Escrito por Guillermo Barba
Hay dos noticias recientes que se refieren al mercado del oro –una de las cuales es exclusiva de este blog, que no pueden pasar inadvertidas.
Primero: hay 1,300 toneladas del metal que estaban resguardadas en el Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) y que nadie sabe adónde se fueron.
Segundo –y esta es nuestra exclusiva, esto ocurrió en el mismo período en que el Banco de Pagos Internacionales (BIS) demandó a Banco de México (Banxico) manejar con “confidencialidad” toda información concerniente a sus reservas de oro. Las casualidades no existen.
Y es que el caso de la manipulación del mercado del oro es uno de los más importantes, pero a diferencia de otros escándalos que ya han sido descubiertos como el de la tasa Líbor (London Interbank Offered Rate), éste permanece para muchos, en las sombras.
Esto se debe en gran parte a que gobiernos tan poderosos como el de los Estados Unidos y Gran Bretaña, sus respectivos bancos centrales, el BIS y los bancos de lingotes (“Bullion Banks”), se han empeñado en asegurar a través de los grandes medios informativos, que todo se trata de una simple “teoría conspirativa”.
Por desgracia, esa trampa será de las últimas en ser descubiertas y nunca reconocida como tal pues, ¿qué autoridad superior va a venir a poner en cintura a los manipuladores, si no hay nadie más arriba?
La única fuerza posible, la del mercado, que terminará por imponerse, jamás será admitida como tal. En su momento, culparán a analistas, periodistas, extranjeros y “especuladores” del nuevo caos económico-financiero que sobrevendrá.
De ahí el que cualquier estudio serio de los vaivenes de los precios de los metales preciosos monetarios –oro y plata, no deba limitarse al típico análisis técnico como cualquier materia prima.
En tanto que ambos constituyen dinero real, y por tanto el opuesto perfecto del dinero fiduciario de los gobiernos (dólar, libra, euro, etc.), serán siempre blanco de ataques orquestados para desprestigiarlos: el hecho de que no puedan ser reproducidos a voluntad para financiar sus dispendios, los vuelve aborrecibles.
Justo por eso, es necesario que a todos niveles, se emprendan acciones de protección contra esos actos fraudulentos del “cártel del oro”.
Alasdair Macleod, experto de Goldmoney.com, dijo en una entrevista con Max Keiser (Keiser Report: Jihadist Safe Haven (E476)), que el Banco de Inglaterra (BoE) fue un prolífico oferente de oro al “prestar” 1,300 toneladas del metal áureo entre febrero y junio pasados.
Macleod se percató, comparando los reportes del propio BoE, de que había una discrepancia entre las 505 mil barras (de 400 onzas cada una) almacenadas al corte anual de febrero, y las 400 mil de junio. ¿Adónde se fueron las más de 100 mil de diferencia?
Macleod considera adecuadamente que esos lingotes sirvieron para “inundar” el mercado y echar por la borda las cotizaciones, que por cierto, tuvieron su peor desplome en más de 30 años en abril.
Aquí lanzamos otra pregunta ¿a quién pertenecían esos lingotes? ¿Se prestó el oro del Banco de México que se supone tienen como custodio al BoE, sin su autorización?
La duda surge porque Banco de México notificó la semana pasada al autor de este blog (vía el documento REF.:I22.52.2013), que “Por lo que se refiere a la solicitud relativa a las operaciones de préstamo de oro durante 2011, 2012 y 2013, le informamos que Banco de México no ha realizado ninguna operación de préstamo de oro durante esos años”.
Cabe recordar que como lo informó este blog en octubre de 2012, Banxico cree tener bajo custodia del BoE 120 toneladas de oro de sus reservas, pero dado que tiene una “cuenta sin asignar” (unallocated account), carece de un inventario que le especifique cuáles de todas las barras que guarda el BoE, le pertenecen.
Esa mala nueva empeora si consideramos que el Instituto Central nunca ha realizado una inspección física de sus barras, para siquiera confirmar su existencia y el cumplimiento del contrato.
Eso le valió un severo “jalón de orejas” de parte de la Auditoría Superior de la Federación, que le “recomendó” efectuar dicha inspección este año.
Hoy, el descubrimiento es que de acuerdo con información proporcionada a este periodista por la institución que dirige Agustín Carstens (oficio REF.:I22.53.2013), con base en la Ley de Transparencia, el Banco de Pagos Internacionales le demandó lo siguiente mediante un escrito en inglés fechado el 24 de abril de 2013:
“Banco de México no debe revelar en respuesta a ninguna solicitud recibida, la información anterior u otra provista por el BIS al Banxico, concerniente a las operaciones de las cuentas de oro del BIS. El BIS considera la información provista a sus clientes respecto a sus productos, servicios y operaciones en oro como confidenciales”.
Esto significa que Banxico hizo sus operaciones de compra de oro con el BIS, el banco de bancos centrales, quien a su vez le contó que sus barras se encontrarían en bóvedas del BoE. Vaya trama.
Las revelaciones de Macleod vuelven a llamarnos la atención sobre un asunto de seguridad financiera nacional: la importancia de que Banxico solicite la repatriación de nuestras reservas áureas, pues además de no haberlas certificado, ni siquiera existen garantías de que el BoE no las haya “prestado” ya, y sin embargo, nos esté cobrando millones de libras por “servicios de almacenamiento”.
Desde luego, esto es un aspecto que le concierne también al propio secretario de Hacienda, Luis Videgaray, como presidente de la Comisión de Cambios. Ojalá ya no se siga subestimando este asunto.
Algo grande está pasando tras bambalinas en el mercado del oro, y las voces de alerta,ya no pueden ser ignoradas.
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