AYOTZINAPA, Gro. (proceso.com.mx).- Los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa hicieron vacío a la fiesta de graduación de los egresados de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” donde estuvieron presentes escritores e intelectuales como Elena Poniatowska, Juan Villoro y Armando Bartra, quienes fueron transportados por personal de la Secretaría de Educación en Guerrero (SEG).
Por su parte, un grupo de egresados de la generación 2011-2015, denominada “Sangre, resistencia y esperanza” protestaron durante la ceremonia y denunciaron que el gobernador provisional, Rogelio Ortega Martínez, compró la voluntad de los normalistas al entregar de más de un millón de pesos al representante del comité proclausura, Izcoatl Yonibeth Benito Coronado, para subsidiar el festejo y adquirir anillos, trajes y un regalo especial.
“El movimiento de los 43 llamó a que los que participamos, nadie se sentara a negociar, pero vemos que en la práctica sucede otra cosa, porque se llevaron a cabo las negociaciones con el estado por el comité proclausura. Les decimos buen provecho, se les verá bien el traje, y esperemos que gocen tanto lo que les regalaron. Están comiendo la carne y bebiendo la sangre de nuestros compañeros caídos y disfrutando de los 43 desaparecidos”, indica el comunicado distribuido durante la clausura por los inconformes.
El grupo de egresados que decidió protestar durante la clausura señaló que “todos esos lujos son pagados con dinero sucio, aun cuando proviene de los contribuyentes del pueblo ha pasado por las manos manchadas de sangre y corrupción de políticos corruptos que gobiernan el país”.
Los egresados identificados como Fabián Gonzales, Arturo Gatica y Javier Lozano denunciaron públicamente que su compañero Izcoatl Benito formó grupos extramuros para denigrar a la escuela y revelaron que entregó material del Comité de Orientación Política e Ideológica de la Normal.
Así como una manta a Humberto Salgado Gómez, exsecretario de Gobierno durante la administración del defenestrado Ángel Aguirre Rivero, donde la escuela denunciaba las ejecuciones extrajudiciales de Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino en diciembre de 2011.
Sobre estos hechos, los egresados denunciaron que Izcoatl Benito y el también egresado David Flores Maldonado crearon y participaron en “un grupo de choque” en la Ciudad de México y en una de sus acciones, afirmaron, “desalojaron a un colectivo de alumnos” que protestaba en el auditorio Che Guevara de la UNAM en el año 2013.
Luego, señalaron que Izcoatl Benito cuando estuvo al frente del comité estudiantil “estafó” a varios funcionarios estatales de la administración de Ángel Aguirre y ahora de Rogelio Ortega, quien destinó más de un millón de pesos para los festejos de la clausura y afirmaron que el dinero del erario fue a cambio de “silencio e información de la base estudiantil”.
Al respecto, afirmaron que el pasado lunes 6, los alumnos de cuarto grado fueron convocados a no participar en las protestas para exigir justicia por el caso Ayotzinapa, “engañándolos con guardias fingiendo un supuesto desalojo”.
Por ello, los inconformes señalaron que era necesario denunciar las acciones de los egresados que consideran que “han lastimado” a la Normal y los hicieron responsables “de lo que siga sucediendo”.
También, afirmaron que el exgobernador Ángel Aguirre Rivero “tiene células infiltradas en la Normal que han ido deteriorando a la escuela y la forma de actuar de estas células es someter a las personas de forma violenta”, indicaron los egresados.
Los inconformes señalaron que el resto de los egresados de Ayotzinapa decidieron guardar silencio “por temor a las negociaciones de las plazas en gestión por el comité proclausura”.
Por ello, se deslindaron de las negociaciones que realicen los integrantes del comité proclausura de Ayotzinapa y soltaron: “Aclaramos que el dolor de los padres y la vida de los 43 compañeros desaparecidos no están en negociación”.
Hace dos semanas, Proceso dio a conocer que en medio de la crisis político-social que se vive en la entidad a raíz de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, el gobernador provisional Rogelio Ortega Martínez destinó un millón 204 mil pesos del erario para apadrinar a la generación 2011-2015 que egresará de ese plantel el sábado 18.
Esa suma incluye la compra de anillos, trajes y “un regalo especial” para los ahijados. Ortega planteó también cubrir “peticiones personales” de los normalistas, aunque éstas no se especificaron en los documentos oficiales consultados por Proceso.
Para justificar la erogación extraordinaria, el mandatario solicitó al titular de la Secretaría de Finanzas y Administración, Eliseo Moyao Morales, ampliar el presupuesto de la Secretaría de Educación en Guerrero (SEG), a cuyo frente está Salvador Martínez della Rocca. Gracias a esa triangulación, Ortega podrá agasajar sin problemas a sus ahijados.
Esta “compra de voluntades” evidencia el nivel de corrupción de la administración de Ortega y ocurre a nueve meses de la desaparición de 43 normalistas en Ayotzinapa.
Ahora, este sábado, la ceremonia comenzó a las 11:20 horas, en el casco de la ex Hacienda de Ayotzinapa donde familiares y amigos, así como escritores e intelectuales se congregaron en este festejo subsidiado por el gobierno de Rogelio Ortega.
Personal de la SEG, dirigidos por funcionarios de la dependencia estatal, se encargaron del traslado de los escritores, artistas e intelectuales encabezados por Elena Poniatowska, Juan Villoro, Armando Bartra, Gabriel Balsa, Luis Hernández Navarro, Hector Bonilla, Marta Lamas y Rafael Barajas.
En su discurso, la escritora Elena Poniatowska emitió un emotivo mensaje donde demandó a los egresados seguir de pie al igual que Rosario Ibarra que no ha dejado de buscar a su hijo y los exhortó a seguir adelante cada día con la esperanza de que México deje ser el país de las fosas y aullidos.
“El delito mayor en México es ser joven, ustedes van a enseñar a leer y exigir a denunciar y defenderse, un país que sabe leer aprende a reclamar lo que es suyo porque conocen sus derechos”, expresó la escritora.
Luego siguieron discursos del resto de los padrinos que demandaron justicia y que nunca olvidarán los agravios del gobierno ante los hechos que han lacerado al normalismo rural.
Durante la prolongada ceremonia nadie hizo referencia al hecho de que el gobierno de Ortega subsidió con recursos públicos la clausura pero fue evidente la inconformidad y el rechazo de varios egresados que decidieron no portar el traje que las autoridades pagaron y por ello vistieron una camisa distinta en señal de protesta.
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