22 de julio de 2011 · 5 Comentarios
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MÉXICO, D.F. (apro).- La jerarquía católica de la ciudad de León, Guanajuato prohibió a las mujeres acudir a la “casa de Dios” con escotes y minifaldas o cualquier otro tipo de prendas “provocativas”.
“Esta es la casa de Dios, no puedes entrar si vienes vestida así: escotes, falda con abertura, strapless, minifalda, mallones o shorts”, se lee en uno de los letreros que fueron colocados fuera de la parroquia de La Merced.
La medida provocó diversas reacciones entre la población católica femenina leonesa: mientras algunas mujeres calificaron dicha disposición de “retrógrada”, otras manifestaron su apoyo como Zaide Ruiz, quien señaló que “la casa de Dios” debe ser respetada y por ello “tienes que ir vestido de cierta forma”.
Cada quien se viste como quiere, replicó Martha Guevara, quien rechazó la prohibición de la arquidiócesis al señalar: “Es como si yo me pusiera en la postura de que todos los padres son unos violadores y por eso no voy a misa”.
“Eso deja ver que nuestra sociedad sigue siendo conservadora, tradicionalista y denigra a la mujer”, expresó a su vez Rocío Martínez.
El vocero de la iglesia local, Raúl Villegas, reconoció que la arquidiócesis de León hizo una serie de recomendaciones a los católicos, pero con la finalidad, dijo, de recordar “que el espacio sagrado tiene cierta dignidad”.
Por ello, agregó, “la vestimenta, la actitud y los actos que hagamos ahí deben ser de acuerdo al espacio sagrado en que nos ubicamos”.
Actualmente, la ciudad de León está gobernada por el panista Ricardo Sheffield Padilla.
En enero de 2009, el entonces alcalde de Guanajuato, Eduardo Romero Hicks, provocó un gran escándalo al prohibir besarse de forma apasionada en la ciudad, lo que desencadenó la indignación no sólo de los ciudadanos, sino también de la oposición y de su propio partido.
La polémica se activó por una modificación del Bando Municipal de Policía y Gobierno que aprobó el ayuntamiento. El alcalde, miembro del Partido de Acción Nacional, afirmó que los “besos olímpicos” en la vía pública pasarían a ser castigados con penas de hasta 36 días de prisión y mil 500 pesos de multa.
La indignación, generada por lo que se consideró un flagrante recorte de libertades, recorrió el estado de Guanajuato.
Tras ello, en una rueda de prensa en el Callejón del Beso, Romero Hicks trató de calmar los ánimos aclarando que la gente podría besarse libremente y que sólo serían sancionados los “agarrones olímpicos”.
“(Un agarrón olímpico) es que se toquen partes privadas de las personas. Cuando empiezan a desabrochar la ropa, eso es un tocamiento obsceno”, describió el alcalde.
En concreto, el artículo 36 del Bando califica de infracciones contra la moral del individuo y de la familia “realizar tocamientos obscenos en espacios públicos” y “proferir palabras, adoptar actitudes de carácter obsceno”.
Y, para demostrar que todo fue una confusión, el edil instó a una regidora a que se besara con su esposo frente a la prensa, acción que fue recibida con mofa por algunos presentes que gritaron “que los multe, que los multe”.
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