lunes, 17 de octubre de 2011

La rebelión anticapitalista en el mundo

/ Víctor Flores Olea
Víctor Flores Olea
Publicado: 17/10/2011 10:12

Hemos hablado abundantemente de la oposición masiva a esa forma de capitalismo superdesarrollado y atracador que es el neoliberalismo de casino, que parece está rompiendo (¿en su último tramo?) con el sistema capitalista mundial con ciertos valores que de todosmodos ha representado en algún momento. El hecho escueto es que el significado de progreso y adelanto que también significó el sistema en el avance del mundo ha sido negado severamente por sus propios abusos y atropellos, y tal parece que una mayoría mundial, en todas partes, lo considera ya intolerable como sistema de trabajo, por sus perfiles explotadores sin límite.
Por supuesto que tal rebelión en el mundo resulta ya extraordinariamente amplia y llena de fortalezas (y de imaginación), aunque haya irrumpido en el mundo a (principios del siglo XXI) en formas diferentes, que parecen tener pocos contactos con las “formas clásicas” de la revolución que parecía enfrenar escuetamente a propietarios y proletarios. No, aunque tampoco está exenta de tales confrontaciones que nos hacen pensar que, bajo otras formas, la lucha de clases es algo que no estámuerto y que apenas está encubierto por nuevos velos, modos y tácticas.

El hecho es que prácticamente todos los periódicos nos informan a diario de la rebelión mundial anticapitalista en sus distintas formas, que no son las clásicas. En despachos de agencias mundiales el sábado pasado (16 de octubre) se informó que a través de las redes sociales personas de 951 ciudades en 82 países hicieron suya la protesta y convocaron a salir este sábado a manifestarse en la primera jornada mundial por la reivindicación de sus causas, dice el New York Times.

En este sentido, será la primera gran manifestación global contra el neoliberalismo, en protesta contra una crisis financiera y económica que ha provocado en sólo tres años 50 millones de desempleados más y un aumento desbocado de la pobreza, tanto en los llamados países desarrollados como en el resto del mundo. Desde Madrid, el epicentro de la revuelta popular que se inició en mayo pasado y reunió a jóvenes, adultos, niños y ancianos con el mismo ánimo reivindicativo, se esparció entonces el espíritu de la “Revolución de los Indignados”, que hoy se hermanará con el mismo grito de rabia y desesperación en 81 países más. (La Jornada).

Los Indignados sostienen que los poderes establecidos actúan en beneficio de unos pocos, ignorando la voluntad de la mayoría, sin importarles los costos humanos o ecológicos quetengamos que pagar. “Hay que poner fin a esta intolerable situación. Unidos en una sola voz, haremos saber a los políticos, y a las élites financieras a las que sirven, que ahora somos nosotros, la gente, quienes decidiremos nuestrofuturo. No somos mercancía en manos de políticos y banqueros que no nos representan”.(NYTimes).

En Roma, en New York, en Sidney, en Frankfurt, en Tokyo, en Honk Kong, en Toronto, en Chicago, en los Angeles centenares de miles de personas y tal vez millones se reunieron ante los más importantes símbolos capitalistas de distintos continentes y países(por ejemplo, el Banco Central en Frankfurt). Por supuesto hubo también en general enfrentamientos entre los más jóvenes y los agentes del orden.



Los “indignados” no estuvieron rigurosamente coordinados pro tampoco fueron meramente espontáneos, con planes delineados apenas días antes. Pero de la misma manera en que las manifestaciones en Nueva York representaron una variedad de mensajes –lo mismo partidarios que opositores a Obama–, los mensajes políticos fueron enviados y no siempre fueron coincidentes: oposición a la energía nuclear, a la corrupción política y a la privatización del agua. En todo caso, más allá de las diferencias de lenguaje los “indignados” estuvieron unidos por la frustración que se desprende necesariamente de un mundo dividido a tal grado entre ricos y pobres.

“No tengo problemas con el capitalismo”, dijo en Berlín Herbert Harbel, de 51 años. “No tengo problemas con la economía de mercado. Pero encuentro que el sistema financiero funciona de manera profundamente antiética. En Zuccotti Park, en Washington Square y en Times Square los “indignados” representaban el 99 de los presentes. Poco tiempo después de las 6 de la tarde grupos desorganizados aparecieron en contra de las barricadas. Del mismo lado que la policía montada. Para los “indignados”, marchar por Times Square ha tenido el mismo significado que protestar ante Wall Street. Times Square representa los negocios acostumbrados: “¡compre, compre, compre, y además vea el último show¡”

Antes, alrededor de una docena de protestatarios, entraron a la rama de Chase en el bajo Manhattan y retiraron su dinero de los bancos. Entre cantos, y sonidos de tambor. Los clientes del Chase Mahattan, que se negaron a confiar a los banqueros las cantidades depositadas en sus cuentas dijeron que planean situar sus fondos en pequeños bancos de crédito para hacer productivos sus ahorros y evitar que fueran saqueados por los tiburones de las finanzas.

Entre más recursos demos a las pequeñas institucioness más haremos porque los pequeños bancos puedan competir con los grandes bancos, dijo Hannah Appel, estudinte de postdoctorado en Columbia University. Así se les ayuda a crear economías de escala.

"Me gusta esta atmósfera de carnaval”, dijo el fotógrafo y escritor Juhani SeppovvaraI, 64, original de Finlandia y que ahora vive en en Berlin; sin embargo, añadió, “para mí es demasiado populismo. Materias muy complicadas que no pueden reducirse a una o dos sentencias”.

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