(01 de agosto, 2014).- Si el foxismo y el calderonismo rompieron de raíz con el PAN de 1939-2000, el mañoso presidente de las ruinas de ese partido: Gustavo Madero —deshonrando el apellido— sin duda ha completado el viraje de la traición, dejando de ser oposición para convertirse en apéndice del PRI; aunque en peores condiciones que ese minipartido podrido y sucursal de Televisa y Tv-Azteca: los verdes. Dejaron atrás al gómezmorinismo y al clouthierismo para, no en el clásico toma y daca, sino en el vil chantaje, convertirse al priísmo para “sacar raja” en beneficio de sus élites empresariales. Fox y Calderón echaron a la basura la alternancia y la transición, pues no fueron otro partido en el poder presidencial, sino más y peor de lo mismo del partido creado por Miguel Alemán. Por eso se les apodó “priismoempanizado” o “PRIAN”. Ya no son, pues, oposición. Quisieron el poder, que en buena ley empezaron a conquistar en municipios y con Ruffo en Baja California. Luego torcieron el camino con su ética si bien altamente religiosa, al menos de convicciones, para entregarse en manos del maderismo que lleva a su máxima expresión la traición del tríptico: Fox-Calderón-Madero. Este último con su pandilla, salvo uno que otro panista como Javier Corral, quien contra la corriente, quieren rescatar al PAN de los neopanistas.
II.- Con ese trío se cumplió al pie de la letra la advertencia de Carlos Castillo, otro auténtico panista, crítico severo de Calderón, cuando les dijo que “no fueran a ganar el poder y perder el partido”. Y les fue peor, porque también perdieron el poder, por sus transas, corrupciones, abusos y no resistir, en el doble sentido de la expresión: la borrachera del poder y la borrachera alcohólica de los calderonistas. Ahora se han puesto de moda por sus “hazañas” en Brasil, los sobornos o “moches” que exigen para gestionar obras y recursos; sus homicidios, agresiones y vocabulario de mentadas, como la florida jerga pública de María Luisa Calderón. También por sus transas disfrazadas de negociaciones en el Congreso, con tal de subirse al carro del peñismo que les llegó al precio de su degradación. Y sus desgobernadores como el ratero del agua de los indígenas, el tal Padrés en Sonora, a punto de terminar su mal gobierno para sacarlo a patadas.
III.- En doce años enseñaron el cobre y tiraron por la borda de su canoa, sus 60 años de oposición. Por un plato de lentejas (y eso que esta semilla ha encarecido y no es platillo de la Cruzada contra el Hambre), vendieron su alma al mejor postor. Y no fue al dueño del Averno, sino a Peña que los encantó con el Pacto por Peña y los ha utilizado a cambio de migajas por sus servicios. Los neopanistas de Madero cambiaron su piel azul con manchas blancas, y tras desgarrarse las vestiduras y mostrar su desnudez ideológica, se envolvieron en la combinación tricolor. Malos gobernadores, veletas del oportunismo como diputados locales y federales. Cínicos como senadores. El priísmo ha demostrado que “sabe más por viejo que por diablo”, y sin la menor resistencia los arrastró a donde sirven a sus intereses. “Aurea mediocritas”.
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