Fueron a crear desórdenes durante la visita del Papa, confirman en video
Muestra Cuba imágenes de los mexicanos detenidos en marzo
Imagen de Moisés Torres Juárez, mexicano detenido en Cuba junto con otros tres jóvenes, quienes aceptaron estar en la isla para provocar protestas durante la reciente visita del papa Benedicto XVI a la islaFoto Video publicado por Cubadebate
Gerardo Arreola
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 2 de agosto de 2012, p. 16
Jueves 2 de agosto de 2012, p. 16
La Habana, 1º de agosto. La televisión cubana mostró el martes imágenes de los cuatro mexicanos detenidos en marzo pasado, quienes en una filmación confirmaron las imputaciones de que vinieron a la isla para promover protestas y desórdenes durante la visita del papa Benedicto XVI.
En un video se identifica a los detenidos como Luis Antonio Nequiz, Moisés Torres Juárez, Bruno Aguilera y Refugio Gustavo Castellanos. Los cuatro fueron repatriados sin cargos el 7 de abril, cuatro días antes de la visita oficial del presidente Felipe Calderón.De acuerdo con la filmación, los arrestos se produjeron entre el 17 y el 24 de marzo. Los otros cuatro jóvenes que habrían venido con igual propósito salieron de Cuba por su cuenta. Son César Pérez Zúñiga, Francisco Rojas, Luis Alcocer Pantoja y Marco Dorantes Rojas.
En esencia, los detenidos ratificaron el sentido del editorial de Granma del mismo martes: que fueron reclutados por el grupo anticastrista de Miami Directorio Democrático Cubano y el mexicano ex panista René Bolio Hallorán.
El plan era distribuir en Cuba volantes contra el gobierno y entrar en contacto con opositores al régimen, como Jorge Luis García Pérez (Antúnez), partidario del bloqueo estadunidense contra la isla; Yoani Sánchez, bloguera y colaboradora en la isla del periódico españo El País, y Berta Soler, portavoz de las Damas de Blanco y esposa del ex preso político Ángel Moya, para que
reunieran a su gente y tomaran las iglesias y permanecieran en ellas hasta la llegada del Papa, dijo Torres. Benedicto XVI visitó Cuba del 24 al 26 de marzo.
El chiste era pasar desapercibidos; ser como un turista más y de esa manera no provocar escándalo, no llamar la atención de la seguridad, y entonces hacer el trabajo sigilosamente y que quedara clandestino, añadió Castellanos. En Twitter, Sánchez rechazó haber conocido a los mexicanos.
Según los testimonios, los mexicanos debían traer a los opositores en la isla el mensaje de promover manifestaciones callejeras y ocupaciones de templos durante la visita papal, y así llamar la atención de la prensa. El video mostró un panfleto que insta a convertir las iglesias en
centros de lucha.
De acuerdo con la filmación, los reclutadores en México fueron Orlando Gutiérrez Boronat y Jenisset Rivero, del grupo de Miami y Bolio, y su colaborador Miguel Ángel Pateyro. Parte del plan era –también– entregar aquí celulares, memorias flash y una laptop a los opositores cubanos.
Torres Suárez aseguró que pudo hablar con Gutiérrez y Rivero, quienes le entregaron los materiales para distribuir en Cuba; relató que le dieron 10 mil pesos mexicanos, que cambió en la isla. Había pactado que recibiría más dinero al reportarse desde La Habana.
Nequiz narró que en febrero recibió la invitación para viajar a la isla con los gastos pagados.
Castellanos declaró ante la cámara que recibió indicaciones de recorrer calles y marcar en los mapas los puntos más transitados. Se trataría de salir en la madrugada a dejar en esos lugares las proclamas contra el gobierno. Entre esos sitios estaban algunos del municipio Diez de Octubre, una populosa zona del suroeste de la ciudad.
El video incluyó la grabación de una conversación telefónica, que se atribuyó al cubano Vladimir Calderón, en La Habana, y a Ibrahim Bosch, del anticastrista Partido Republicano de Cuba, de Miami. Calderón cobró notoriedad al aparecer como líder del grupo que ocupó un templo católico en esta capital, poco antes de la visita del Papa.
Según la grabación, Bosch estaría dando instrucciones sobre esos hechos y le anuncia a Calderón el envío de 500 dólares para repartir entre los ocupantes de la basílica de la Caridad del Cobre, en el barrio de Centro Habana.
Los 13 ocupantes del templo fueron desalojados por la policía el 15 de marzo, después de unas 48 horas. El Arzobispado de La Habana informó entonces que varias veces intentó persuadir al grupo de que abandonara el lugar por su cuenta, con la garantía de que serían devueltos a sus casas con la protección de la Iglesia.
Al persistir la ocupación, el cardenal Jaime Ortega pidió a las autoridades el desalojo, por el cual no hubo acción penal.
Nequiz narró que en febrero recibió la invitación para viajar a la isla con los gastos pagados.
Se nos dijo que teníamos que llegar a Cuba, quedarnos en diferentes casas de renta: un día en una, otro día en otra. Agregó que recibió mapas con indicaciones sobre dónde distribuir los panfletos antigubernamentales y que pudo ver videos en los que cubanos residentes en Miami ofrecían detalles sobre cómo actuar.
Castellanos declaró ante la cámara que recibió indicaciones de recorrer calles y marcar en los mapas los puntos más transitados. Se trataría de salir en la madrugada a dejar en esos lugares las proclamas contra el gobierno. Entre esos sitios estaban algunos del municipio Diez de Octubre, una populosa zona del suroeste de la ciudad.
El video incluyó la grabación de una conversación telefónica, que se atribuyó al cubano Vladimir Calderón, en La Habana, y a Ibrahim Bosch, del anticastrista Partido Republicano de Cuba, de Miami. Calderón cobró notoriedad al aparecer como líder del grupo que ocupó un templo católico en esta capital, poco antes de la visita del Papa.
Según la grabación, Bosch estaría dando instrucciones sobre esos hechos y le anuncia a Calderón el envío de 500 dólares para repartir entre los ocupantes de la basílica de la Caridad del Cobre, en el barrio de Centro Habana.
Los 13 ocupantes del templo fueron desalojados por la policía el 15 de marzo, después de unas 48 horas. El Arzobispado de La Habana informó entonces que varias veces intentó persuadir al grupo de que abandonara el lugar por su cuenta, con la garantía de que serían devueltos a sus casas con la protección de la Iglesia.
Al persistir la ocupación, el cardenal Jaime Ortega pidió a las autoridades el desalojo, por el cual no hubo acción penal.
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