La causa, una hora menos de sueño, revela estudio de la Universidad de Colorado
Citan entre las limitaciones que se haya excluido a pacientes muertos antes de llegar al hospital
Reloj gigante en el Parque Hundido, en la ciudad de MéxicoFoto Carlos Cisneros
Reuters
Periódico La Jornada
Domingo 30 de marzo de 2014, p. 25
Domingo 30 de marzo de 2014, p. 25
Washington, 29 de marzo.
El cambio al horario de verano y perder una hora sueño elevó el riesgo de un ataque al corazón en 25 por ciento el lunes inmediato a su entrada en vigor, comparado con otros lunes del año, según un estudio que dirigió el doctor Amneet Sandhu, adjunto del departamento de cardiología de la Universidad de Colorado, en Denver. Por el contrario, el riesgo de ataque al corazón se redujo 21 por ciento a finales de año, el martes después de regresar al horario de invierno, cuando las personas tuvieron una hora más de sueño.
El impacto no tan sutil de mover el reloj hacia delante y hacia atrás se observó en la comparación de los ingresos hospitalarios en las bases de datos de los nosocomios de Michigan. El estudio examina los ingresos antes del inicio de horario de verano y el lunes inmediatamente después durante cuatro años consecutivos.
En general, los ataques al corazón históricamente ocurren con mayor frecuencia en las mañanas de lunes, tal vez debido a la tensión de empezar una nueva semana de trabajo y los inherentes cambios de nuestro ciclo de sueño, asentó.
Con el horario de verano, todo esto se ve agravado por una hora menos de sueño, calculó Sandhu, que presentó sus descubrimientos en las sesiones científicas anuales de la Universidad Americana de Cardiología en Washington.
El vínculo entre la falta de sueño y los ataques cardiacos se ha encontrado en estudios previos, pero Sandhu adujo que los expertos todavía no tienen una idea clara de los motivos por los que las personas son tan sensibles a los ciclos de sueño.
Nuestro estudio sugiere que los cambios repentinos, incluso los pequeños, en el sueño pueden tener efectos perjudiciales, recordó.
Sandhu examinó cerca de 42 mil ingresos hospitalarios en Michigan, y descubrió que una media de 32 pacientes tuvieron un infarto un lunes cualquiera. Sin embargo, la cifra de personas que padecieron un ataque al corazón el lunes inmediatamente posterior a adelantar una hora el reloj había una media de ocho ingresados más. El número total de ataques al corazón durante toda la semana posterior al ajuste horario no cambia, sólo el primer lunes. La cifra vuelve a la normalidad los días posteriores.
Las personas que ya son vulnerables a las enfermedades del corazón pueden ser especialmente susceptibles al cambio de horario, previó Sandhu, quien añadió que el personal del hospital quizás deba aumentarse el lunes tras adelantar la hora.
Si podemos identificar los días en los que puede haber oleadas de ataques al corazón, podemos estar más preparados para una mejor atención de nuestros pacientes, sugirió.
El reloj, por lo general, se adelanta en primavera, por lo que las tardes tienen más luz que las mañanas. Esta medida se aplicó durante la Primera Guerra Mundial para ahorrar energía, pero los críticos cuestionan su eficacia y su utilidad hoy en día.
Los investigadores citaron las limitaciones para el estudio, y señalaron que se hizo sólo en un estado y a los ataques al corazón que requirieron procedimientos en los que se abrieron arterias. De modo que el estudio excluyó a los pacientes que murieron antes de ingresar en el hospital o de la intervención.
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