Más de 40 años de activismo congruente han
sembrado temor, animadversión y odio en contra de Andrés Manuel López Obrador.
Los que le temen – y con razón – son aquellos
que quedan desnudos en sus discursos.
Los que saben que lo que dice cuando denuncia es cierto. Los que se sienten
amenazados porque si el rumbo del país cambia, ellos tendrán que dejar de “padrotear”
a millones de mexicanos.
Y la lista no es corta. Incluye desde los
intereses transnacionales y el gobierno yanqui –como lo revelan los cables de
wikileaks- ; por supuesto sus personeros agrupados en grupos de conjurados como
el Consejo Coordinardor Empresarial; Cámara Mexicana de Hombres de Negocios; y
los sicarios de estos caciques que a su vez se agrupan en el PRI, en el PAN, en
“Nueva Izquierda”, en el PANAL, por supuesto que en el “partido” Verde
Ecologista.
AMLO también es objeto de permanentes
campañas en medios de comunicación cuyos dueños comparten los temores de dejar
de abusar de todo un pueblo en su propio beneficio. Y citamos a Televisa, TV
Azteca, Radio Fórmula, MVS –con la excepción de Carmen Aristegui- , Milenio,
Excélsior, W Radio – antes “Voz de
América Latina desde México” y hoy “Voz de la ultraderecha española y mexicana,
desde México” - ; todos estos grupos utilizando los medios como trincheras de
francotiradores cobardes y cada vez más ridículos.
Así, la lupa que ha estado puesta sobre
AMLO desde hace tantos años, hoy abre su campo visual e incluye a Morena.
Morena es una organización que busca la
transformación de México, de manera pacífica.
Morena se constituye gracia al liderazgo y al tosudo empeño de AMLO por
transformar al país. Morena está naciendo y sufriendo los dolores del parto.
Morena no es químicamente pura, pero espera serlo. Morena tiene defectos y se
conocen intentos de desviaciones hacia la vieja, obsoleta y repudiable cultura
política mexicana.
Sin embargo, Morena tiene una base
conformada por ciudadanos conscientes y también decididos a cambiar al país.
Andrés Manuel López Obrador no es Morena, ni Morena es AMLO. Morena es una
institución que nace de la resistencia del pueblo contra la
imposición de Felipe Calderón y que ha venido perfilando su identidad en las
calles, junto a los trabajadores del SME, la CNTE y Mexicana de Aviación; junto
al Movimiento #YoSoy132; en el reclamo del cese a la represión de las
autoridades locales – incluyendo al D.F.- y federales; en las luchas contra las
políticas neoliberales que buscan privatizar hasta el aire que respiramos en
beneficio de aquellos que enfrentan y afrentan a AMLO y hoy también, a Morena.
Sería tonto asumir que una persona como
AMLO cuyo activismo es intenso e incesante, no cometiera errores. Los comete,
por supuesto. Ninguno permanece en el ámbito personal y de ellos, hoy le pasan las facturas también
a Morena.
En reciente polémica con el periodista
Julio Hernández López , articulista destacado de la Jornada, a partir de una
crítica de éste respecto a los “destapes” de AMLO y la muy desafortunada
respuesta de éste a Julio, se repitió un fenómeno muy delicado.
El articulista recibió respuestas de todos
calibres de simpatizantes de Andrés Manuel. Pero también, recibió apoyos
masivos de personajes identificados con la derecha y la ultraderecha
periodística y de los vendepatrias amarillos.
¡ Cuidado ¡
No creo que Julio no supiera lo
que estaba provocando. Coincide además su iniciativa con dos eventos muy
significativos : la asamblea que cambió el régimen de propiedad comunal de la
isla de Holbox para poder privatizarla y la misma maniobra, un día anterior en
contra de los comuneros de Atenco, que debieron recibir toda nuestra atención.
Particularmente afrentó de las
expresiones de Julio, el profundo desdén que muestra respecto a las bases
de Morena. Ese desdén es una grave falta de respeto. Allá él.
Morena cuenta con las instituciones, reglas
y mecanismos para garantizar los derechos y la participación de cada uno de sus
miembros.
No se preocupen por nosotros. Somos adultos. Por supuesto que no es
de agradecerse su “mortificación” por los asuntos internos de Morena, que estoy
casi seguro se promueven desde el
interior de la organización por intereses particulares , electorales o
conspirativos, filtrando información maquillada y rumores. También tenemos en
Morena nuestros espacios de deliberación abiertos también -por supuesto- a los conjurados y a los inconformes.
No es cuestionable criticar a AMLO bajo
ninguna circunstancia. Lo que hay que cuidar, es quién se forma en la cola de
nuestras críticas y quizá, pensar mejor el cómo hacerlo.
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