El general Rubén Pérez Ramírez. |
Foto: Especial
MÉXICO, D.F. (apro).- El general Rubén Pérez Ramírez, uno de los cuatro altos mandos castrenses consignados por la Procuraduría General de la República (PGR) por sus presuntos vínculos con el narco, tuvo algún acercamiento con el virtual ganador de la Presidencia, el priista Enrique Peña Nieto, cuando este último fungió como gobernador del Estado de México.
Su nombre no había sido mencionado entre el grupo de militares que en mayo de 2012 fueron detenidos y arraigados a petición de la SIEDO en la investigación sobre delincuencia organizada por presunta protección al narcotráfico.
El pasado 31 de julio, la PGR sacó a relucir su nombre al anunciar la consignación de los altos mandos castrenses. Sobre Pérez Ramírez, el comunicado sólo registra un párrafo que alude a esta detención.
Informa que el Juez Tercero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales libró orden de aprehensión por los siguientes delitos:
“4. Contra la salud en la modalidad de colaborar de cualquier manera al fomento para posibilitar la ejecución de delitos de esa naturaleza, contra Rubén Pérez Ramírez, General de Brigada”.
Según una nota difundida en el portal electrónico Aristegui Noticias, Pérez Ramírez compartió la mesa con Peña Nieto en febrero de 2011, con motivo del Día del Ejército y la inauguración de las nuevas instalaciones de la XXI Zona Militar ubicada en el municipio mexiquense de Santa María Rayón.
En esa ocasión, refiere la nota, Peña Nieto ensalzó a las Fuerzas armadas:
“Con el Ejército Mexicano –dijo– tenemos un futuro cierto y con nuestro Ejército Mexicano se consolidará la senda de la paz, el desarrollo y el bienestar que todos deseamos para este gran país. Ustedes, integrantes del ejército, mujeres y hombres han estado a la altura de las circunstancias y de los desafíos, por ello se reconoce su profesionalismo e integridad; lamentamos sus bajas y aplaudimos su actitud valiente y responsable en las tareas que les han sido asignadas en materia de seguridad nacional”.
El general Pérez Ramírez, acusado por la PGR, junto con sus colegas Tomás Ángeles Dauahare, Ricardo Escorcia y Roberto Dawe, de vínculos con el narco, dijo en esa ocasión que tenían la “delicada y honrosa encomienda de salvaguardar a la nación, frente a quienes pretenden desafiar la ley y amedrentar a las familias, o las infringen con luto y atribulación”.
Jefe de la XXII Zona Militar al menos hasta junio del año pasado, remachó ante Peña Nieto:
“No lo duden, seguiremos velando por su seguridad”.
Año y medio después, Pérez Ramírez enfrenta un juicio por sus presuntos vínculos con el narco.
Su nombre no había sido mencionado entre el grupo de militares que en mayo de 2012 fueron detenidos y arraigados a petición de la SIEDO en la investigación sobre delincuencia organizada por presunta protección al narcotráfico.
El pasado 31 de julio, la PGR sacó a relucir su nombre al anunciar la consignación de los altos mandos castrenses. Sobre Pérez Ramírez, el comunicado sólo registra un párrafo que alude a esta detención.
Informa que el Juez Tercero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales libró orden de aprehensión por los siguientes delitos:
“4. Contra la salud en la modalidad de colaborar de cualquier manera al fomento para posibilitar la ejecución de delitos de esa naturaleza, contra Rubén Pérez Ramírez, General de Brigada”.
Según una nota difundida en el portal electrónico Aristegui Noticias, Pérez Ramírez compartió la mesa con Peña Nieto en febrero de 2011, con motivo del Día del Ejército y la inauguración de las nuevas instalaciones de la XXI Zona Militar ubicada en el municipio mexiquense de Santa María Rayón.
En esa ocasión, refiere la nota, Peña Nieto ensalzó a las Fuerzas armadas:
“Con el Ejército Mexicano –dijo– tenemos un futuro cierto y con nuestro Ejército Mexicano se consolidará la senda de la paz, el desarrollo y el bienestar que todos deseamos para este gran país. Ustedes, integrantes del ejército, mujeres y hombres han estado a la altura de las circunstancias y de los desafíos, por ello se reconoce su profesionalismo e integridad; lamentamos sus bajas y aplaudimos su actitud valiente y responsable en las tareas que les han sido asignadas en materia de seguridad nacional”.
El general Pérez Ramírez, acusado por la PGR, junto con sus colegas Tomás Ángeles Dauahare, Ricardo Escorcia y Roberto Dawe, de vínculos con el narco, dijo en esa ocasión que tenían la “delicada y honrosa encomienda de salvaguardar a la nación, frente a quienes pretenden desafiar la ley y amedrentar a las familias, o las infringen con luto y atribulación”.
Jefe de la XXII Zona Militar al menos hasta junio del año pasado, remachó ante Peña Nieto:
“No lo duden, seguiremos velando por su seguridad”.
Año y medio después, Pérez Ramírez enfrenta un juicio por sus presuntos vínculos con el narco.
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