De acuerdo con los testimonios recogidos por el fotógrafo de Proceso, Miguel Dimayuga, quien llegó por la mañana hasta las comunidades de El Varal, Cancita, El Carrizo y La Cofradía, por cuatro horas los habitantes vivieron una fuerte tensión por las ráfagas intermitentes que salían de los cerros en contra de los autodefensas que establecieron ahí barricadas.
En estas comunidades ubicadas a media hora en automóvil de la cabecera municipal de Apatzingán, se registró el éxodo de familias temerosas, las que llevaban apenas algunas de sus pertenencias y ropa a bordo de camionetas buscando un lugar seguro.
La mayor parte de los desplazados, aproximadamente unos 20, eran mujeres y niños, quienes abordaron tres camionetas para salir de la zona. Ellos dijeron que la balacera habría empezado a las cuatro de la tarde y se suspendió tres horas después, “cuando llegó el avión”, en referencia al arribo de helicópteros de la Policía Federal (PF).
Los reportes oficiales señalan que no hubo enfrentamiento sino disparos de hombre armados. Sin embargo, los autodefensas aseguraron que se trató de un enfrentamiento y que duró de manera intermitente más de cuatro horas.
Más de 50 policías federales y una decena de soldados fuertemente armados a bordo de camionetas artilladas inspeccionaron el lugar donde se registró el intercambio de balas entre los autodefensas y presuntos Templarios.
Hasta el momento no se tienen informes de heridos o muertos en este suceso.
Antes de llegar a La Cofradía, los autodefensas destruyeron con un trascabo una capilla dedicada a Nazario Moreno El Chayo, quien se autonombró santo y se mandó a construir cientos de figuras a las que rendían culto los miembros de Los Caballeros Templarios.
Acciones similares han realizado los civiles armados cada vez que entran a un poblado que fue controlado por este grupo del crimen organizado durante casi 12 años.
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