Un decomiso de armas en Sonora.
Foto: Miguel Dimayuga
Foto: Miguel Dimayuga
MÉXICO, D.F. (apro).- Congresistas estadunidenses tienen en la mira otro operativo encubierto de tráfico de armas, denominado White Gun, que acompañó en 2009 al de Rápido y Furioso, por el que entraron más de 2 mil armas de forma ilegal a México y terminaron en manos de grupos del crimen organizado.
Los legisladores buscan determinar si igual que ocurrió con Rápido y Furioso, en el esquema de White Gun hubo armas que terminaron en manos de los cárteles mexicanos, según una publicación de Los Angeles Times.
El diario estadunidense cita documentos internos de la Oficina para el Control de Armas en Estados Unidos (ATF, por sus siglas en inglés) que refieren que White Gun comenzó en el otoño de 2009 junto con Rápido y Furioso.
La ATF coordinaba de forma simultánea ambos operativos, según los documentos citados por LA Times, que también revelan que White Gun tenía como objetivo a nueve líderes del cártel de Sinaloa, entre ellos a Joaquín El Chapo Guzmán Loera.
Hope A. MacAllister era la agente líder de la operación pero también estuvo involucrada en Rápido y Furioso y en uno de sus informes que entregó a la ATF reveló, con base en reportes de inteligencia, que el cártel de Sinaloa montaba un campo de entrenamiento tipo militar en la sierra de Durango, donde supuestamente El Chapo tenía su escondite.
Afirma que el grupo criminal pretendía fortalecer su arsenal con lanzagranadas y ametralladoras calibre .50.
Otro de los objetivos de la operación era Vicente Fernando Guzmán Patiño, quien se identificó con agentes encubiertos de la ATF como comprador de armas del cártel de Sinaloa.
Según el informe, el presunto capo les dijo a los agentes que “si le traían un tanque, se los comprarían. Mencionó tener 15 millones de dólares para gastar en armamento y que no se preocuparan por el dinero”.
De hecho, señala el informe, pidió “las armas disponibles más grandes y extravagantes”, sin embargo, la investigación sobre sus actividades terminó abruptamente y nunca se supo si logró comprar una de las armas que quería.
En cuanto a los agentes a cargo de la operación, los documentos señalan que, en el verano de 2010, MacAllister viajó a la Ciudad de México para solicitar a las autoridades mexicanas acceso a las armas recuperadas en cateos y escenas de crímenes.
Cotejó las armas para Rápido y Furioso pero también estaba interesada en hacerlo para White Gun, operativo en el que también participaba.
Además de Hope, quien era la agente líder en White Gun, también colaboraban en el operativo su supervisor, David J. Voth, quien fungía como jefe de la División VII de campo en la oficina de Phoenix; y su jefe, William D. Newell, entonces agente especial a cargo también en Phoenix. Los tres participaron en Rápido y Furioso.
De acuerdo con los documentos de la ATF, cuando estuvo en la Ciudad de México, la oficial Hope “halló armas en custodia de militares que estaban ligadas a su investigación”, pero no especifica si para uno o los dos operativos.
“Aparentemente hubo armas que se escaparon de nuevo. ¿Cuántas terminaron en México? Nadie sabe”, señaló una fuente citada por LA Times y que está relacionada con la investigación encabezada por el congresista republicano Darell Issa y el senador Charles E. Grassley.
Según el rotativo, los agentes de la ATF que consultó se negaron a informar si alguna de las armas involucradas se perdió durante White Gun, pero defendieron la operación y aseguraron que gracias a ésta se logró la detención y consignación de tres individuos que pretendían adquirir armamento tipo militar para el cártel de Sinaloa.
En tanto, los investigadores de los congresistas Issa y Grassley dicen sospechar que en el esquema de tráfico vigilado varias armas pudieron haber terminado en México y en manos del crimen organizado.
Según LA Times, hay casos documentados de White Gun que muestran a representantes del cártel de Sinaloa en reuniones con agentes encubiertos, donde muestran interés en comprar armas tan poderosas como lanzamisiles y lanzacohetes.
Los legisladores buscan determinar si igual que ocurrió con Rápido y Furioso, en el esquema de White Gun hubo armas que terminaron en manos de los cárteles mexicanos, según una publicación de Los Angeles Times.
El diario estadunidense cita documentos internos de la Oficina para el Control de Armas en Estados Unidos (ATF, por sus siglas en inglés) que refieren que White Gun comenzó en el otoño de 2009 junto con Rápido y Furioso.
La ATF coordinaba de forma simultánea ambos operativos, según los documentos citados por LA Times, que también revelan que White Gun tenía como objetivo a nueve líderes del cártel de Sinaloa, entre ellos a Joaquín El Chapo Guzmán Loera.
Hope A. MacAllister era la agente líder de la operación pero también estuvo involucrada en Rápido y Furioso y en uno de sus informes que entregó a la ATF reveló, con base en reportes de inteligencia, que el cártel de Sinaloa montaba un campo de entrenamiento tipo militar en la sierra de Durango, donde supuestamente El Chapo tenía su escondite.
Afirma que el grupo criminal pretendía fortalecer su arsenal con lanzagranadas y ametralladoras calibre .50.
Otro de los objetivos de la operación era Vicente Fernando Guzmán Patiño, quien se identificó con agentes encubiertos de la ATF como comprador de armas del cártel de Sinaloa.
Según el informe, el presunto capo les dijo a los agentes que “si le traían un tanque, se los comprarían. Mencionó tener 15 millones de dólares para gastar en armamento y que no se preocuparan por el dinero”.
De hecho, señala el informe, pidió “las armas disponibles más grandes y extravagantes”, sin embargo, la investigación sobre sus actividades terminó abruptamente y nunca se supo si logró comprar una de las armas que quería.
En cuanto a los agentes a cargo de la operación, los documentos señalan que, en el verano de 2010, MacAllister viajó a la Ciudad de México para solicitar a las autoridades mexicanas acceso a las armas recuperadas en cateos y escenas de crímenes.
Cotejó las armas para Rápido y Furioso pero también estaba interesada en hacerlo para White Gun, operativo en el que también participaba.
Además de Hope, quien era la agente líder en White Gun, también colaboraban en el operativo su supervisor, David J. Voth, quien fungía como jefe de la División VII de campo en la oficina de Phoenix; y su jefe, William D. Newell, entonces agente especial a cargo también en Phoenix. Los tres participaron en Rápido y Furioso.
De acuerdo con los documentos de la ATF, cuando estuvo en la Ciudad de México, la oficial Hope “halló armas en custodia de militares que estaban ligadas a su investigación”, pero no especifica si para uno o los dos operativos.
“Aparentemente hubo armas que se escaparon de nuevo. ¿Cuántas terminaron en México? Nadie sabe”, señaló una fuente citada por LA Times y que está relacionada con la investigación encabezada por el congresista republicano Darell Issa y el senador Charles E. Grassley.
Según el rotativo, los agentes de la ATF que consultó se negaron a informar si alguna de las armas involucradas se perdió durante White Gun, pero defendieron la operación y aseguraron que gracias a ésta se logró la detención y consignación de tres individuos que pretendían adquirir armamento tipo militar para el cártel de Sinaloa.
En tanto, los investigadores de los congresistas Issa y Grassley dicen sospechar que en el esquema de tráfico vigilado varias armas pudieron haber terminado en México y en manos del crimen organizado.
Según LA Times, hay casos documentados de White Gun que muestran a representantes del cártel de Sinaloa en reuniones con agentes encubiertos, donde muestran interés en comprar armas tan poderosas como lanzamisiles y lanzacohetes.
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