Gaudencio Mancilla |
GUADALAJARA, JAL., (proceso.com.mx).- Un grupo de hombres armados irrumpió esta madrugada en la casa del líder nahua Gaudencio Mancilla Roblada, de la comunidad de Ayotitlán (Cuautitlán de García de Barragán, Jalisco), a quien raptó junto con su hermano Bonifacio Mancilla Roblada y Gerónimo Flores Elías, vecino de la comunidad de Tierras Negras.
De acuerdo con testigos, a las 3:00 horas de este 22 de agosto, hombres a bordo de cinco camionetas entraron a la comunidad La Guayaba y se dirigieron a la finca del representante del Consejo de Mayores de la Sierra de Manantlán, donde rompieron la puerta con un marro y entraron hasta la habitación de Gaudencio Mancilla.
El integrante del Consejo de Mayores ha sido uno de los principales opositores a las mineras y a la tala ilegal en la Sierra de Manantlán. En julio de este año ya había entrado a su casa un comando, pero el nahua alcanzó a esconderse en el monte.
Después de la desaparición de su compañero Celedonio Monroy, en octubre de 2012, Gaudencio Mancilla advertía que en Ayotitlán se vivía una época “crítica”, de persecución de las “personas finas” del pueblo, “porque no crean que no sabemos que aquí hay mucho interés por el maderal y los minerales, y que por eso nos han ido quitando territorio desde que éramos la Pequeña República de Indias de Ayotitlán”.
César Díaz, de la Unidad de Apoyo a Comunidades Indígenas (UACI) de la Universidad de Guadalajara, señala que ya notificaron a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco y que están a la espera de que activen el Protocolo de Protección de Derechos Humanos.
Gaudencio Mancilla asistió el pasado fin de semana a la Cátedra Juan Chávez Alonso, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, a donde acudieron integrantes del Congreso Nacional Indígena. En el pronunciamiento que emitieron se denunció “que los malos gobiernos y las empresas trasnacionales se han valido de grupos paramilitares para imponer megaproyectos extractivos mediante la explotación ilegal de minerales y maderas preciosas, particularmente en la costa Nahua y la Meseta Purépecha de Michoacán, y en la comunidad nahua de Ayotitlán, en la Sierra de Manantlán, Jalisco”.
Por las amenazas que sufrió Gaudencio Mancilla, su hermano Bonifacio se había ido a vivir con él como una medida de seguridad.
Mancilla Roblada también quiso impulsar la creación de una policía comunitaria para resguardar los bienes naturales del territorio de Ayotitlán. En diciembre de 2012, en una reunión en la que se analizó esta propuesta, el nahua comentó que desde hace décadas “se nos vino un pulguero que quería mineral… se lo llevaban hasta en burros. Los veíamos por todos lados rascando la tierra. Y luego llegaron estos nuevos a buscar la madera fina, pero ahora ya buscan a las personas finas, las que defienden su pueblo”.
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