El Despertar
José Agustín Ortiz Pinchetti
Una diferencia sustancial entre la propuesta de los partidos conservadores, PRI y PAN, con la alianza que encabeza AMLO está en que ellos creen que el pueblo es una masa manipulable por la televisión, sobornable por lo regalos o chantajeable por las amenazas. Nosotros creemos, en cambio, que la conciencia política ha crecido y que una parte decisiva del pueblo se ha politizado, ha aprendido a defenderse y a organizarse. Nosotros tenemos fe en la gente en su dignidad, en su compromiso y en esta convicción se soporta nuestra estrategia para ganar las elecciones presidenciales de 2012.
Uno de los signos del despertar popular es la organización y otro la múltiple expresión de un nuevo folclor político. Conforme ha avanzado el movimiento, desde la época del desafuero hasta ahora, la expresión de una nueva conciencia, una mayor organización popular y un compromiso más profundo se expresa en los mítines, manifestaciones, reuniones colectivas y con gran colorido en la música, la pintura vernácula, en las más diversas artesanías, en los mensajes políticos, en las páginas del Internet. En fin, en vehículos del “genio popular” que surge y se modela en el contacto de hombres y mujeres con los acontecimientos políticos: el intento de desafuero, la campaña y el fraude en 2006, el célebre plantón (quizás el episodio de mayor generación expresiva), las diversas formas de resistencia para impedir la privatización de la industria petrolera, y que ahora resurge con la emergencia del Morena y con la nueva lucha por la Presidencia.
El folclor político había languidecido en México. La larga etapa del régimen autoritario resecó las formas de expresión popular en la política. El control de los medios y la despolitización contribuyeron a que viviéramos en “una época de pintura gris y antorchas apagadas”, que abarcó las siete últimas décadas del siglo XX.
Octavio Paz recordaba en un poema que en la sobremesa con su abuelo y su padre “el mantel olía a pólvora” y que en su época no le quedaba a él que recordar. La mediocridad burocrática aplastó el impulso natural que nutre el folclor político. El de este es hasta hoy fruto del obradorismo.
En el PAN los seguidores imitan a los comparsas del Partido Republicano de Estados Unidos. Y en el PRI la audiencia es manejada con los viejos manuales. Sólo en la oposición progresista se presentan expresiones de cultura popular sin consignas ni acarreados ni “animadores”. Algunos profesionales han hecho buenas aportaciones como la nueva versión de La Paloma, hecha por Eugenia León, o la interpretación de Morena, muy guapachosa, de Byron Barranco o la reciente el Triunfo del amor, de Liliana Felipe.
Tarde o temprano esta riqueza popular se convertirá en tradición y también será recopilada. Martí Batres organizó una exposición en 2005 y Jesusa Rodríguez ha creado un portal (www.resistenciacreativa.org.mx). Por ahora el impulso creativo continuará manifestándose e inspirándonos para dar la lucha por la Presidencia.
joseaorpin@hotmail.com
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