Escrito por Arturo Loría el 29 abril 2013 a las 7:22 pm en Destacadas, Internet y redes sociales, Sociedad
Si usted tuvo contacto con las redes sociales el fin de semana entonces conoce la historia: Andrea Benítez González, hija del Procurador Federal del Consumidor, Humberto Benítez Treviño, prácticamente mandó cerrar un restaurante en la colonia Roma cuando la hicieron esperar su turno en una larga lista de espera.
Tras supuestamente –y según declaraciones de los presentes– molestarse con la gente del restaurante por hacerla esperar, Benítez dejó el restaurante. Al poco tiempo, presuntos inspectores de la Profeco llegaron al lugar y colocaron sellos de clausura. De acuerdo con la crónica de Beto Tavira en Animal Político, los comensales que habían visto la reacción previa de Benítez se quejaron con los inspectores, sabiendo que todo era un capricho de la hija del titular de la Procuraduría Federal del Consumidor.
Lo que podría haberse quedado como un berrinche, trascendió a las redes sociales, e invadió Twitter con el hashtag, #LadyProfeco –como se le bautizó a Benítez en los medios y redes sociales–, en clara referencia a los desplantes prepotentes que en últimos años han tenido distintos ciudadanos.
El hashtag fue Trending Topic desde el viernes y hasta el domingo, reuniendo hasta hoy casi 90 mil menciones en Twitter.
Sin embargo, el asunto no se quedó ahí. El caso llamó la atención tanto de medios nacionales como de políticos; los primeros, se encargaron de publicar y detallar la información, mientras que los segundos aprovecharon para pedir que se aplicara la Ley Federal de Servidores Públicos.
Al iniciar la sesión de la Cámara Diputados del lunes 29 de abril, Fernando Rodríguez Doval, diputado del PAN hizo énfasis en que ningún ciudadano debía recibir tratos especiales por situaciones como la de Benítez. Por su parte, Lizbeth Eugenia Rosas Montero del PRD se sumó a la opinión de Rodríguez Doval y pidió que “la Jucopo (Junta de Coordinación Política) tome este asunto y pida la aplicación de la Ley Federal de Servidores Públicos, en donde indican las sanciones directas”.
La escalada de críticas tanto para Andrea Benítez González como para el Procurador Humberto Benítez Treviño hizo que ambos recurrieran a Twitter, donde se hizo público el conflicto, para pedir disculpas.
En un principio, la cuenta de Andyera pública se podía leer lo siguiente:
Benítez ofrecería disculpas poco antes de clausurar su cuenta y, posteriormente, reabrirla privada.
Por su parte, el Procurador pidió disculpas por la conducta de su hija a través de Twitter y de un comunicado en el que aseguró que se encontraba convaleciente tras una intervención quirúrgica y que, apenas se enteró del operativo, lo mandó cancelar.
Sin embargo las disculpas parecían estar de más: el caso brincó de las redes sociales a medios tanto nacionales como internacionales (el New York Times publicó una nota del caso), y de ahí, el caso llegó hasta los oídos del presidente Enrique Peña Nieto, quien hoy mandó iniciar una investigación para esclarecer qué fue lo que hizo a los inspectores de la Profeco ir a un restaurante que, al parecer, no necesitaba de una inspección.
En lo que la Secretaría de la Función Pública (SFP) investiga lo que ocurrió, es posible ver el poder que las redes sociales han adquirido, haciendo que algo que bien podría haberse quedado en un berrinche adornado por la corrupción y el nepotismo, acabara por convertirse en un castigo ejemplar.
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