lunes, 12 de noviembre de 2012

“La UACM busca ayudar no a quien más lo merece sino a quien más lo necesita”: Pérez Rocha


“La UACM busca ayudar no a quien más lo merece sino a quien más lo necesita”: Pérez Rocha.
Pedro Echeverría V.

1. “La Universidad Autónoma de la Ciudad de México es contraria a la meritocracia en que vivimos porque busca ayudar a quien más lo necesita no a quien más lo merece”, ha señalado el investigador de la UNAM Manuel Pérez Rocha, quien fue uno de los creadores, el principal, del Colegio de Ciencia y Humanidades (CCH) en 1971 bajo la rectoría de la UNAM de González Casanova, fue al mismo tiempo el creador en 2001 –bajo el gobierno de la ciudad de México de López Obrador- de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). Con esa simple frase se puede definir el paro de 70 días que vive la UACM en la que los estudiantes reclaman a la actual rectora su posición autoritaria, gobiernista y de imposición de medidas antidemocráticas.
2. Tengo la convicción que este asunto de los méritos y la “meritocracia” que denuncia Pérez Rocha en la revista Proceso, viene siendo el fondo de los problemas educativos y de otra índole que determinan los privilegios de una clase social sobre otra. En 1977 leí en la revista Vuelta al filósofo libertario Nico Berti cuando planteaba que en virtud de un monopolio efectivo sobre la ciencia, los sabios permanecen como una casta a parte que presenta muchas analogías con los sacerdotes. Decía entonces: “El componente intelectual-meritocrática que sanciona una desigualdad no histórica sino natural, supera no solo cada precedente justificación ideológica de la jerarquía social y humana, precisa además en esta jerarquía, caracteres absolutamente inmodificables”.
3. En mi pueblo dicen –quizá porque antes se estudiaba con el alumbrado de las velas- que “quienes se han quemado las pestañas estudiando merecen tener dinero y privilegios y quienes no, merecen que los cinchen”. El mérito y la meritocracia caló hondo en ellos y seguramente pensarían que los individuos sean valorados en el acceso a las posiciones sociales, por su capacidad y no por otros requisitos moralmente irrelevantes como el origen social, étnico, cultural, el sexo, el aspecto físico, las creencias religiosas. Ha habido, por lo menos durante el siglo XX un fuerte proceso de ideologización para que los meritos sean los propagados por la sociedad capitalista, aunque ellos posean valores humanos naturales de solidaridad que están muy por encima de los escolares.
4. Si la meritocracia, como se ha escrito y se defiende, es un sistema social basado en la aristocracia del talento y no en alguna forma de justicia democrática o igualitaria, entonces nuestra moderna sociedad, la que se encarga de distribuir los trabajos, los cargos y las recompensas sociales y económicas, siempre de acuerdo a las cualidades y calificaciones individuales, de modo que los individuos con mayores aptitudes y capacidades deberían obtener los cargos y puestos sociales de mayor importancia y prestigio. ¿Tiene que ver esto con aquel científico de mediados del XIX que hablaba del triunfo de los más aptos? O se trata simplemente de lo que decía Reclus: la inteligencia, como nueva casta, va a sustituir a los privilegiados por nacimiento y por fortuna.
5. Esto de la meritocracia como nueva casta dominante me hace recordar (ya lo he planteado varias veces) las famosas pruebas o exámenes de admisión que les imponen a los estudiantes para ingresar a la enseñanza media y superior; así como las que quieren imponer a los profesores de preescolar y primaria para obtener una plaza o confirmarla. Es la idea del mérito individual hasta sus límites más grotescos y siniestros imaginando un falso mundo en que los grandes inteligencias, pero en un submundo que ha sido gobernado en beneficio de sectores minoritarios. Se aplican evaluaciones “universales” (igualitas) a estudiantes y profesores diferentes, de distintas clases sociales donde triunfan los más aptos, los de “mayor mérito” y salen derrotados los de las clases sociales que “más lo necesitan”, como diría Pérez Rocha.
6. M Young, hablando sobre la meritocracia, ha escrito: “Decir que Pedro y Ana tienen igualdad de oportunidades para ingresar en la Universidad sólo porque las leyes de acceso no vetan a las mujeres es adoptar una visión muy superficial de la igualdad de oportunidades. Hay que preguntarse si ambos han dispuesto de la misma educación previa y de la misma calidad, si sus respectivas obligaciones familiares no les obligan a entrar tempranamente en el mercado laboral contra su voluntad y si los prejuicios sexistas de la sociedad no aplacan –incluso desde la niñez– los deseos potenciales de Ana de estudiar una carrera. De ahí que la igualdad de oportunidades deba ir más allá de la igualdad formal hasta alcanzar la igualdad equitativa de oportunidades o nivelación del terreno de juego para que podamos decir que la competición social es finalmente justa”.
7. La confrontación de los estudiantes contra las imposiciones autoritarias de la rectora Orozco y su equipo, es obviamente política porque es claro que tras ella están grupos políticos que buscan imponer una nueva ley universitaria acorde a la modernización privatizadora que domina en el país. Pérez Rocha señala que la rectora fue electa por unanimidad porque si no llegaba al cargo no se contaría con recursos económicos que a él mismo le estaban negando por el tesorero Mario Delgado y por el mismo Ebrard porque es obvio que se busca cambiar la orientación de la UACM. Esto me hace pensar que la batalla de los estudiantes va a ser más dura y prolongada, además que tienen que pedir mayor apoyo estudiantil del Yo soy 132 y de los padres de familia. Yo, como profesor del CCH durante 12 años, estoy absolutamente con los estudiantes y con la concepción de mi exdirector Pérez Rocha. (11/XI/12)
Consultar blog: http://pedroecheverriav.wordpress.com
pedroe@cablered.net.mx

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