Héctor G. Legorreta
El cisma comenzó realmente en marzo de 2008. Tras una elección sumamente cuestionada, Jesús Ortega decidió irse al TRIFE a lloriquear lo que no ganó en las urnas. El favor que le debía Calderón a Nueva Izquierda por haberle abierto la puerta trasera de San Lázaro y dejado tomar protesta el 1º de diciembre de 2006 y concretar la usurpación estaba pagado, y el TRIFE impuso a Ortega en la Presidencia del Partido para vulnerar el principal partido de Izquierda que existe en México y constituir una Izquierda simuladora, al servicio del poder y de sus intereses.
Así, comenzó una etapa penosa y lastimosa para el PRD y la Izquierda electoral en México. Primero, Juanito e Iztapalapa, un personaje que nunca debió aparecer y que nació gracias a la necedad de Víctor Hugo Círigo y René Arce (apoyados entonces por Jesús Ortega, y actuales lacayos de Peña Nieto y el PRI) de imponer a Silvia Oliva (esposa de Arce) como candidata y futura delegada de Iztapalapa. Después, las penosísimas alianzas del PRD con el PAN, que no hicieron otra cosa que sepultar la ya de por sí poca credibilidad del Partido, y posteriormente el Congreso de Oaxtepec donde se les ocurrió hacer la organización más compleja posible para elegir dirigencias en el Partido (además de oligarquizarlo más de lo que ya está).
Así, llegamos al año 2010 gobernando los estados de Baja California Sur (637,026 hab.), Chiapas (4,796,580 hab.), Distrito Federal (8,851,080 hab.), Guerrero (3,388,768 hab.), Michoacán (4,351,037 hab.) y Zacatecas (1,490,668), gobernando a un total de 23,515,1591 habitantes de todo el país.
Durante el año 2010 con Jesús Ortega como Presidente del Partido, se ganaron los estados de Puebla, Sinaloa y Oaxaca. Sin embargo, esto no representó ninguna ganancia para el Partido, puesto que el candidato de Puebla (Rafael Moreno Valle) es panista, el candidato oaxaqueño (Gabino Cué) es de Convergencia por la Democracia (ahora Movimiento Ciudadano), y el candidato de Sinaloa… ¡Bueno! al día siguiente de la elección se regresó al PRI, partido de donde se había salido 3 meses antes.
En contraparte, se perdieron los estados de Baja California Sur y Zacatecas, que en términos reales representó una pérdida demográfica para el PRD de 2,127,694, gobernando ahora sólo a 21,387,465. Así, llegó el 2011. Se fue Jesús Ortega, y llegó Jesús Zambrano. Se ratificó Guerrero, pese al mal gobierno de Zeferino Torreblanca. Sin embargo, el daño ya estaba hecho. No se concretó el triunfo en el Estado de México y Nayarit. Y se perdió Michoacán.
Con la pérdida de Michoacán, el PRD pasó de gobernar a 21,387,465 a sólo gobernar a 17,036,428 habitantes en todo el país con sólo 3 gubernaturas: Chiapas, Distrito Federal y Guerrero. De estas, está el peligro casi inminente de perder uno más (Chiapas) y está en riesgo el Distrito Federal, gracias al mal gobierno de Marcelo Ebrard adicionando la necedad de imponer a Mario Delgado como candidato a Jefe de Gobierno del Distrito Federal, un candidato que, dicho sea de paso, es gris y perdería inminentemente la capital del país para la Izquierda en favor del PRI (lo cual, cabe señalar, sería desastroso para los habitantes del DF y, de paso, sería el golpe mortal para el PRD).
Sin embargo, nada parece querer recomponerse en el PRD. Las corrientes que tanto daño le han hecho al Partido, y que siguen enquistadas en sus cada vez más míseros cotos de poder no están dispuestos a ceder ni retroceder un centímetro con tal de seguir disfrutando de los cada vez menores privilegios que les da tener una posición política al interior o al exterior del Partido. El PRD se está extinguiendo como partido, pero se siguen peleando una mísera casilla de la elección interna en Tláhuac.
Ya no podemos hacer nada para recomponer al partido rumbo al 2012, porque el proceso electoral ya lo tenemos encima. Sólo nos queda participar con lo que hay, y con lo que queda. Quién sabe si después del 12 habrá tiempo de recomponer las cosas, porque no sabemos si después del 1º de julio siga existiendo el PRD.
Por lo pronto, en la oligarquía deben estar felices, porque finalmente lograron descomponer y destrozar su piedra en el zapato, el PRD, que era la única herramienta que tenía la sociedad alterna a los partidos elitistas y oligarcas en México: el PRI y el PAN. MORENA puede ser la última esperanza, sin embargo, todo dependerá del proceso electoral del 2012 para definir el futuro de la Izquierda en México, su porvenir o su desenlace.
Gracias a :
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