"Lo que estamos observando ahora es la frivolidad, con estos actos que nos están llevando a ver a Peña Nieto volviendo a las andadas ‘televisas’, regresando a los programas de vacuidad intelectual, pretendiendo encontrar ambientes propicios para explayarse en su reformas, y en esta especie de ‘Peñalandia’ ", señaló Julio Hernández.
(Foto: Karina Maciel)
La aprobación de 11 reformas en lo que va del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto es el cierre de un ciclo y el inicio de otro, en el que busca legitimarse haciendo uso de su imagen en medios de comunicación, coincidieron el periodista Julio Hernández López y José Luis Reyna, profesor investigador del Colegio de México.
En entrevista para Aristegui CNN, Hernández comentó que “es el cierre de un proyecto reformista frente a una sociedad anestesiada con poca capacidad de respuesta, con un marco de partidismo bastante precario que ha mostrado sus insuficiencias”.
La sociedad parece que “no responde ante ningún hecho ni circunstancia, hay un saqueo, un entreguismo al extranjero, los términos de estas reformas son altamente lesivos para la gente y no hay ninguna respuesta, la gente esta anestesiada por medios de comunicación masivos, por un control ideológico y por una insuficiencia de representación política”, indicó.
Hernández dijo que “se vive una variante doctrinal y práctica de lo que podríamos llamaruna especie de ‘gatopeñismo’ , es decir el ‘gatopeñismo’ sería que todo siga igual para que siga peor, es decir mover todo para que las cosas sigan peor. Hay una silenciosa transformación, un rediseño nacional a favor de las élites, de empresas transnacionales”.
En México pareciera que estamos viendo “un rediseño nacional para un proyecto político que trata de durar varias décadas, además del inicio de una época diferente, no sólo se esta tratando de tener legitimidad, sino en una búsqueda de una relección presidencial… si estamos creando un estadista de papel y electrónico como es Peña Nieto, es decir un presunto reformista profundo y trascendente pues que no nos extrañe en este escenario precario, abandonado, de abatimiento de la resistencia y de la lucha popular, que de pronto nos topemos con que se pida más tiempo para que esas reformas se puedan tener el espacio suficiente para complementarse”.
Estamos en este momento “en manejos mediáticos, políticos y partidistas que van a concentrar el poder, que en las próximas elecciones de 2015 buscarán aumentar la franja decisoria del Partido Revolucionario Institucional, seguir repartiendo rebanadas a losgobiernos pactados… en la víspera electoral que pueden entregarse gubernaturas y otro tipo de espacios”, aseveró Hernández.
Y agregó que “lo que estamos observando ahora es la frivolidad con estos actos que nos están llevando a ver a Peña Nieto volviendo a las andadas ‘televisas’, regresando a los programas de vacuidad intelectual, pretendiendo encontrar ambientes propicios para explayarse en su reformas y en esta especie de ‘Peñalandia’ “.
“Habrá en 2015 televisiones digitales, despensas y montones de cosas para poder tratar de conservar ese poder ampliado que les garantice continuidad”, adelantó.
Por su parte, José Luis Reyna comentó que “se acabó un ciclo que se le podría llamar reformista y empieza una nueva etapa de esta administración presidencial y las cosas cambian, ya no va a ser la negociación entre partidos, entre la clase política para poder sacar las 11 reformas que se han podido sacar en el Congreso durante los últimos 20 meses, ahora empieza otra etapa, la etapa de la instrumentación de estas reformas, esas reformas están en el papel mientras no se instrumenten no pasa nada”.
La reformas “cambian totalmente el modelo del país, el país que era antes de las reformas es distinto después de las reformas. El despliegue mediático que está haciendo el presidente Enrique Peña Nieto responde precisamente al inicio del nuevo ciclo, el ciclo de instrumentar las reformas con cierto grado de legitimidad”, sostuvo.
Ahora “para poder instrumentar las reformas se necesita cierta legitimidad… no tener esa legitimidad significa que las reformas se pueden poner con signos de interrogación”.
Señaló que “el Congreso teóricamente representa pero realmente no, hay una distancia entre el representante y el representado”
Recordó que de acuerdo a una encuesta de Buendía Laredo, publicada en estos días se indica que Peña Nieto “no es un presidente fuerte, busca legitimidad pero también busca poder, busca las dos cosas. Tiene más poder en la medida que tenga más legitimidad”
La autoridad no está tan fuerte: 48 por ciento cree que el país no va por el caminocorrecto y 24 por ciento cree que va por el camino correcto, aseveró.
Reyna advirtió que “la primera gran prueba que tiene que pasar este segundo ciclo presidencial es 2015 pero hay otros problemas… el presidente no sólo está pensando en las reformas sino en 2015 y para eso tiene que ofrecer algo tangible que realmente pueda ser tocable, como crecimiento económico”.
Y todos los pronósticos que tenemos, sobre todo el último del Banco de México, que lo vuelve a bajar… un crecimiento que no va a ser alto por lo menos en 2014, dijo.
Además “la inseguridad sigue permeando, es un factor que no hay que perder de vista y la corrupción que no cede. El presidente debe tener una legitimidad para por lo menos explicarnos qué ese está haciendo respecto a esos problemas tan graves y que en el corto plazo no tienen solución”.
“En este momento que tiene el presidente del 12 de agosto, a fines de 2017, es el tiempo que tiene para instrumentar algo de lo que ha propuesto”, indicó.
En entrevista para Aristegui CNN, Hernández comentó que “es el cierre de un proyecto reformista frente a una sociedad anestesiada con poca capacidad de respuesta, con un marco de partidismo bastante precario que ha mostrado sus insuficiencias”.
La sociedad parece que “no responde ante ningún hecho ni circunstancia, hay un saqueo, un entreguismo al extranjero, los términos de estas reformas son altamente lesivos para la gente y no hay ninguna respuesta, la gente esta anestesiada por medios de comunicación masivos, por un control ideológico y por una insuficiencia de representación política”, indicó.
Hernández dijo que “se vive una variante doctrinal y práctica de lo que podríamos llamaruna especie de ‘gatopeñismo’ , es decir el ‘gatopeñismo’ sería que todo siga igual para que siga peor, es decir mover todo para que las cosas sigan peor. Hay una silenciosa transformación, un rediseño nacional a favor de las élites, de empresas transnacionales”.
En México pareciera que estamos viendo “un rediseño nacional para un proyecto político que trata de durar varias décadas, además del inicio de una época diferente, no sólo se esta tratando de tener legitimidad, sino en una búsqueda de una relección presidencial… si estamos creando un estadista de papel y electrónico como es Peña Nieto, es decir un presunto reformista profundo y trascendente pues que no nos extrañe en este escenario precario, abandonado, de abatimiento de la resistencia y de la lucha popular, que de pronto nos topemos con que se pida más tiempo para que esas reformas se puedan tener el espacio suficiente para complementarse”.
Estamos en este momento “en manejos mediáticos, políticos y partidistas que van a concentrar el poder, que en las próximas elecciones de 2015 buscarán aumentar la franja decisoria del Partido Revolucionario Institucional, seguir repartiendo rebanadas a losgobiernos pactados… en la víspera electoral que pueden entregarse gubernaturas y otro tipo de espacios”, aseveró Hernández.
Y agregó que “lo que estamos observando ahora es la frivolidad con estos actos que nos están llevando a ver a Peña Nieto volviendo a las andadas ‘televisas’, regresando a los programas de vacuidad intelectual, pretendiendo encontrar ambientes propicios para explayarse en su reformas y en esta especie de ‘Peñalandia’ “.
“Habrá en 2015 televisiones digitales, despensas y montones de cosas para poder tratar de conservar ese poder ampliado que les garantice continuidad”, adelantó.
Por su parte, José Luis Reyna comentó que “se acabó un ciclo que se le podría llamar reformista y empieza una nueva etapa de esta administración presidencial y las cosas cambian, ya no va a ser la negociación entre partidos, entre la clase política para poder sacar las 11 reformas que se han podido sacar en el Congreso durante los últimos 20 meses, ahora empieza otra etapa, la etapa de la instrumentación de estas reformas, esas reformas están en el papel mientras no se instrumenten no pasa nada”.
La reformas “cambian totalmente el modelo del país, el país que era antes de las reformas es distinto después de las reformas. El despliegue mediático que está haciendo el presidente Enrique Peña Nieto responde precisamente al inicio del nuevo ciclo, el ciclo de instrumentar las reformas con cierto grado de legitimidad”, sostuvo.
Ahora “para poder instrumentar las reformas se necesita cierta legitimidad… no tener esa legitimidad significa que las reformas se pueden poner con signos de interrogación”.
Señaló que “el Congreso teóricamente representa pero realmente no, hay una distancia entre el representante y el representado”
Recordó que de acuerdo a una encuesta de Buendía Laredo, publicada en estos días se indica que Peña Nieto “no es un presidente fuerte, busca legitimidad pero también busca poder, busca las dos cosas. Tiene más poder en la medida que tenga más legitimidad”
La autoridad no está tan fuerte: 48 por ciento cree que el país no va por el caminocorrecto y 24 por ciento cree que va por el camino correcto, aseveró.
Reyna advirtió que “la primera gran prueba que tiene que pasar este segundo ciclo presidencial es 2015 pero hay otros problemas… el presidente no sólo está pensando en las reformas sino en 2015 y para eso tiene que ofrecer algo tangible que realmente pueda ser tocable, como crecimiento económico”.
Y todos los pronósticos que tenemos, sobre todo el último del Banco de México, que lo vuelve a bajar… un crecimiento que no va a ser alto por lo menos en 2014, dijo.
Además “la inseguridad sigue permeando, es un factor que no hay que perder de vista y la corrupción que no cede. El presidente debe tener una legitimidad para por lo menos explicarnos qué ese está haciendo respecto a esos problemas tan graves y que en el corto plazo no tienen solución”.
“En este momento que tiene el presidente del 12 de agosto, a fines de 2017, es el tiempo que tiene para instrumentar algo de lo que ha propuesto”, indicó.
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