Las lideresas son las primeras que se levantan para tener listo el menú que se le ofrecerá a quien llegue a la “casa amiga” con el dedo pintado.
POR: ALEJANDRO MONTENEGRO
lunes, 07 de julio del 2014
Saltillo, Coahuila.- Una elección no podría ser la misma sin la presencia de las lideresas o gestoras sociales. Personajes que tienen a su cargo colonias enteras con el único objetivo de lograr que sus “beneficiarios” acudan a las urnas a emitir su voto a favor del partido de su interés.
Son las primeras que se levantan para tener listo el menú que se le ofrecerá a quien llegue a la “casa amiga” con el dedo pintado. Café, jugo, agua, refresco, tacos de barbacoa, menudo, pozole, caldo tlalpeño, son el premio inmediato por favorecer al partido político favorito en las elecciones.
Al oriente de la ciudad, junto a la calle de Otilio González, la señora Laura tiene a su cargo ocho colonias completas y miles de votantes. El protocolo es sencillo, se invita a la persona a acudir a la urna y posteriormente ir a la casa amiga de su colonia. Al mostrar su dedo con tinta indeleble su nombre es tachado en la lista, el objetivo está cumplido y acceden a cualquiera de los platillos disponibles.
“Me reportan que se están moviendo bien los votantes. Ojalá me vaya bien este año, no es por presumir pero el año pasado con las alcaldías nada más perdí una casilla y ya tengo más de 20 años en esto de la gestión social”, comenta la lideresa.
Cada hora las promotoras de cada colonia tienen que elaborar un reporte con el número de personas que ya acudieron a la urna para monitorear la participación de sus listas. Ayer la orden fue que a las 4 de la tarde se diera un último reporte a la lideresa de más alto rango y para las 6 de la tarde acudir a la casilla que a cada quien le tocó a esperar resultados.
“Hoy me levanté a las cuatro de la mañana, tenía que dejar listos todos los alimentos para los votantes. Aunque trabajamos muchos meses antes de la elección, hoy es el día que más chamba tenemos porque hay que estar llevando a la gente a votar todo el día”, señala sin recato una lideresa del sur de la ciudad, quien prefirió mantenerse en el anonimato.
Durante la mañana, en la casilla 700 y tantos, desfilaron grupos enteros en fila india, saliendo de votar, rumbo a la casa amiga del sector. Parece un hogar normal, pero entre las puertas y ventanas las mesas y los alimentos sobre ella delatan sus intenciones.
“Nos ofrecieron un taquito y no lo desairamos. Sea como sea ya votamos, lo que venga es ganancia”, apura a decir Fermín Garza al salir de aquel sospechoso lugar.
A las 6 de la tarde las casillas se volvieron a llenar y no para emitir el voto. Promotoras y gestoras sociales empezaron la guardia en las casillas para revisar los resultados de la jornada. “Estoy segura de que vamos a ganar”, dijo una de las lideresas más pesadas del oriente de la ciudad.
Son las primeras que se levantan para tener listo el menú que se le ofrecerá a quien llegue a la “casa amiga” con el dedo pintado. Café, jugo, agua, refresco, tacos de barbacoa, menudo, pozole, caldo tlalpeño, son el premio inmediato por favorecer al partido político favorito en las elecciones.
Al oriente de la ciudad, junto a la calle de Otilio González, la señora Laura tiene a su cargo ocho colonias completas y miles de votantes. El protocolo es sencillo, se invita a la persona a acudir a la urna y posteriormente ir a la casa amiga de su colonia. Al mostrar su dedo con tinta indeleble su nombre es tachado en la lista, el objetivo está cumplido y acceden a cualquiera de los platillos disponibles.
“Me reportan que se están moviendo bien los votantes. Ojalá me vaya bien este año, no es por presumir pero el año pasado con las alcaldías nada más perdí una casilla y ya tengo más de 20 años en esto de la gestión social”, comenta la lideresa.
Cada hora las promotoras de cada colonia tienen que elaborar un reporte con el número de personas que ya acudieron a la urna para monitorear la participación de sus listas. Ayer la orden fue que a las 4 de la tarde se diera un último reporte a la lideresa de más alto rango y para las 6 de la tarde acudir a la casilla que a cada quien le tocó a esperar resultados.
“Hoy me levanté a las cuatro de la mañana, tenía que dejar listos todos los alimentos para los votantes. Aunque trabajamos muchos meses antes de la elección, hoy es el día que más chamba tenemos porque hay que estar llevando a la gente a votar todo el día”, señala sin recato una lideresa del sur de la ciudad, quien prefirió mantenerse en el anonimato.
Durante la mañana, en la casilla 700 y tantos, desfilaron grupos enteros en fila india, saliendo de votar, rumbo a la casa amiga del sector. Parece un hogar normal, pero entre las puertas y ventanas las mesas y los alimentos sobre ella delatan sus intenciones.
“Nos ofrecieron un taquito y no lo desairamos. Sea como sea ya votamos, lo que venga es ganancia”, apura a decir Fermín Garza al salir de aquel sospechoso lugar.
A las 6 de la tarde las casillas se volvieron a llenar y no para emitir el voto. Promotoras y gestoras sociales empezaron la guardia en las casillas para revisar los resultados de la jornada. “Estoy segura de que vamos a ganar”, dijo una de las lideresas más pesadas del oriente de la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario