La crisis de confianza es también “una oportunidad”, pues “estamos a tiempo para mostrar resultados, para ofrecer beneficios a los mexicanos. Soy optimista”.
El presidente Enrique Peña Nieto reconoció que “México está plagado de ‘incredulidad y desconfianza’”, y que existe “sospecha y duda” por el tema de las casas que adquirieron él, su esposa y miembros de su gabinete con contratistas del gobierno, pero aseveró que ese asunto ha sido “satanizado”:
“Les puedo decir que entendemos”, dijo el presidente en entrevista con el diario británico Financial Times, en referencia al titular que le dedicó hace unas semanas el semanario británico The Economist: “El Presidente no entiende que no entiende”.
“Hoy hay sin duda, una sensación de incredulidad y desconfianza [...] ha habido una pérdida de confianza y esto se ha demostrado en la sospecha y la duda”, dijo Peña en su “confesión más sincera desde la desaparición y la sospecha de asesinato de 43 estudiantes”, escribió la periodista Jude Weber en el Financial.
Peña Nieto dijo que está comprometido a luchar contra la corrupción de manera “mucho más eficaz” y a terminar con ”el estigma” de que los políticos de México está considerados como ladrones.
Expresó su compromiso para que termine de concretarse un “innovador” sistema anticorrupción, diseñado para que los funcionarios públicos rindan cuentas. “El gran desafío” es la correcta implementación de tal sistema, subrayó.
Y lo es porque, como lo dice el Financial Times citando al intelectual Gabriel Zaid, la corrupción “no es una característica desagradable del sistema; es el sistema”.
En la entrevista, Peña Nieto detalló su estrategia de cinco puntos: (1) reforzar el estado de derecho; (2) mantener la estabilidad macroeconómica; (3) implementar las reformas para que sus beneficios lleguen a la gente; (4) ajustar el gasto público para centrarlo en la inversión, y (5) el desarrollo de zonas económicas especiales en los estados afectados por conflictos y en los más pobres de México.
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