La letra chiquita
Prodigios de la tv
EU insiste en Caro
MANIFESTACIÓN DE LA CNTE. Integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se manifestaron afuera de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en apoyo a agremiados acusados de secuestro. Durante el mitin derribaron la reja principal de la sede de la CNDHFoto Alfredo Domínguez
L
o que hoy se ha planteado está en lo somero, palabrería alegre que trata de negar lo que salta a la vista, insistencia mediática del gobierno federal que implica una confesión de la necesidad de suplir con propaganda las carencias y engaños de la milagrosa iniciativa chatarra apenas esbozada.
La noche del mismo lunes trágico, por ejemplo, a la misma hora se transmitían en Televisión Azteca y Televisa entrevistas distintas, presumiblemente en vivo (una con Javier Alatorre, en el Ajusco; otra con Gregorio Martínez, el suplente de Joaquín López Dóriga, en el Canal de las Estrellas) con Pedro Joaquín Coldwell, el secretario de energía que no tiene ni una pizca de antecedentes en estos temas técnicos y científicos, pero ahora augura con aires expertos un apocalipsis en México en caso de que no se apruebe el gran negocio privatizador.
La capacidad de bilocación de Joaquín Coldwell sólo fue uno de los prodigios mediáticos que se han desatado. El director de Pemex, Emilio Lozoya (el joven), también realizó caravanas informativas plenas de amabilidad entrevistadora, sin que saltaran preguntas periodísticas sobre conflictos de intereses y oscuros entramados que son la especialidad de la casa regente (la que aspira a ceder y conceder contratos y convenios con cargo a la máxima riqueza nacional, en tiempos marcados por la liberación e impunidad del prócer del 10 por ciento como comisión mínima, el hermano Raúl Salinas de Gortari cuyas enseñanzas ya son Biblia mercantil).
La política mediática de tierra arrasada que pretende imponer Los Pinos con un amplio gasto en medios, sobre todo los televisivos (aunque la catarata en radio ya era ayer notable), intenta concentrar la atención pública y el debate político y legislativo en los grandes temas pomposamente anunciados por Peña Nieto en la presentación oficial de su iniciativa energética y en un mensaje especial nocturno que el lunes requirió de la premoderna treta de la cadena nacional y la posterior inserción íntegra de ese infomercial en los noticieros de pantalla, como si fuera una información no pagada (a propósito de la propaganda televisiva, destaca la costosa calidad de la producción, el sentido de optimismo patrio sin sustento, las voces esperanzadas y el sentido presuntamente épico de la hazaña de privatización para beneficio de empresarios extranjeros y de políticos nacionales, batidillo inevitablemente asociado a la corrupción institucionalizada que vive el país).
Además de esos mecanismos clásicos del priísmo paleozoico, y de la preparación de los batallones de las camisas de tres colores que hipotéticamente saldrán a las calles a apoyar la citada reforma energética y el maná que presuntamente le acompañaría, los estrategas pinoleros han dado el banderazo de salida para el ataque de los llamados Peñabots, miles y miles de cuentas que actúan de manera sistematizada para apoyar o combatir determinadas posturas en Twitter, sede crítica y polémica donde las promesas priístas son amplia y razonadamente combatidas y derrotadas.
Pero no es en estas aguas superficiales donde está el engaño de fondo, a pesar de que así pareciera mostrarlo el ajetreo del gobierno federal. No en el zigzagueo casi deportivo del PRD en busca de justificar el apoyo por omisión de lucha real que está dando al proyecto peñista ni en las declaraciones tentativas de Cuauhtémoc Cárdenas finalmente solidario con los Chuchos, o en los amagos de luchador callejero en versión mexiquense de parte del reconocido agitador de masas llamado César Camacho, o en los esfuerzos de opinantes, comentaristas, clientes, abonados y conexos en pro de hacer entender a la terca audiencia desconfiada que dejar que participen empresas privadas en una tarea hasta ahora sustancial del ejercicio público no es privatizar.
El engaño de fondo no está en lo que hoy se ha puesto en la mesa de discusión, aunque evidentemente se necesitan primero las reformas esenciales, las constitucionales, para luego dar paso al conjunto de modificaciones desprendibles de éstas. Pero el verdadero tesorito petrolero está en las aguas jurídicas profundas. Es decir, en las leyes reglamentarias que a mediano plazo precisarán, ya con salas casi vacías y sin vocinglería ni lupas ciudadanas, lo que a grandes rasgos se apruebe en los cambios hoy puestos en la marquesina oficial.
Las grandes compañías extranjeras que han recibido la promesa del gobierno peñista de que les serán abiertas las puertas para grandes negocios en México quisieran concesiones plenas y no los contratos de utilidad compartida (figura jurídica sin éxito internacional en estos menesteres, sacada de la manga por Los Pinos para tratar de mantener no una soberanía nacional ya desahuciada, sino una capacidad circunstancial de chantaje grupal y de compartición de utilidades bajo la mesa o sobre las urnas). Hoy, para esos poderes coaligados, lo importante es conseguir la aprobación de las letras mayores, las relacionadas con lo constitucional, para luego centrarse en la tarea tramposa de acomodar las menores (la famosa
letra chiquita) conforme a intereses más específicos.
Astillas
Nadie en los altos niveles de la política estadunidense cree posible que haya salido en libertad Rafael Caro Quintero sin que el priísmo supercontrolador que está de vuelta en el poder se hubiera enterado e incluso lo hubiera aprobado. Por ello, los jefes gringos presionan para que México encuentre alguna fórmula jurídica que permita mantener bajo proceso a quien, conforme a las leyes nacionales, ya ha sido juzgado y sentenciado al extremo posible. Una posibilidad es que se le encauce por otro presunto delito, que no tenga relación con los expedientes que ya son cosa juzgada. Pero los vecinos quieren que la revancha lleve inscrito con fuego el nombre de Enrique Camarena. Luego, nomás faltaría que encuentren al famoso sinaloense, y que lo aprehendan... Y, mientras se han instalado las mesas para intercambiar reformas político-electorales por lo energético, en el marco del pacto complaciente, ¡hasta mañana!
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