martes, 6 de mayo de 2014

Los mexicanos somos dichosos –sin duda uno. Enrique Galván Ochoa

 Hace agua el supernegocio Pemex-Repsol
 CFE sólo atenderá miniclientes... y diablitos
¿A
lguien ha visto recientemente a Juan José Suárez Coppel, el último director de Pemex del calderonato? Solía llegar a los hoteles más caros del mundo por cuenta de nosotros, los contribuyentes. Por órdenes de su jefe compró más acciones de la compañía española Repsol. Nada importante: 20 mil millones de pesos, se dijo aquellos días. Ya era socio Pemex de la compañía española. Cuando López Portillo reanudó relaciones con España, quiso afianzarlas invirtiendo en su sector petrolero. Comenzó su participación con 2.8% que después se convirtió en 5% y en 2011 a Calderón y Suárez Coppel se les ocurrió que era buena opción aumentarlo a 9.49%. La historia no está teniendo un final feliz. ‘‘Petróleos Mexicanos ha dicho basta’’, dice la publicación hispana El Confidencial, al ventilar que la paraestatal hace planes para desprenderse de su participación. Podría venderla en 2 mil 400 millones de euros. En mayo del año pasado se dio a conocer que la ampliación accionaria de la petrolera mexicana le había significado una pérdida de 10 mil 125 millones de pesos. De acuerdo con las fuentes consultadas por El Confidencial, la ruptura se debe a la pésima relación de la actual administración priísta de Pemex con Antonio Brufau, presidente de Repsol. La gota que derramó el vaso fue el cambio de estatutos promovido por Brufau para fijar en 75% el mínimo de los votos necesarios para todo cambio de relevancia: transformación, escisión, fusión, cambio de domicilio social o cambio de negocios. Petróleos Mexicanos quedó bloqueado. La cuestión es si con la venta de acciones podrá recuperar su inversión. Sería excelente que Suárez Coppel fuera llamado a explicar qué buscaba, junto con Calderón, en la riesgosa aventura. Nunca ha quedado suficientemente claro.
El hombre feliz no tenía trabajo
A juzgar por los datos que siguen, los mexicanos representamos un caso de masoquismo colectivo: trabajamos más, ganamos menos, padecemos mayor inseguridad, existe un grave problema de obesidad. Eso sin contar calamidades como los chuchos, Fox y la señora Marta... y aun así estamos más satisfechos con nuestra vida que los habitantes de otros países, según los resultados de un estudio realizado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). A lo largo de un año, cada mexicano trabaja un promedio de 2 mil 226 horas, mientras que el promedio de 36 países miembros de la OCDE fue de mil 765 horas de trabajo al año. (Este dato hay que tomarlo con reservas: se refiere a los afortunados que tienen empleo, exclusivamente). Tal vez no está errada la encuesta, depende de los entrevistados. Si fue José Ángel Gurría, hasta se quedó corta. Es el pensionado más joven de la historia mundial. Cobra su pensión desde que tenía 42 años; hasta fecha reciente era mayor a 2 millones de pesos al año… y dobletea con el espléndido sueldo que percibe como secretario general de la OCDE.
La CFE y los diablitos
Por si alguien lo ha olvidado, el presidente López Mateos –del PRI– nacionalizó la industria eléctrica en 1960. Otro priísta, ya saben quién, considera que en los tiempos actuales la decisión resulta no funcional, para decirlo suavecito. De acuerdo con la legislación secundaria de la reforma energética, la Comisión Federal de Electricidad será re-reprivatizada. Deberá renunciar a sus grandes clientes y sólo se quedará con los pequeños y los diablitos. Los grandes representan 60 por ciento de sus ingresos y podrán producir su propia energía o comprarla a provedores privados. Opera con pérdidas y al quedarse con la parte débil del mercado probablemente irá a la bancarrota. La modificación deberá ser discutida y aprobada por un Congreso compuesto –en su mayoría– por senadores y diputados dispuestos a firmar lo que les pongan enfrente.
e@Vox Populi
Asunto: la universidad petrolera
Acabo de leer que el director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, anunció la construcción en Querétaro de la Universidad Corporativa de Petróleos Mexicanos. Dice que serán invertidos 2 mil 500 millones de pesos y los recursos serán aportados por Petróleos Mexicanos y el fondo Conacyt-Sener. Es una buena idea, no hay que criticar sólo por criticar. Sin embargo, me gustaría saber por qué no incorporar el nuevo plantel al Instituto Politécnico Nacional. Y es mucho dinero. Luego por qué atrasa Conacyt el pago de las becas.
Elvira Olmos /Distrito Federal
R: También podría ser parte del Instituto Mexicano del Petróleo. Tengo entendido que no quieren prole en la universidad petrolera. Los profesores serán del Tec de Monterrey, el ITAM y de Houston, con ‘‘ look Polanco’’.
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El dinero no compra la felicidad. Yo algunas veces lloro dentro de mi Ferrari.
El 5 de mayo en EU es básicamente ofertas en Walmart, fajitas, sombreros y nachos con guacamole.
Batalla, la mía contra SAT, que no me regresa mi ISR pagado en exceso; la de Puebla ¿qué?
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