La caída perredista
La sombra de los chuchos
E
s casi seguro que en el segundo semestre de este año el panorama político de la ciudad de México experimentará una transformación que permita un cambio en las formas de gobierno, porque el PRD dejará de ser la organización hegemónica que en los pasados casi 18 años ha gobernado la capital del país, sin permitir que otros partidos políticos, para bien o para mal, hayan intervenido en el diseño y ejecución de las diferentes estrategias públicas que se han aplicado hasta ahora.
Ni en el más oscuro ámbito de la política, local o nacional, se apuesta a que el partido de los chuchos pueda sostener los lugares que ganó en la elección pasada –14 delegaciones y la mayoría en la Asamblea Legislativa del DF–, y se mira a ese instituto desfondado y con escasa presencia en la ciudad, a punto de convertirse en lo que alguna vez fue la organización donde militaban: primero en el Partido Socialista de los Trabajadores y luego en el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, que no fueron otra cosa que satélites del PRI.
La debilidad del PRD se ha diagnosticado en todos los frentes, tanto así que apenas ayer, la diputada Miriam Saldaña lanzó la posibilidad de un acuerdo de
salvaciónpara los amarillos, que consiste en que ceda al Partido del Trabajo, al que ella pertenece, 10 candidaturas para diputaciones locales y dos para jefaturas delegacionales, porque no ve cómo los del sol azteca puedan ganar esas elecciones.
Las mediciones más recientes hablan de que en Coyoacán, Iztapalapa, Milpa Alta, Tlalpan, Cuauhtémoc, Tláhuac y Miguel Hidalgo las posibilidades de triunfo del PRD son menos que escasas, porque en algunos de estos lugares sus candidatos, de los que se habla, no tendrían aceptación de la gente o bien porque la actuación de los delegados ha impactado negativamente en las preferencias partidistas de los habitantes de esas demarcaciones.
De cualquier forma, hoy se sabe que la designación de los candidatos en ese partido se hará según la fuerza de cada tribu; el método de la encuesta será la última opción para señalar a quienes portarán la bandera amarilla.
Tal vez sea por eso que en el Gobierno del DF todos los focos están en rojo. Perder la mayoría en la Asamblea Legislativa y las jefaturas delegacionales haría, teóricamente, más difícil el gobierno de Miguel Ángel Mancera en la segunda mitad de su gestión. Pero también podría convertirse en triunfo si logra tender puentes y lograr acuerdos con la oposición, lo que parece casi imposible.
Para el PRI y el PAN, los próximos tres años serán de especial valía, sobre todo para el primero, que buscará un buen candidato para tratar de ganar la jefatura de gobierno de la ciudad, y también aprovechar el terrible desprestigio de los chuchos y su aparente o real relación con Miguel Ángel Mancera.
Total, nada será igual en el segundo semestre del año, pero todo seguirá como hasta ahora. El concurso de Morena, sin embargo, puede ser el único factor que suponga diferencias tanto en los gobiernos delegacionales como en el órgano legislativo local, lo cual podría ser buena señal. Eso es cierto.
De pasadita
Hoy jueves, en algo que se propone como un informe de actividades, el senador Alejandro Encinas habrá de presentar su renuncia al PRD. Por más que todos tengan claro cuáles son los motivos, será bueno que explique su sentir político hacia el grupo que domina y ha destrozado al PRD, contra el que no estuvo dispuesto a luchar cuando la presidencia del partido le fue escamoteada. Ya veremos.
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