Algunos juarenses, chihuahuenses y mexicanos, andábamos todos despistados, cuando en estos días, repentinamente, algunos diputados del PRD, PRI y PAN empezaron a hablar de “Fast and furious”, pensando ingenuamente que se trataba de una película estrenada en México el 7 de septiembre del 2001, en pleno gobierno foxista y cuyo argumento no era otra cosa que las carreras callejeras de autos. La cinta la dirigió Rob Cohen y fueron actores Paul Walter y Vin Diesel.
La equivocación que se tuvo fue que “Fast and furious” no fue ninguna película, sino fue un programa puesto en práctica por autoridades estadounidenses para pasar armas a México en los años 2009 y 2010, por el estado de Arizona, para seguir el trayecto de las mismas y con ello dar con los cabecillas de criminales organizados. Fueron cerca de 2 mil armas de grueso calibre que el programa contemplaba y que fracasó rotundamente y que ahora ha levantado una ola de protestas en los cuerpos legislativos, las cuales han venido a complicar las ríspidas relaciones que se tienen en los dos países por motivos de las declaraciones de la señora Janet Napolitano, jefa del Departamento de Seguridad Nacional y un subsecretario militar del vecino país.
El asunto ha llegado a tan altos vuelos, que soterradamente de los campos de relaciones exteriores se ha desprendido la versión que el presidente Calderón quiere considerar al embajador de los Estados Unidos en nuestro país, Carlos Pascual, como persona non grata por los errores garrafales que este funcionario ha tenido en la relación diplomática con México.
El hecho de pedir que un funcionario del nivel del señor Pascual, deje el país, no es la primera vez que se presenta. En tiempos del embajador John Gavin, ex actor norteamericano y nombrado por Donald Reagan, también ex actor, le fue sugerido que era persona non grata por el Ejecutivo mexicano Miguel de la Madrid y después de una gira por el estado de Chihuahua, cuando gobernaba este estado Óscar Ornelas, dejó su puesto y en 25 años desde entonces, no volvió a ocupar cargo alguno.
Volviendo al programa “Rápido y furioso” el arsenal que entró al país según datos ya oficiales incluía muchísimas armas AK47 de las mejor conocidas como “cuernos de chivo” que han sido utilizadas por los cárteles delincuenciales y que no fueron detectadas por las autoridades mexicanas, especialmente las de aduanas y ello permitió que hayan sido utilizadas en los homicidios de más de 30 mil personas en sólo tres años, 7 mil 500 de las cuales han caído en terrenos de nuestra frontera.
Lo anterior muestra la desinformación que tienen nuestras autoridades de lo que sucede en esta crisis de inseguridad en que vivimos. Es absurdo que ferozmente los aduaneros se fijen en los mosquitos y se traguen los camellos. Ahora, si conocían la operación ¿por qué no informaron con la debida prontitud para que se tomaran las medidas correspondientes? A toro pasado, los diputados y senadores andan echándose ceniza y desgarrándose las vestiduras diciendo que se violentó la soberanía nacional, cuando han pasado por lo menos dos años que el tal programa estaba operando, con el signo marcado del fracaso, por la falta de planeación, de respeto a las instituciones y la violación a la ley, Así no se hacen las cosas para resolver problemas.
Ojalá que reine la prudencia que en estos casos es mejor que la ganancia de los vendedores de armas sin escrúpulos. Rosario Green senadora y ex canciller, en esta semana hablará con Pascual y esperamos los asombrados juarenses que eso sirva para que nuestra tierra no sea llena de plomo como hasta la fecha y de polvo, pero esto por los aires huracanados que contribuyen a nuestras molestias.
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