Ciudad Perdida
Violencia en el DF
Más suspicacia que certeza
Miguel Ángel Velázquez
La Asamblea Legislativa del Distrito Federal, es decir, la parte que corresponde al PRD, decidió impedir que los organismos oficiales encargados de la seguridad en la ciudad, tanto la policía como la procuraduría, fueran convocados a explicar qué fue lo que sucedió el fin de semana pasado, cuando 22 personas fueron asesinadas en esta metrópoli.
La actitud de los asambleístas, más que hacernos pensar en la protección de los funcionarios, llama a preguntarnos si hay algo oculto, algo que no se quiere decir en los hechos de violencia ocurridos. Si así fuera, resulta muy grave la complicidad de los amarillos con las autoridades, que, por lo que se ve, no quieren dar claridad a la situación, que se puede complicar a partir de suspicacias nada más.
El hecho es lamentable porque hasta hace algunos meses, si algo se presumía en el DF era el ambiente de seguridad logrado. Casi todos los índices de criminalidad se habían abatido y la tranquilidad ciudadana se convirtió en atractivo.
También es necesario puntualizar que, si algo falló en la convocatoria para que los funcionarios encargados de la seguridad asistieran a la ALDF, es que la petición partió de la única organización política que no cuenta con el peso moral para pedir explicaciones al respecto. Nos referimos, desde luego, al PAN, que desde la Presidencia de la República armó una guerra que dejó más de 100 mil muertos y 25 mil desaparecidos.
Para decirlo más claro: al chacal le dio asco la carroña. Tal vez por ello el PRD, con mayoría en la ALDF, no se hizo eco de la petición panista, pero eso no invalida el hecho, y ése es que se impidió que la gente supiera qué es lo que está sucediendo en el DF y cuáles son el diagnóstico y las fórmulas de remedio que se plantean desde los organismos de seguridad.Está claro que para los azules se trata de crear, como se hizo en todo el país, un clima de terror que beneficie a los hechos de sangre que tanto se lamentan en todo México. Primero, el PAN y Calderón deberían dar una explicación muy amplia sobre las líneas de gobierno que hicieron que se fuera a esa guerra loca; que explicaran, también, por qué en lugar de seguir invirtiendo en muertes no se crearon las figuras de asistencia que impidieran que el crimen organizado se siguiera surtiendo de los desempleados de México.
Deberían explicar, de igual forma, por qué desde Los Pinos no se obligó a los grandes capitales del país a invertir aquí para crear los empleos requeridos que impidieran que la pobreza se convirtiera en el arma que desgarró el tejido social y llevó a los jóvenes, principalmente, a la delincuencia.
Tal vez después de responder esas preguntas sería conveniente que el PAN exigiera que se le dieran explicaciones sobre la seguridad en el DF. Antes no parece creíble su preocupación por el asunto, por el contrario, parece una burla a la ciudadanía.
Pero como dijimos antes, todo ello no quiere decir que los jefes policiacos del Distrito Federal evadan la responsabilidad de informar a la ciudadanía sobre esos hechos de violencia, que no se pueden disfrazar como asuntos de la vida cotidiana. Ya el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, ha dicho que existe narcomenudeo, y ese fenómeno trasciende el hecho del detestable comercio y lleva consigo una carga de violencia que es innegable, como debería serlo que los funcionarios nos dieran las explicaciones que requiere la tranquilidad citadina.
De pasadita
Hasta cuándo se seguirá soportando a la señora Orozco en el esquema de gobierno de la universidad del Distrito Federal. Todo indica que por diferentes motivos la señora no puede continuar montada en la silla del poder universitario; mantenerla allí es arriesgar a otro conflicto mucho mayor que el que se protagonizó al final del año pasado. Eso ya lo entendió Miguel Ángel Mancera, así que ¿cuántas veces habrá que decirlo?
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