“El resultado es la pérdida para la sociedad de un espacio radiofónico libre pero la ganancia del gobierno que se libera de una fuente de críticas”, recalca el historiador.
El historiador Lorenzo Meyer, escribe este jueves en el periódico Reforma que en este momento del sexenio, el presidente y su gobierno buscan “ir apretando tuercas en lo mucho que queda de la vieja maquinaria política autoritaria que se fabricó y funcionó en el siglo pasado”.
Por lo que se explica “la desproporcionada reacción de la empresa MVS Radio contra la conductora estrella de sus programas de noticias, Carmen Aristegui, y que desembocó en la cancelación del espacio radiofónico que la periodista y su equipo habían creado”.
Aquí un fragmento de lo que Meyer publicó en Reforma:
A estas alturas del sexenio es obvio que un propósito del gobierno de Enrique Peña Nieto es ir apretando tuercas en lo mucho que queda de la vieja maquinaria política autoritaria que se fabricó y funcionó en el siglo pasado. Y una de las tuercas a apretar es el control sobre las fuentes de información de carácter político.
Ello explica la desproporcionada reacción de la empresa MVS Radio contra la conductora estrella de sus programas de noticias, Carmen Aristegui, y que desembocó en la cancelación del espacio radiofónico que la periodista y su equipo habían creado. La lógica de este incidente no se explica simplemente, como argumenta MVS, porque el equipo de la conductora no consultó antes de asociar su unidad de investigación con la plataforma Méxicoleaks. Es verdad que en ese caso la periodista y sus colaboradores actuaron sin “pedir permiso”, pero se trató de una infracción administrativa menor que pudo arreglarse en privado y no anunciando urbi et orbi que se había cometido un abuso de confianza contra la empresa. El despido de dos de sus principales colaboradores y la aparición de unos “lineamientos” de MVS que limitan la libertad de sus conductores de noticias para determinar los contenidos de sus programas fue, en la práctica, erguir las horcas caudinas que MVS sabía que Aristegui no iba a pasar, por humillantes. El resultado es la pérdida para la sociedad de un espacio radiofónico libre pero la ganancia del gobierno que se libera de una fuente de críticas.
Lo que buscaban Aristegui y su equipo al asociarse con Méxicoleaks era una plataforma digital gratuita cuyo objetivo es absolutamente legítimo: captar información -leaks- de interés público que se encuentra intencionalmente oculta dentro del aparato institucional. México- leaks es una plataforma diseñada en Holanda por Free Press Unlimited, para que cualquiera, en cualquier país, pueda hacer llegar a los periodistas información sobre posibles actos ilícitos de las autoridades, sin que se pueda identificar al denunciante y tomar represalias. Y todo lo que facilite hacer público lo que el poder busca ocultar puede apoyar algo muy democrático: la rendición de cuentas.
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