necesario “corregir el rumbo”, los legisladores del PAN, dijo, “más que buscar culpables, proponemos soluciones”.
Y predicó: “Si algo nos urge es que todos encontremos un camino de reconciliación”.
Eso sí, Cortés criticó al presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Manlio Fabio Beltrones, por decir que las reformas energética, educativa, en telecomunicaciones y otras, aprobadas mediante el Pacto por México, no son suyas.
“El nuevo presidente del PRI dijo que las reforma eran de su partido. Mintió”, reclamó Cortés, quien reivindicó su autoría, pero fueron frenadas por la mezquindad priista durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Y lanzó una crítica que también ha hecho Anaya: “Nosotros pusimos buenas reformas en malas manos. Al gobierno le quedaron grandes las reformas”.
La postura del PAN en el inicio del periodo de sesiones, luego de que Peña envió al Congreso su tercer informe de gobierno, fue más parecida a la postura que, a nombre de ese partido, asumió el senador Francisco Domínguez Servién en la toma de posesión presidencial, hace tres años.
Ese 1 de septiembre, Domíguez Servién, hoy gobernador electo de Querétaro –de donde es Anaya– anunció que el PAN ya no sería oposición, sino “fuerza transformadora”, tal como lo quiso Gustavo Madero, hoy defenestrado en ese partido a pesar de ser diputado.
“Más que una oposición, seremos una fuerza política que apostará por la construcción de acuerdos para impulsar las reformas y leyes que conduzcan a México hacia un mejor futuro”, dijo en esa ocasión Domínguez.
Y añadió: “Es imprescindible que los actores políticos tengamos generosidad y la capacidad de poner nuestras coincidencias por encima de las diferencias, por legítimas que éstas sean”.
Tres años después, muerto el Pacto por México y tras el derrumbe del PAN al 21% de la votación y con una bancada de diputados menor a la anterior –de 1013 a 108–, la “oposición crítica” que prometió Anaya no fue reivindicada en el discurso de Cortés y sólo clamó por el diálogo.
“Exigimos apertura al diálogo”, imploró, “México se merece más de lo que le hemos dado”, apeló. “México espera más de nosotros, no podemos permitirnos fallar”, expuso en su discurso de diez minutos.
Cortés, exsenador, criticó el fracaso de gobierno en seguridad, combate a la pobreza y corrupción, así como la exoneración de Peña por la Casa Blanca y el aumento de impuestos con la reforma fiscal. “En los hechos vemos que este gobierno no movió a México, lo paralizó”, dijo.
Y ofreció: “Desde el Congreso de la Unión podemos cambiar el rumbo del país, venimos a proponer soluciones”.

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