Partiendo de la base de que la creación del euro "fue un terrible error", el economista Paul Krugman, ganador del premio Nobel en 2008, hace una radiografía muy concreta de las causas reales y los mitos que se tejen alrededor de la crisis en Grecia. Teniendo en cuenta que este domingo el país va a celebrar un referéndum sobre la conveniencia de aceptar las exigencias de la Troika de reforzar, aún más, la austeridad, el experto deja las cosas claras.
"La situación en Grecia ha alcanzado lo que parece ser un punto sin retorno. Los bancos están cerrados temporalmente y el Gobierno ha impuesto controles de capital (límites al movimiento de fondos al extranjero). Parece muy probable que el Ejecutivo pronto tenga que empezar a pagar las pensiones y los salarios en papel, lo que, en la práctica, crearía una moneda paralela", resalta Krugman en un artículo publicado en 'The New York Times'.
"Es evidente que la creación del euro fue un terrible error. Europa nunca tuvo las condiciones previas para una moneda única de éxito, y sobre todo, el tipo de unión fiscal y bancaria", señala el Nobel, pero agrega que abandonar una unión monetaria es una decisión "mucho más difícil y más aterradora" y resalta que hasta ahora las economías europeas con más problemas han dado un paso atrás cuando se encontraban "al borde del abismo".
"Grecia debe votar 'no', y su Gobierno debe estar listo para abandonar el euro si es necesario."
El problema del Grexit ha sido siempre el riesgo de caos financiero, de un sistema bancario bloqueado por las retiradas, presa del pánico y de un sector privado obstaculizado tanto por los problemas bancarios como por la incertidumbre sobre el estatus legal de las deudas
"Debemos primero ser conscientes de que la mayoría de cosas que hemos oído sobre el despilfarro y la irresponsabilidad griega son falsas. Sí, el Gobierno griego estaba gastando más allá de sus posibilidades a finales de la década de los 2000. Pero, desde entonces ha recortado repetidamente el gasto público y ha aumentado la recaudación fiscal", resalta el economista. Además, el empleo público ha caído más de un 25% y las pensiones, que eran ciertamente demasiado generosas, se han reducido drásticamente. Todas las medidas han sido, en suma, "más que suficientes para eliminar el déficit original y convertirlo en un amplio superávit".
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