Shanghái. El mercado bursátil en China mostró señales de congelamiento este miércoles, cuando las empresas suspendieron la cotización de sus acciones y los índices se desplomaron después de que el regulador de valores advirtió de un “sentimiento de pánico” que se estaba apoderando de los inversionistas.
Pekín, que ha luchado por más de una semana para hacer que el mercado se ajuste a sus designios, dio a conocer otra serie de medidas para detener la ola de ventas y el Banco Popular de China dijo que aumentará el respaldo a las corredurías reclutadas para apuntalar a las acciones.
El índice CSI300 de las principales empresas que cotizan en Shanghái y Shenzhen cerró con una baja del 6.8 por ciento, mientras que el índice compuesto de Shanghái perdió un 5.9 por ciento.
“Nunca he visto este tipo de desplome antes. No creo que alguien lo haya visto. La liquidez está totalmente agotada”, dijo Du Changchun, analista de Northeast Securities.
“Originalmente, muchos querían tener acciones líderes. Pero como tantas empresas con capital pequeño tienen sus operaciones suspendidas, la única forma de reducir la exposición al riesgo es vender acciones líderes”, agregó.
Las acciones chinas han perdido más de un 30 por ciento de su valor desde mediados de junio y para algunos inversionistas globales el temor de que la agitación del mercado chino desestabilice a la economía real es ahora un riesgo mayor que la crisis griega.
“Además, el efecto réplica de la corrección de mercado aún no se ha visto”, escribieron en una nota analistas de Bank of America Merrill Lynch. “Prevemos un crecimiento más lento, menores ganancias corporativas y un mayor riesgo de una crisis financiera”, agregaron.
Los mercados de materias primas reflejaron las crecientes preocupaciones sobre la salud general de la segunda economía más grande del mundo.
Los precios del cobre bajaron a un mínimo en seis años, los futuros del níquel en Shanghái cayeron en su límite diario de 5 por ciento y el crudo retrocedió a 56 dólares por barril, casi su mínimo nivel en tres meses.
Más de 500 empresas anunciaron la detención de sus transacciones en las bolsas de Shanghái y Shenzhen el miércoles, lo que llevó el número total de suspensiones a unas mil 300, un 45 por ciento del mercado de cerca de 2.4 billones de dólares en acciones.
El desplome de los otrora pujantes mercados bursátiles chinos, que habían subido más del doble en el año hasta mediados de junio, es un gran problema para el presidente Xi Jinping y los principales líderes chinos, que ya enfrentan una desaceleración del crecimiento.
La respuesta intervencionista de Pekín también ha planteado interrogantes sobre su capacidad para aplicar medidas de liberalización del mercado que son centrales en su agenda de reforma económica.
China pidió a corredurías y administradoras de fondos que prometan comprar miles de millones de dólares en acciones, ayudadas por una firma estatal a la que el banco central prometió el miércoles entregar suficiente liquidez.
El regulador de valores dijo que la Corporación Financiera de Valores entregó 260 mil millones de yuanes (41 mil 800 millones de dólares) a 21 corredurías, aunque la suma es sólo un 40 por ciento del monto de posiciones apalancadas que han recortado los inversionistas desde el 18 de junio.
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