Ricardo La Volpe, entrenador. Foto: AP |
MÉXICO, D.F. (apro).- El exdirector técnico de las Chivas, el argentino Ricardo Antonio La Volpe, sí abusó de la podóloga del club, Belén Coronado, según se desprende de su declaración ministerial asentada en la averiguación previa 1622/2014.
Según el documento que reproduce el diario deportivo Récord en su edición de este lunes, los hechos ocurrieron el pasado 18 de abril, dos días antes de que el Guadalajara visitara a los Pumas de la UNAM en Ciudad Universitaria.
Coronado refirió que ese día La Volpe acudió a su consultorio alrededor de las dos de la tarde, cuando ya no había nadie en las instalaciones de Chivas.
De acuerdo con su testimonial, el entrenador de las Chivas llegó cubierto con una toalla de la cintura para abajo. “Le dije que se sentara… pude ver que no traía ropa interior, al sentarse se le abrió un poco la toalla, ya que abrió las piernas y alcancé a ver su pene. Me hizo sentir incómoda y no le dije nada, porque el señor La Volpe es una figura de autoridad… Seguí con mi trabajo de manera muy profesional, quería evitar algún tipo de problema”.
La podóloga del club cuenta luego que el tratamiento que practica implica solamente tocarle los pies al paciente durante aproximadamente media hora. En ese lapso, dice, La Volpe hacía muchos movimientos y de manera intencional se subía la toalla al punto de que su pene quedaba al descubierto.
Asimismo, aclara que al final de la sesión acostumbra darles a los jugadores un masaje en los pies de la pantorrilla hacia abajo, pero que en este caso en particular, La Volpe se levantó la toalla dejando su pene al descubierto y le ordenó que “lo masajeara más arriba”.
“Le contesté que no hacía masajes y me dijo: ¿Qué te da miedo? Caminé detrás del sillón, esperando que se fuera. Estaba nerviosa y desesperada. Decidí salirme, pero antes fui por mi celular. Tuve que pasar al costado izquierdo del señor, fue así que, sentado, siento un agarrón en la filipina médica, me tenía sujetada con la mano izquierda y me jaló para acercarme. Tomó mi mano derecha y me dijo: tócame, tócame, ¿o qué te da miedo?, jalaba mi mano hacia su pene. En el forcejeo logró que mi mano rozara su pene, sin que yo tuviera la intención de alguna intimidad sexual.
“Logré zafarme, se levantó del sillón y en la puerta del consultorio me dijo: todo bien. Yo no quise contestarle y se retiró. Al día siguiente fui a trabajar de manera normal y llegué a eso de las nueve de la mañana, encontré a Jahir Pereyra, Chatón Enríquez, Antonio Gallardo, Jorge Rauch, Antonio Jiménez. Los saludo y vi al señor La Volpe platicando con ellos. Pensé que algo había platicado con ellos de lo que había sucedido… Me dirigí hacia donde estaban y les dije que La Volpe estaba enfermo y les platiqué lo ocurrido. Se asombraron y me dijeron que me iban a apoyar.
Coronado cuenta también que el 24 de abril se encontraba en su consultorio, cuando entró La Volpe, cerró la puerta y le dijo: perdóname, escucha, tengo familia, qué necesitas, pero di que no es verdad, que todo es un chismerío. Si yo sigo en Chivas te voy a ayudar…”.
En la parte final de su declaración ministerial, Belén Coronado refiere que no es de su interés llegar a un acuerdo conciliatorio con La Volpe.
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