Nosotros, los que habitamos estas tierras, quizás deberíamos aprender de manera acelerada las lecciones de los hechos que vivimos y no sólo eso, sino prepararnos para el futuro, para que no nos tomen desprevenidos y sepamos qué hacer.
En días pasados, cuando sufrimos una interminable semana de temperaturas de hasta 18 grados centígrados bajo cero, fue manifiesta la desesperación que apareció en muchos rostros de los fronterizos, al haberse tronado de manera estrepitosa las tuberías tradicionales que no pudieron resistir el ataque sin misericordia del frío intenso. Hubo desabasto de materiales, ausencia de mano de obra especializada en plomería y una angustia colectiva que se vino a sumar a la que padecemos por la inseguridad, por los impuestos y por la crisis económica.
Pues bien, el hecho narrado debe despertarnos para exigir a las autoridades correspondientes que el agua, recurso sin dudarlo mucho más importante que el petróleo, sea tratado de manera vertiginosa y profesional por nuestras autoridades, federales y estatales.
Los expertos afirman que ante la potencial ausencia de agua en la superficie de la región, el vecino país se está preparando para fijar su atención en los acuíferos trasnacionales. Resulta que los juarenses, tan conocedores de las maquilas que son empresas trasnacionales, debemos incluir en nuestra agenda la de los acuíferos trasnacionales.
En efecto, los acuíferos Bolsón del Hueco y Mesilla, que cruzan de Texas y Nuevo México hacia Chihuahua y Valle de Río de Santa Cruz y San Pedro, que se extienden de Arizona hasta Sonora, son importantísimos para Estados Unidos. Es más, el senador por Nuevo México, Jeff Bingaman que preside una comisión importante sobre energía y otros conceptos, obtuvo una buena cantidad de millones de dólares para iniciar estudios a fondo sobre las aguas del subsuelo, en especial las que se encuentran en la zona limítrofe con nuestro país. Nuestro gobierno debe aprovechar la presencia de este legislador para establecer las pláticas correspondientes, porque el 2012 se retira de su puesto, precisamente a los 100 años que el Estado de Nuevo México, al cual representa, cumple 100 años de haberse consolidado como uno más de la unión americana.
La Comisión Internacional de Límites y Aguas, la cual presidió durante muchos años y con excelencia, el ingenierio David Herrera Jordán, acostumbraba informar con cierta regularidad a los fronterizos de la situación que guardaban las relaciones entre los dos países en materia del agua. Con ese antecedente, conviene que el gobierno federal empiece a dar una información constante a nuestra población respecto a la situación que tiene el Bolsón del Hueco, porque es uno de los que atraviesa nuestras tierras, y no nos tome desprevenidos si se vienen situaciones internacionales que muchas veces pegan duro sin saber de dónde se producen los impactos.
También el gobierno estatal debe tomar cartas en este asunto, sobre todo por los proyectos que anunció en su campaña César Duarte con respecto a la distribución del vital liquido en las zonas rurales del estado, en especial al noroeste del mismo, porque es una “chulada” ver los caudales en el vecino estado de Nuevo México que tumultuosamente riegan los grandes sembradíos de nogaleras.
Urge que nuestro gobierno esté preparado con personas capacitadas técnicamente en materia hidrológica, con un alto sentido de responsabilidad nacional, con conocimientos legales consistentes y con diplomáticos que no sólo se dediquen a los cócteles sociales sino a sentarse en la mesa de las negociaciones con calidad y respeto hacia la otra parte pero con sustancia para tomar posicionamiento en estos graves problemas que, pronto, serán más trascendentes como decíamos en líneas anteriores que los conectados con el llamado oro negro, o sea el petróleo.
Nuestra inquietud la trasmitimos a tiempo, para que después no se diga que nada se pudo hacer, es decir como dice el común a “toro pasado”.
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