XALAPA, VER.- “El cardumen está de regreso, vuelve a casa”, presumió el gobernador Javier Duarte ante la prensa, el 30 de mayo, al anunciar oficialmente que la plaza de Veracruz volvería a tener un equipo en la Liga MX.
A cientos de kilómetros de distancia, los aficionados de los Reboceros de La Piedad, recién ascendido a la Primera División tras derrotar al Neza, vieron cómo de un plumazo desapareció su equipo.
Ahora le reclaman al empresario veracruzano Fidel Kuri Grajales por ilusionarlos durante dos años con la idea de que si el club dejaba la Liga de Ascenso volverían a esa ciudad michoacana los partidos del máximo circuito del futbol mexicano.
Con el regreso de los Tiburones Rojos, Kuri buscará el ascenso político que tanto se le ha negado en su terruño. Este empresario del transporte, dueño de Transmilenia y boyante constructor en la región central de Córdoba-Orizaba, se ha empeñado en ser candidato a la alcaldía de Orizaba durante las últimas tres elecciones. La negativa de sus compañeros de partido a postularlo hizo que se marchara de Veracruz.
A esta frustración se suma que en mayo de 2011, cuando era diputado federal y fungía como dueño del equipo de Primera División A, Albinegros de Orizaba, tuvo que deshacerse de esa franquicia que fue absorbida por los Tiburones Rojos de Veracruz, en una suerte de vendetta del gobierno estatal. Kuri acusó a Duarte de no apoyar a su equipo.
El empresario renunció al PRI, comenzó a apoyar a otros partidos políticos en época electoral y siguió invirtiendo en el futbol, pero en Michoacán.
Lo que Duarte no dijo en su conferencia de prensa es que para contar con un equipo profesional tuvo que pasar por alto las diferencias y enconos con Kuri. El mandatario estatal dedicó unos segundos a limar asperezas.
“Los encuentros y desencuentros que pudimos tener son parte de la política, nada que no pudo haber sido superado. Me da muchísimo gusto que esté aquí con nosotros en calidad de empresario”, dijo Duarte en referencia a Kuri, con quien compartió curul en San Lázaro en 2009.
“Los Tiburones Rojos vuelven a su casa, con su afición de siempre. Me comprometí a traer a los escualos de regreso y con orgullo les digo: palabra cumplida”, festinó el gobernador como si tuviera algún mérito en el hecho.
Días antes de esa declaración, el gobierno de Veracruz filtró una fotografía de Kuri alzándole la mano en señal de triunfo a Duarte en un restaurante del estado. La imagen fue publicada en primera plana por la prensa local.
Al día siguiente circuló en medios digitales e impresos una imagen del senador priista José Yunes Zorrilla –visible aspirante a la gubernatura en 2016– con su amigo Fidel Kuri. Columnistas de los diarios locales consideran que fue Yunes quien convenció al empresario de que llevara a los Reboceros de La Piedad a Veracruz.
Híbridos
El logro de “traer de regreso al Tiburón” se hizo por la atracción de una franquicia a Veracruz y no mediante el ascenso meritorio en lo deportivo. Lo mismo ocurrió en tiempos del gobernador Miguel Alemán, quien en contubernio con el grupo Pegaso armó un híbrido con el Irapuato y el conjunto escualo que ascendió a la Primera División apenas seis meses después de que la administración estatal compró al equipo guanajuatense para transformarlo en Tiburones Rojos.
En el Torneo Verano 2002, Irapuato se convirtió en Tiburones Rojos, situación que derivó en que la afición veracruzana lo denominará con sorna “Verapuato”. Luego, el ascenso puso en una encrucijada al gobierno de Miguel Alemán, quien decidió quedarse con la franquicia del recién ascendido y hacer una combinación de jugadores.
El otrora Irapuato fue vendido a Chiapas para convertirse en Jaguares, el equipo que TV Azteca acaba de venderle a Amado Yáñez Osuna, quien a su vez se llevó la franquicia a Querétaro.
En los últimos cambios de plazas y franquicias, el dueño del Real San Luis, Carlos López Chargoy –conjunto que durante años fue propiedad de Televisa–, mudó al club potosino a Chiapas, que no sólo no se quedará sin equipo de Primera División, sino que heredará los puntos del San Luis, que enfrenta problemas de descenso.
Cuando ya se sabía que La Piedad sería el nuevo equipo invitado a la Liga MX, Kuri seguía cuestionando al gobierno duartista. Criticó con dureza al presidente del Comité Organizador de los Juegos Centroamericanos 2014, Dionisio Pérez Jácome, y por ende a Duarte, cuando anunció que el gobierno estatal ya no construiría el nuevo estadio Socum en Orizaba.
Cuando Albinegros desapareció en 2011, Kuri se llevó a los jugadores para integrarlos a la plantilla de La Piedad. Se despidió de la afición de Orizaba con la promesa de que regresaría con un equipo de Primera División para jugar en el nuevo estadio. Al enterarse de que se cancelaba el proyecto del estadio, montó en cólera.
Este empresario fue artífice del proyecto inconcluso del estadio, con capacidad para 30 mil aficionados y pensado para albergar partidos de Primera División. La primera piedra fue puesta el 4 de febrero de 2010, pero a más de tres años de distancia, la obra continúa sin avances. Pérez Jácome reveló que los 200 millones de pesos destinados a la construcción del coso fueron reasignados para otras prioridades de los Juegos Centroamericanos.
Por esos días, Kuri insistía en que los Reboceros se quedarían a jugar en Michoacán, pero el 28 de mayo se confirmó lo que se sabía desde que el equipo venció al Neza en la final de Ascenso: el equipo no se quedaría en La Piedad.
Al enterarse de la noticia un grupo de aficionados intentó promover un amparo y una denuncia penal en contra de Kuri y de la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut). También se realizó una manifestación pública en contra del cambio de sede, apelando al Reglamento de Afiliación, Nombre y Sede, cuyo artículo 36 detalla que “un club que ascienda a la división inmediata superior no podrá solicitar sustitución de certificado de afiliación en su primera temporada”.
En su protesta los aficionados señalaron que Kuri se “vendió” por 15 millones de dólares que le ofreció el gobierno de Javier Duarte. Exigieron que transparentara los millones de pesos que recibió del gobierno michoacano para remodelar el estadio de los Reboceros, inmueble del cual se quejó su hijo, Fidel Kuri Mustiele, porque no contaba con estacionamiento, luminarias ni seguridad policiaca.
Y es que, para aceptar el cambio de La Piedad a Veracruz, la federación solicitó el pago de una fianza de 15 millones de dólares, cuando lo que normalmente se pide al equipo que llega al máximo circuito son 5 millones de dólares.
En entrevista con la cadena TDN, Kuri Grajales declaró el 5 de junio: “Ha habido muchos problemas en el equipo Veracruz con los otros dueños que han estado y me tocó bailar con la más fea. No creían en Veracruz y por eso a lo mejor me fijaron esa fianza. No se me hizo justo, pero ya la cubrí porque quiero entrar con el pie derecho. No pasa nada. Ahí están los 15 millones de dólares ya cumplidos”.
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